Reflexiones sobre las relaciones sociales y su transformación en el neoliberalismo.   Reflexiones sobre las relaciones sociales y su transformación en el neoliberalismo     Por Cristian Gillen   Las experiencias que se están...

Reflexiones sobre las relaciones sociales y su transformación en el neoliberalismo.

 


Reflexiones sobre las relaciones sociales y su transformación en el neoliberalismo



 


 


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Por Cristian Gillen
 
Las experiencias que se están dando en América del Sur (Venezuela, Bolivia, Uruguay, Argentina, Paraguay, Perú) para tratar de cambiar (con intensidades distintas) el neoliberalismo, están demostrando que, dentro del capitalismo, es imposible llevar a cabo modificaciones a nivel esencial. Dentro del marco capitalista, sólo se logran cambios no sustanciales que no ponen en juego los mecanismos de acumulación capitalista neoliberal. A medida que pasa el tiempo, las reformas son transformadas y/o asimiladas para que se adecuen a la modalidad de acumulación neoliberal. Esto se debe a que es la lógica interna de la reproducción neoliberal la que imprime la dinámica y no los “parches” que están fuera de la racionalidad de reproducción neoliberal.


Debido a lo señalado, es fundamental conceptualizar como se reproduce la sociedad dentro del capitalismo y las especificidades que ésta adquiere dentro de su modalidad neoliberal. Ello contribuirá a comprender mejor los elementos centrales que componen al capitalismo y las estrategias que deberían seguirse para su transformación. Para ello, hay que analizar, en primer lugar, cómo se concibe la sociedad dentro del capitalismo, a fin de luego estudiar las formas en que las distintas relaciones sociales se articulan y reproducen a nivel de la sociedad en su conjunto.
 
En el marxismo estalinista, se considera que la sociedad está conformada por una estructura y una superestructura, donde la primera está constituida por la economía y la segunda por la política y la ideología. En esta concepción de la sociedad, la estructura determina de manera casi mecánica lo político e ideológico.


Con el neoestalinismo, que promovieron Althusser y sus discípulos, se trató de atenuar el carácter rígido de las relaciones entre la base económica y los niveles políticos e ideológicos de lo que se consideraba la “superestructura”. Con ese fin, Althusser planteó que existía una retro-alimentación entre lo económico, político e ideológico, pero sin romper con el economismo, al señalar que es lo económico lo que determina en última instancia a los distintos componentes de la superestructura.


Estas concepciones, que son las que dominan en la literatura marxista, no posibilitan un estudio en profundidad de las diferentes relaciones dadas en la sociedad y de la forma en que unas se imponen a las otras en función de las modalidades de acumulación que adopta el capitalismo para superar sus crisis y/o incrementar sus tasas de ganancias y de poder político e ideológico.




A fin de superar las conceptualizaciones antes señaladas, sin caer en las posiciones postmodernistas y posmarxistas de negar la sociedad como categoría de análisis y tampoco verla a nivel de la articulación de discursos donde prima el lenguaje y el psicoanálisis, expongo en mi libro "Cómo superar el neoliberalismo" una nueva visión de la sociedad que rompe con la visión piramidal y economista de la sociedad y también discursiva.


En la formulación de la nueva visión de la sociedad en que impera el capital, no rompo con las categorías y conceptos centrales que Marx desarrolla en su obra como un todo dialéctico (proceso de producción inmediato, relaciones sociales, contradicciones, plusvalía, sujeto de cambio, entre otros). Dentro de esta perspectiva, detallo que la sociedad está conformada por un conjunto articulado de producciones políticas, económicas, culturales y familiares, y que entre ellas no existe una determinación a priori de una de ésas sobre las otras. La hegemonía de una producción sobre las demás dependerá en gran medida de la forma que adopte la reproducción capitalista en su proceso contradictorio de desarrollo. Así tenemos por ejemplo que el capitalismo que analizó Marx en un momento en que la industria comenzaba a establecer su predominio en la dinámica del capitalismo, no es el mismo que el que se da en la actualidad, donde las comunicaciones, la cultura, la televisión, la especulación financiera tienen un papel preponderante.


