El falso periodismo de izquierda (Crónicas de una Inquilina) Por Ilka Oliva Corado @ilkaolivacorado Me sucede todo el tiempo, que cuando me presentan a una persona como de izquierda o ...

El falso periodismo de izquierda (Crónicas de una Inquilina)

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Ilka Oliva Corado

Por Ilka Oliva Corado


Me sucede todo el tiempo, que cuando me presentan a una persona como de izquierda o revolucionaria,  me aparto. Mi instinto de vendedora de mercado enciende todas las alarmas y es automático yo que guarde distancia. Primero porque una persona de izquierda, progresista o revolucionaria no va a presentarse como tal, una persona así no tiene por que escudarse y utilizarlo como carta de presentación.

Con una sola mirada directo a los ojos se nota quién es cabal y quién es arribista, la mayoría de oportunistas no tienen el temple para sostener una mirada directa. Por desgracia la línea progresista en Latinoamérica está llena de trepadores que son más derechistas que los de la ultraderecha.

Me sucede exactamente igual que con estas mujeres de gueto que se presentan como feministas, una mujer feminista no anda alardeando de serlo, lo es las 24 horas del día y mucho más cuando no hay luz pública. En todo son las acciones las que hablan por las personas. Así es que yo paso, con quienes se campanean de revolucionarios y con quienes se pavonean de feministas. Idéntico me sucede con quienes andan todo el día dándose golpes de pecho y mentando a Jesucristo a cada rato, esos que se presentan como “hermanos en Cristo”. Paso.

Ahora bien, los arribistas se pintan de varios colores, toman innumerables formas, y por supuesto están en todos lados y el periodismo no es la excepción, hay quienes se escudan en el periodismo independiente para desprestigiar, dividir, manipular. Son estos periodistas misóginos, racistas, clasistas, patriarcales, machistas, homofóbicos, anti progreso los que utilizan las plataformas de la comunicación para ser la cuña, la piedra en el zapato, el puente roto, la grieta por donde se cuela la putrefacción del sistema y con esto  favorecer a la impunidad.

Lo vemos en todos los sectores de la información, en la política, cultura, género, espectáculos, deportes. Ahí están los trepadores vestidos de izquierda, de progreso, de revolución. A través de la historia estos personajes han logrado privilegios a causa de su despotismo disfrazado de autocrítica. Lo hemos visto en las mismas filas de las revoluciones en el mundo entero, nunca faltan los ojetes, los rajones, los traidores. Los mercenarios que se visten de ovejas.

¿Cuántos periodistas “progresistas” traicionaron en los tiempos de las dictaduras latinoamericanas? ¿Cuántos han calumniado a la Revolución Cubana? ¿A la Revolución Chavista? ¿Cuántos han calumniado a los gobiernos progresistas? ¿Siendo de “izquierda” cuántos han atacado con odio misógino a las presidentas latinoamericanas?


Cuántos de estos periodistas escriben notas en contra del Matrimonio Igualitario, en contra del derecho al aborto, cuántos de estos misóginos no denuncian la violencia de género, las violaciones sexuales que sufren niñas, adolescentes y mujeres, cuántos de estos son clientes fijos en las casas de citas y en los bares. Cuántos de estos mequetrefes calumnian a las personas transgénero y las invisibilizan desde su postura de comunicadores sociales. O simplemente se escudan en el “ser neutral” no puede ser uno neutral ante el abuso.

¿Cuántos de estos periodistas violentan a sus parejas en sus hogares pero ante la luz pública son respetados? ¿Cuántos de estos flamantes periodistas progresistas censuran artículos e investigaciones que denuncien la violencia de género?¿Cuántos de estos periodistas les dan aires amarillistas a las denuncias por violencia de género? ¿Cuántos de estos son causantes de feminicidios?

Escribo esto porque he visto a muchos periodistas prestigiosos por ser de izquierda, revolucionarios o progresistas, que durante los mandatos de los gobiernos progresistas latinoamericanos se han dedicado a meter puñaladas a diestra y siniestra y con esto facilitando a la mediatización. Pero que curiosamente ahora que la derecha avanza en Latinoamérica están calladitos. ¿Qué pasó? ¿En dónde están esos arrestos de los que hacían alarde cuando atacaban a las presidentas? ¿En dónde está esa autoridad de editores que no permitían que articulistas publicaran textos respaldando las acciones de los gobiernos progresistas? ¿Ahora por qué guardan silencio ante el ataque de la derecha? ¿En dónde están esos pantalones de los que tanto hacían jactancia apenas hace unas semanas? ¿En dónde está ese amor patrio, ese valor humano, la calidad periodística?

¿En dónde está la palabra y la entereza? ¿Qué pasó se ahuevaron? ¿Se ahuevaron con la contrarrevolución? ¿En dónde están esas bufonadas con las que se burlaban de los avances de los gobiernos de las presidentas? Pues ahora es cuando chile verde le has de dar sabor al caldo. Es ahora mismo que se necesitan esos arrestos, esos dardos afilados con los que insultaban a las presidentas.

Que va, ahora esos periodistas de “izquierda” están cagados. Porque siempre fueron más derechistas que la ultraderecha. ¿Y ahora qué se van a poner de alfombra? ¿Se van a bajar los pantalones? ¿A dónde se fue la fuerza y aquel ímpetu con el que calumniaban cada proyecto progresista, de género, de unidad popular?

En realidad estos periodistas siempre fueron imitación. Un bagazo. Y lo demuestran hoy con ese silencio mortuorio con el que solapan la impunidad en todo Latinoamérica, porque eso sí cada país tiene su ramillete de culeros. Y bien choteados que están.

Hay que tener mucho cuidado con las personas que se presentan como de izquierda, revolucionarias o progresistas, la mayoría son chirajos putrefactos. Cuidado con quienes dicen que hacen  un periodismo independiente, siempre hay que tener los ojos bien abiertos, los sentidos alerta, el instinto despierto. En estos bacanales de la comunicación hay intrigantes que se venden por una cogidita, ya sea que se las den a ellos o viceversa, así de baratos son.

Es una pena que conspiradores que ejercen, solapan y promueven la violencia de género, los feminicidios, la homofobia, el clasismo, el racismo y la exclusión se vistan con galas a causa de tantos mártires, de tanta gente cabal desaparecida, de genocidios y tierra arrasada, para lograr un exclusivo beneficio personal. Y para beneficiar a los patronos colonizadores.

Nadie que sea persona cabal va andar alardeando de serlo. Pan para nuestro matate. Por lo demás al que le quede el guante que busque su par.

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