Por el Lic. Julio C. Gambina
Argentina apura un primer desembolso de china por 1.000 millones de dólares de un acuerdo por 11.000 millones, base del suscripto swap entre ese país y la Argentina.
Con esos recursos se pretenden recomponer reservas internacionales, en torno a los 28.300 millones de dólares y crear mejores condiciones para liberar pagos de importaciones retenidas por la ausencia de divisas, las que se privilegian para el pago de deuda.
Argentina es un pagador riguroso de su deuda, en general, con nueva deuda, pero los intereses deben cancelarse y a fin de septiembre existen nuevos vencimientos de los canjes 2005 y 2010.
El swap con China es es YUAN, la moneda nacional de China, aunque convertible en varias partes del mundo.
Claro que podrán pagarse importaciones chinas con esos recursos e incluso valorizar reservas al equivalente en dólares.
El dato es la vuelta al endeudamiento argentino. Se acabó el tiempo del des-endeudamiento y por lo tanto, la vuelta al mercado de crédito es una búsqueda en proceso con los pagos al CIADI, la compensación a REPSOL y los acuerdos con el Club de París. Así, el país retoma su política de mayor endeudamiento para agravar su condición estructural de vulnerabilidad y dependencia financiera, ahora con China.
Claro que puede leerse como un crédito sin condicionamiento, al estilo de los que usualmente favorece el FMI, pero no significa un camino hacia la independencia, sino un cambio de acreedores, en momentos en que China se constituye en gran financista internacional, propagando iniciativas como la presente con Argentina con cuantiosos países del mundo.
China es un gran actor de la economía mundial, encabezando el ranking mundial por su capacidad de generar riqueza, el PIB más importante del mundo, superior a EE. UU. Además, por sus capacidad de ahorro y liquidez empieza a ser gran prestamista, ya no solo de EE. UU. y extiende sus vínculos con variados países, ahora con Argentina.
¿Es el comienzo de una nueva relación de dependencia de la Argentina? Ya conocemos los efectos de la asociación subordinada a Inglaterra y luego a EE. UU., ahora se trata de asumir el costo de la dependencia comercial, productiva y financiera con China.
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