La Alameda realizó un acto en apoyo a las indagatorias por la causa Kosiuko.

 

Desde las 10.30 hs., en el ingreso a los Tribunales Federales de la avenida Comodoro Py, La Alameda realizó un acto en apoyo a las indagatorias al dueño de Kosiuko y los principales directivos de la marca acusados de basar su producción en talleres clandestinos con trabajo esclavo.

Dicha instancia judicial se cumplirá en el Juzgado Federal de Julian Ercolini, luego de ser solicitada por el fiscal Cearras en su acusación a los directivos de la empresa, de basar su producción en talleres clandestinos con trabajo esclavo.

Recordamos que, desde el 12 al 17 del corriente, fueron citados a indagatoria Aníbal Terra, el presidente de la firma; Federico Bonomi, el dueño de la marca y Marcelo Gallardo, gerente general y apoderado de Bonomi. Todos ellos están acusados de haber subcontratado talleres clandestinos en los que se acreditó reducción a la servidumbre de trabajadores migrantes, mediante intermediarios que hacían de “pantalla” para engañar a los inspectores del Estado, según informó La Alameda.

Este procedimiento se hace conforme a lo establecido por la Ley de Trabajo a Domicilio, norma que hace penalmente responsable a los dadores de trabajo de las condiciones en que trabajan los costureros en los talleres que confeccionan para esa marca, tras la negativa de la Justicia Federal a la aplicación de este criterio, a excepción del fallo dictado por el Juez Federal Sergio Torres y la indagatoria anterior a los dueños de Soho.

Según informaron, la apelación a la falta de mérito dictada por el Juez Ercolini permitió que la Sala I de la Cámara Federal garantizara, junto con el fiscal, los pedidos de indagatoria.

Asimismo, la organización señaló el respaldo a esta instancia judicial y exigió el procesamiento de los directivos de Kosiuko, a quienes denunciaron penalmente en el 2006 y en el 2009. Por otro lado, espera que este trámite siente un precedente para la megacausa que el mismo magistrado tramita en su juzgado, donde hay más de cien marcas denunciadas por usar los mismos métodos esclavistas de Kosiuko, señalaron.

Durante el acto, en forma simbólica, se crucificó un costurero en clara señal de que, hasta ahora, las marcas salen impunes y los costureros son sacrificados en el altar del trabajo esclavo.