Por Carlos Antonio Lozada
El cierre del punto 5. Víctimas, del Acuerdo General para Terminación del Conflicto, anunciado por las partes el pasado 15 de diciembre abre las perspectivas para la culminación exitosa del proceso de paz.
Siendo el punto Víctimas uno de los más complejos de la Agenda, dadas sus implicaciones político - jurídicas a nivel nacional e internacional; lo que a su vez generó una gran polarización en la opinión nacional, aupada por quienes pretendieron convertir los diálogos de paz en un proceso jurídico contra la insurgencia; lo cierto es que, superado ese obstáculo, el proceso entra en una nueva fase que demanda la participación activa de todos los sectores del país; en el entendido que la paz que despunta, sobrepasa la firma de unos textos acordados por las partes.
Más allá de si tres o seis meses son suficientes para evacuar en la Mesa los dos bloques de temas pendientes, que corresponden a los puntos 3 y 6 de la Agenda, es necesario abrir el debate nacional en torno a esa temática que encierra no pocas complejidades; veamos:
Del punto 3: Esclarecimiento y desmonte del paramilitarismo; reformas y ajustes institucionales necesarios para la construcción de la paz; lucha contra la corrupción y la impunidad, incluyendo el combate contra las organizaciones implicadas en masacres y asesinatos selectivos de defensores de derechos humanos y líderes sociales y políticos; revisión de la situación jurídica de todos los procesados o condenados por pertenecer o colaborar con las FARC - EP; reincorporación de las FARC - EP a la vida civil en lo económico, político y social con plenas garantías de seguridad; cese al fuego y hostilidades bilateral y definitivo; y dejación de las armas.
Del punto 6: Refrendación, implementación y verificación de los acuerdos.
Como se ve, el 2016 promete ser un año de intenso debate y arduo trabajo; por lo que conviene comenzar la actividad de la Mesa el próximo año, convocando el foro correspondiente al punto 3. Fin del Conflicto. Es tiempo de superar la manía gubernamental de imponer unilateralmente sus caprichos, al tiempo que desconoce a las mayorías nacionales su derecho a participar activamente en las decisiones que tienen que ver con su futuro.
La paz es asunto de todos, como reza la Agenda en su introducción.
De nuestra parte, la Delegación de Paz de las FARC - EP, se declara abierta al debate y al intercambio respetuoso con todos los sectores del país, sobre los grandes temas que se anudan en torno a la construcción de la paz con justicia social, democracia y soberanía.
El año que comienza, deberá pasar a la historia nacional como el año en que la palabra se impuso sobre el uso de las armas en el ejercicio de la política.
Venturoso 2016.
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