Por Alberto Pinzón Sánchez
¿Por qué es tan fácil construir una infinitud de argumentos para “racionalizar” (uso el término en su sentido freudiano) porqué el pueblo que vive de su trabajo no acepta nuestras propuestas para obligarlo a ser feliz, y en cambio si vota en contra de ellas?
En Venezuela este 6D no ganó ninguna “contrarrevolución”, como patéticamente lo afirmó el presidente Maduro al reconocer el apabullante triunfo electoral de la oposición, sencillamente porque allí no ha habido ninguna revolución y menos socialista, pues el carácter del Estado venezolano con todo su andamiaje de hegemonía y coerción (Gramsci) al que le agregaron el mote de bolivariano como se le agrega un chicle mascado a una mesa, nunca ha dejado de ser capitalista dependiente y trasnacionalizado con toda sus explotaciones obreras y campesinas, y demás lacras y enajenaciones inherentes del sistema.
Hubo quizás al principio del ascenso al poder de Hugo Chávez, apoyado por el bravo pueblo que ahora vota en contra de sus continuadores, un cambio en la fracción de la oligarquía gobernante profundamente ejecutora del dogma neoliberal trasnacional gobernante, que fue reemplazada o mejor sustituida en el gobierno por una fracción de clases medias en ascenso, arropada con la bandera tricolor venezolana y que fetichizando la figura del libertador Simón Bolívar o haciendo un culto cuasi religioso y vacío de Él, pronto el mismo pueblo, con su sentido crítico, empezó a denominar “Boli-burguesía corrupta”.
Fue, como dicen los sociólogos Juan Agulló y Rafael Rico Ríos, “(….) una reacción al recetario neoliberal y a la crisis de legitimidad bipartidista que no solucionaba los problemas de las grandes desigualdades dentro de una sociedad venezolana profundamente fracturada, y, un proyecto político que, desde que Chávez entró en la escena política en 1992, estuvo orientado a superar la dependencia petrolera y el pésimo reparto de su renta (…..)
¿Qué cambió realmente en la sociedad venezolana? Aparentemente hubo muchos cambios supra estructurales que se presentaron como revolucionarios, pero que eran simples acomodos legislativos, posiblemente democráticos y necesarios al desarrollo del capitalismo dependiente y trasnacionalizado, cuya versión venezolana se empezaba a construir; como las leyes de tierras, de pesca, o de hidrocarburos, comunicaciones, o la constitución azul, etc., y muchos, eso sí muchos, rituales del culto a la imagen anti - colonialista del Libertador Simón Bolívar.
Pero por ejemplo, nunca se construyó una organización política revolucionaria o partido político moderno para llevar a la práctica las aspiraciones revolucionarias del bravo pueblo, con una estructura y una ideología revolucionaria claras y definidas. Con un programa realista que pusiera en práctica o fuera más allá de su escritura y formulación retórica y un poder moral como lo pedía el Libertador, para que canalizara la energía anti oligárquica y anti imperialista que empezaba a brotar en la base popular (a la que ahora se recurre como tabla de salvación de último momento).
Sino una montonera o muchedumbre amorfas (quizás parecida a la propuesta de Toni Negri) de múltiples “combos” amorfos o agrupaciones de la más diversa extracción o constitución, pegados con la prebenda del “cash”, sin responsabilidad ante nadie y profundamente comprometidos con los vicios electorales de la antigua oligarquía y con la corrupción imperante a todos los niveles de la sociedad; al que le dieron el nombre de Partido Socialista Unido de Venezuela y que posteriormente, hizo alianzas electorales circunstanciales con muchas otras fuerzas políticas multiclasistas y diversas al que le dieron el pomposo nombre de “El Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB)”, con el que se aceptó la batalla electoral que acaba de pasar.
Pero en el fondo, la estructura económica de la formación social venezolana siguió siendo, hasta hoy, la misma que había construido la oligarquía y se traía: Venta a los EE. UU. del petróleo (energía vital que mueve al capitalismo global y por el cual de ser necesario, como lo está demostrando irá hasta la guerra atómica) y lucha de fracciones burguesas por apoderarse de los dólares y el cash de esa renta, postergando la vieja monserga retórica de ”sembrar el petróleo” lanzada por la oligarquía venezolana en la época del “patriarca” Juan Vicente Gómez. Sin construir una base industrial fuerte y competitiva, o industrializar y desarrollar el campo atrasado, o crear una economía de “servicios” medianamente satisfactoria, o alterar las relaciones de producción capitalista; sino profundización de dependencia financiera y mercantil absoluta al capitalismo trasnacional, al que verbalmente se le declaró la guerra. Lo que planteó una contradicción inédita y hasta insoluble para los marxistas, en su lucha anti imperialista continental.
¿Cómo se puede vivir cotidianamente, mordiéndole la mano todos los días a quien nos da el pan de cada día y de quien se depende hasta de la mantequilla para untar en ese pan?
