Por Carlos del Frade
(APe).- “Rosario cómo has cambiado…”, dice la letra de un viejo tango que ya no se escucha por la radios del país. Hacía referencia a “la estampa de gran ciudad”, consecuencia del trabajo obrero y la impronta industrial, obrera, portuaria y ferroviaria.
En estos días de septiembre de 2014, la información sostiene que “la intendenta Mónica Fein decidió echar a su coordinador de Gabinete, José Néstor Trigueros, tras el escándalo desatado por los siete allanamientos que dieron con una red de prostitución cuya captación de clientes era a través del sitio www.supergatitas.com, el portal a nombre del hijo del ahora ex funcionario municipal, que responde al Movimiento de Acción Radical (MAR). La jefa del Palacio de los Leones anunció la decisión, tomada "por el bien de la gestión", luego de que el viernes pasado su secretario de Gobierno, Fernando Asegurado, confirmara a Trigueros en el cargo. Paralelamente, (el diario) La Capital corroboro que en la Dirección Nacional del Registro de Dominios de Internet la página acusada de facilitar la prostitución y ejercer lucro figura a nombre de David Hernán Trigueros, aunque el domicilio y el teléfono corresponden a su padre”, apunta el centenario matutino fundado por Ovidio Lagos cuando la ciudad era pensada como capital del país federal que debía resultar del triunfo del proyecto de la Confederación liderada por Urquiza antes de la batalla de Pavón donde el entrerriano traicionaría aquel proyecto y se convirtiera en uno de los hombres más ricos de América, a costa del empobrecimiento de las provincias a partir del modelo de país dependiente impulsado por Mitre y los intereses que representaba el inventor de la historia oficial argentina.
En estos días se cumplen 45 años del segundo Rosariazo, el “hecho maldito” de la historia vernácula, como le gusta decir al notable historiador Leónidas Cerutti. 200 mil personas en las calles.
“La dictadura militar de 1966, tras intervenir "La Unión Ferroviaria", anuló convenios y conquistas, produjo rebajas de categorías y de sueldos, 116.000 empleados y obreros fueron sancionados. El 8 de septiembre de 1969, el Cuerpo de Delegados de la Seccional Rosario del Ferrocarril Mitre y la Comisión Coordinadora de la Unión Ferroviaria comunicaba que "se iniciaba una huelga de brazos caídos en los lugares de trabajo", tras la suspensión de un delegado administrativo. Pararon ese día los Talleres de Rosario, Pérez, Villa Diego, y personal administrativo… La solidaridad del resto de los ferroviarios se extendió por todo el país. La dictadura a través del CONASE (Consejo Nacional de Seguridad), ordenaba la aplicación de la "Ley de Defensa Civil", por lo cual todo el personal ferroviario era movilizado, con convocatoria militar y les sería aplicado el Código de Justicia Militar.
Un plenario de 32 gremios de la "CGT Unificada de Rosario", resolvió "realizar un paro por 38 horas, los días 16 y 17”. La solidaridad llegaba de todos los trabajadores de Rosario. Los estudiantes universitarios y los partidos políticos se sumaron al paro. Al comenzar la represión policial, ésta lograba parcialmente dispersar a los manifestantes, pero pronto levantaban barricadas, resistían, se reagrupan y continuaba la protesta. Por toda la ciudad, aparecían barricadas en donde se encontraban peronistas, radicales, comunistas, socialistas.. Los puntos de concentración aumentaban, se incendiaban los colectivos y troles que no paraban, y la policía se fue replegando. Con el correr de las horas, era cada vez mayor la cantidad de vecinos que se sumaban a la protesta, y la lucha se desplazó a los barrios. Se incorporaron las amas de casa y los niños, y durante toda la jornada se turnaron para mantener en actividad las barricadas, donde se realizaban espontáneas asambleas para discutir como continuar. Las fuerzas policiales fueron desbordadas, y no consiguieron penetrar en Empalme Graneros, algunas zonas de Arroyito, en varias manzanas de la zona sur, y en numerosos barrios.
El Ejército se hizo cargo de la represión y comenzó a recuperar el control de la ciudad. Un desconocido Coronel Galtieri, comandaba uno de los batallones. Los enfrentamientos siguieron por la noche y durante el día 17. Por todo esto cada 16 y 17 de septiembre debemos recordar el Segundo Rosariazo y homenajear a todos los protagonistas de ese alzamiento popular”, dice el historiador Leónidas Cerutti.
A 45 años de aquella epopeya popular, la misma geografía asiste a tristes espectáculos que rozan lo político y señalan que la distancia con la ciudad obrera y rebelde es cada vez más profunda.
Fuentes: Diario “La Capital”, Rosario, martes 16 de septiembre de 2014; Leónidas Cerutti, “El segundo rosariazo”, página web de la CTA Rosario.
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