Cada una de las esferas de la sociedad (familiar, política, económica, cultural) se reproduce siguiendo la lógica general de la producción capitalista, que está constituida por un proceso de trabajo y otro de valorización, como claramente lo estipula Marx en su Capítulo inédito de El Capital titulado "El proceso de producción inmediato" [1]. Sin embargo, hay que puntualizar que, en cada una de las distintas producciones que forman la sociedad, los procesos de trabajo y valorización adquieren características particulares y singulares. Expondré algunos ejemplos de manera muy breve sobre lo que está sucediendo actualmente en el neoliberalismo en cada una de las esferas de la sociedad.


En el neoliberalismo, el proceso de producción familiar es distinto al  que predominaba en la etapa del capitalismo durante la cual sólo trabajaba el hombre. Ahora, tanto la mujer como el hombre tienen que laborar, y además, el papel de los padres se modifica en relación a sus hijos, al depender estos últimos en forma creciente de la televisión y el Internet, y por ende, de las relaciones sociales que se tejen a través de las redes de comunicación virtuales. Como se puede apreciar, las relaciones entre marido - esposa e hijos adquieren características de nuevo tipo que difieren de las que existían en los albores del capitalismo y en el capitalismo en masa. Esas relaciones han sufrido, en el seno de la familia, un proceso de modificación tal, que algunos psicoanalistas cuestionan la validez del complejo de Edipo, un concepto fundamental en el pensamiento psicoanalítico, o tratan de reconceptualizarlo en el marco de un mundo donde el imaginario y lo simbólico se han modificado sustancialmente [2].


En lo económico, se puede señalar que la valorización se ha ido “disociando” del proceso de trabajo debido al papel creciente del capital financiero en el proceso de reproducción capitalista. Ello ha permitido lograr sobreganancias que no se sustentan en lo generado en los procesos de trabajo, lo cual viene produciendo crisis del sistema cada vez más frecuentes y agudas. Lo antes mencionado ha contribuido en el debilitamiento de los sindicatos y en la sobre-explotación de los trabajadores.


En la cultura, se puede señalar, por ejemplo, que la educación se ha privatizado, transformándose en el elemento guía para la conversión de los entes educativos en centros de valorización capitalista. El proceso de enseñanza se ha jerarquizado y el alumno es tratado como un cliente. La privatización (que ha precarizado la enseñanza pública) tiene como objetivo generar una élite compuesta por el sector económico y político dominante y desproveer a los hijos de las familias con menores recursos de una enseñanza de calidad que responda a su problemática, o excluirlos de la educación en general.


En lo referente a la política, cabe puntualizar que se ha ido edificando progresivamente una democracia en que, cada vez más, los denominados representantes del pueblo están divorciándose de los pobres por expresar en forma abierta los intereses de los más pudientes que financian y/o apoyan, a través de los medios de comunicación, su candidatura y reproducción en el mundo de la política. Ésta, por su parte, se percibe como una simple producción de mercancías donde prima el valor de cambio sobre el valor de uso. De ahí la corrupción y la descomposición de los parlamentos, que en la práctica concreta son la expresión de una dictadura del capital.
 
Estos breves señalamientos sobre algunos aspectos relevantes de las relaciones sociales que se dan en las diferentes esferas de la sociedad son sólo unos ejemplos de cómo éstos se están manifestando en la actualidad. Los cambios significativos que las relaciones han experimentado ponen de relieve la necesidad de estudiar en profundidad las distintas producciones para que se establezca la manera de cómo transformarlas en el marco de una sociedad socialista de nuevo tipo, alejada del estalinismo y neoestalinismo, los cuales únicamente pudieron lograr formas de capitalismo de Estados frágiles que fueron presas fáciles del imperio. Pero también, con este sucinto análisis se quiere dar muestras de la enorme dificultad que representa, en el contexto del reformismo o de la ortodoxia, el tratar de realizar cambios relevantes y duraderos en el neoliberalismo.



NOTAS:


[1] Para mayor detalle, ver Cristian Gillen. El primado de las fuerzas productivas y el socialismo. Editorial Horizonte. Lima. Perú. 1986.


[2] Marie-Laure Dimon. Psychanalyse et politique. Sujet et citoyen : une incompatibilité? L’Harmattan. Paris. 2009.

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