El agente liquidador Gorbachov, con la claridad que lo caracterizaba, poco antes de destruir a la URSS lo explicó con su cinismo habitual… “No me explico como la Unión Soviética es capaz de poner un hombre en la luna, pero al mismo tiempo es incapaz de poner en la mesa de desayuno de cualquier ama de casa rusa, una porción de mantequilla o de mermelada para darle a su marido y a su prole”…
A raíz de la publicación de mi libro “Bolívar conductor político y militar de la guerra anticolonial” Editorial paso de los Andes. 17 dic 2003, hace exactamente 12 años (leer en http://es.scribd.com/doc/115656109/Libro-Bolivar-Ultima-Doc-20-Julio-2005) cuyo argumento básico es mostrar cómo nuestro Padre Libertador Simón Bolívar, con su claridad política característica, a partir de unos cuantos reclutas en Tenerife, Colombia; construyó en el lapso de 12 años un ejército popular capaz de derrotar en Ayacucho al invencible y todopoderoso Imperio colonial español, para intentar (no lo dejaron las otras potencias imperiales globales) construir su sueño de una Patria Grande; se generó, en aquel momento, un debate interesante dentro de los marxistas latinoamericanos sobre esta perspectiva de análisis y estudio de la teoría y la praxis de nuestro Libertador en la lucha anti imperialista, que por aquella época se iniciaba en el continente latinoamericano.
Pero pronto fue acallada por los “bolivarianos venezolanos” quienes tildaron a la “versión colombiana de Bolívar como una falsificación guerrerista y extremo. Izquierdista del Libertador”. Una disidencia dentro del culto vacío que ya se iniciaba. Una herejía que había que desechar adornándola con la lectura “democrática” de la biblia, con citas de M. Gandhi y con concejos de pajaritos posados en el hombro del gran conductor.
El portal de ANNCOL donde gentilmente sus directores me han abierto un blog y donde ocasionalmente escribo opiniones sobre “el bolivianismo de Simón bolívar”, fue declarado enemigo de la revolución bolivariana de Venezuela, a tal punto que su director Joaquín Becerra (.......) “fue detenido por las autoridades “revolucionarias y bolivarianas de Venezuela” cuando arribó al aeropuerto de Caracas el 23 de abril de 2011 para participar en un evento internacional. Desconocieron su pasaporte y nacionalidad sueca por recomendación de JM Santos. Dos días después fue entregado en el mismo aeropuerto a un comando de las Fuerzas Especiales del Ejército Colombiano. Éste arribó a Caracas en avión militar colombiano solo con la misión de llevar Pérez esposado a Bogotá como cualquier capo de la droga. Ahí comenzó la pesadilla de Pérez, encarcelado y torturado psicológicamente por los guardianes del INPEC en una mazmorra durante tres años y cinco meses en la cárcel de alta seguridad ERON / Picota hasta que la Corte Suprema de Justicia lo absolvió definitivamente como inocentemente.
Este es el momento en que Pérez Becerra espera unas disculpas del gobierno venezolano por tal actuación de ilegalidad en donde ni siquiera fue permitido de encontrarse con el cónsul sueco en Caracas durante los días cuando estaba detenido” (…...) (Ver https://anncol.eu/index.php/colombia/politica-economia/item/2505-cae-montaje-de-la-justicia-colombiana-contra-co-fundador-de-anncol )
De manera que venta de petróleo, dependencia financiera y mercantil del imperialismo yanqui al que se combate de palabra diariamente. Estado capitalista, y relaciones de producción de explotación sin modificaciones. Inexistencia de un verdadero partido revolucionario práctico que oriente decididamente las masas. Corrupción desmedida que llegó incluso hasta el círculo cercano del presidente Maduro con el caso de los “narco - sobrinos". Desabastecimiento mercantil y socialismo de mercado negro y paralelo. Inflación descomunal. Culto vacío a la imagen de Simón Bolívar. Clases medias arribistas desabastecidas y desesperadas. Manipulación y desestabilización Imperialista en gran escala con amenazas cotidianas de intervención militar de la VI flota de los EE. UU. (todos los días Maduro anunciaba un nuevo complot que paradójicamente aumentaba el miedo en las bases populares que no desean una solución así) y peleas con el gobierno de Guyana británica y con su “nuevo mejor amigo” el vecino colombiano JM Santos; tenían que producir un resultado electoral como el producido este 6 de diciembre.
Pero no todo es negativo. También hay que reconocer los aspectos positivos de un fenómeno político tan impactante como el llamado “Chavismo venezolano”:
En primer lugar, se debe plantear que gran viraje de las masas latinoamericanas en contra del dogma neoliberal trasnacional y la hegemonía estadounidense dominante, no hubiera sido posible sin la eclosión rebelde iniciada por Hugo Chávez en Venezuela en 1992. La diplomacia integracionista latinoamericana impulsada por Chávez mostró que si puede ser posible una Patria Grande latinoamericana sin la hegemonía de los EE. UU.
En segundo lugar, se debe destacar su desinteresado y solidario apoyo dado por Chávez a la revolución Cubana.
En tercer lugar, se debe resaltar el apoyo diplomático fundamental y práctico de Chávez a la solución política del conflicto social y armado de Colombia.
En cuarto lugar, la contribución decidida al debate sobre el papel de la teoría y la praxis de nuestro padre Libertador Simón Bolívar en el continente latinoamericano y caribeño, en su lucha ya centenaria contra la hegemonía imperialista de los EE. UU.
Y por último, la reivindicación del socialismo como teoría y praxis liberadora de la humanidad y su siembra fructífera, no solo en la conciencia de las masas trabajadoras venezolanas, sino en la conciencia revolucionaria de miles de trabajadores latinoamericanos y caribeños por un futuro mejor.
De entender estos elementos contradictorios reales de la coyuntura (análisis concreto de la situación concreta) y de su superación crítica y autocrítica, depende el curso de los acontecimientos por venir en la región.
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