Por Alejandra Rodríguez *
El 12 de diciembre del 2011 la policía mexicana asesinó a los normalistas Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, en medio de un operativo para desalojar de la autopista del sol a los estudiantes de Ayotzinapa, en ese contexto también fue torturado estudiante Gerardo Torres Pérez. Cuatro años después, familiares de estas víctimas siguen exigiendo castigo a los responsables y garantías de no repetición. Solicitaron que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -CIDH- intervenga para iniciar un proceso contra el Estado mexicano por los hechos cometidos durante el desalojo. Cabe señalar que a la fecha no hay ningún procesado por el caso.
Los peticionarios solicitaron que la CIDH declare la admisibilidad de esta petición y responsabilice al Estado mexicano por la violación del derecho a la vida, a la integridad y libertad personal, al derecho a no ser sometido a torturas, ni a tratos crueles, inhumanos y degradantes y al derecho a las garantías judiciales y a la protección judicial.
Elizabeth Pino, Jorge Herrera, María de Jesús, Gabriel Echeverría y Martha Echeverría, padres y hermana de los estudiantes asesinados, expresaron su inconformidad al manifestar que en cuatro años de los hechos no hubo justicia pues no se detuvo a los culpables. El caso está archivado y en total impunidad, no hay actores intelectuales del hecho que estén presos. Y la defensa ha determinado que las instancias nacionales están agotadas.
Los abogados de los agraviados, Vidulfo Rosales y Abel Barrera Hernández, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan; Manuel Olivares, del Centro de Derechos Humanos José María Morelos, y Luis Carlos Buob, del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, señalaron que nunca se cumplió la recomendación 1VG72012, que determinó que en los actos de represión de ese día contra estudiantes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Estado Guerrero, se registraron graves violaciones a los derechos humanos.
Rosales Sierra expresó en conferencia de prensa en el Centro de Comunicación Social que hay 4 expedientes judiciales por el caso, uno por homicidio en el caso de Alexis y Gabriel, otro por tortura en agravio de Gerardo Torres, y dos por tortura en el fuero común y el federal contra seis estudiantes. “En el expediente está debidamente acreditado que el día de los hechos del 12 de diciembre del 2011 participaron al menos 90 elementos de la policíacos entre Estatales, Ministeriales y Federales; y dispararon por lo menos 60 armas. Sin embargo solo fueron procesados 2 ministeriales. Y hoy ya están en libertad”.
En cuanto a las deficiencias en las investigaciones en el caso, es claro que no se resguardo la escena del crimen, las pruebas para encontrar rastros de pólvora en los inculpados se realizaron dos días después de los hechos, así mismo, nunca se efectuaron los exámenes de balística para determinar el origen y trayectoria de las balas.
“El Tribunal Colegiado, resolvió que no había pruebas en su proceso, metieron un amparo y lograron su libertad. La Procuraduría del Estado de Guerrero, los volvió a recontratar a Ismael Matadamas Salinas y Rey David Cortez Flores”, señaló el abogado.
Los funcionarios que fueron sancionados el entonces procurador Alberto López Rosas y el exsubprocurador de procedimientos penales Alejandro Paz, “no fueron procesados por las agresiones a los normalistas, sino por el delito de evasión de presos, porque pusieron en libertad a los normalistas que fueron detenidos sin enviar un desglose a la Procuraduría General de la República para que determinara si se cometieron otros delitos, como ataques a las vías de comunicación” denunció Rosales Sierra. En ningún momento se ha sancionado a algún funcionario por el asesinato de Alexis y Gabriel.
En cuanto al caso de tortura a Gerardo Torres no se ha recabado la prueba técnica conforme al protocolo de Estambul, para determinar la tortura pese a que el estudiante lo solicitó en su denuncia, pero hasta marzo del 2013 la CNDH envió el estudio que se le practicó al normalista y demuestra su calidad de víctima.
Carlos Boub integrante del Centro de Justicia y Derecho Internacional (CEJIL) mencionó que el uso excesivo de fuerza en el operativo del 2011 así como los hechos de Iguala el 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014, “son casos distintos pero forman parte de un mismo contexto y de agresiones contra un mismo grupo de estudiantes de la rural de Ayotzinapa”.
Asimismo el integrante del CEJIL enunció los motivos de enviar el caso a instancias internacionales: “la falta de diligencias y de un retardo injustificado del Estado para dar respuesta, con las debidas garantías del debido proceso, a los familiares de Jorge, Gabriel y Gerardo, una respuesta efectiva de lo que pasó, determinar lo que llamamos una verdad histórica y eventualmente una sanción de los responsables de las violaciones a derechos humanos”.
Por último Vidulfo enfatizó que al enviar el caso ante la CIDH se pretende “generar un análisis” sobre el trato que el Estado mexicano da a los estudiantes de las escuelas rurales y que tiene su máxima expresión en el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos y asesinados, desde el 2011 a la fecha”.
* Redactora de SubVersiones en México y colaboradora de Colombia Informa.
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