Crisis en el país de la raza cósmica (III) (Latitud Periódico) Por Juan Carlos Cena “Si fuera posible concretar en pocas palabras las características del pensamiento argentino diría: que en general es...

Crisis en el país de la raza cósmica (III) (Latitud Periódico)

Carta Abierta - Marchas Congreso Nacional

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Por Juan Carlos Cena

“Si fuera posible concretar en pocas palabras las características del pensamiento argentino diría: que en general es claro, amplio y generoso, con algo de vastedad de la pampa y la frescura de sus grandes ríos. Pensamiento constructor, no destructor, optimista y sereno, genuinamente idealista, pero con solidez, sinceridad y equilibrio. La Argentina es a la vez el país más fuerte y el más hermoso de América. Dios lo bendiga por siglos”.

La Raza Cósmica, de José Vasconcelos (1925 - México).

LA MEDIOCRIDAD LLEGÓ A LA UNIVERSIDAD

Desde los claustros universitarios, más precisamente los llamados modernistas, han parido ideas deformadoras más que reformistas. Ideas trampas. Han inventado el adefesio de la teoría de El Estado Árbitro. Negando la verdadera naturaleza del Estado. Con el arbitraje todo queda como está, no existe el movimiento social. La sociedad se cristaliza sin tendencia, contradiciendo las leyes naturales del devenir de los tiempos: igual a traslación y cambios. Reina la quietud, se terminó la insistencia del concepto de movimiento según Heráclito. Concluyó la evolución de la sociedad y sus organizaciones. El Estado quedó ahí, congelado, de referí. El Estado Árbitro sería el Estado del mal menor. Debemos optar por él aunque siga siendo un mal.

“El concepto de mal menor es uno de los más relativos. Enfrentados a un peligro mayor que el que antes era mayor, hay siempre un mal que es todavía menor aunque sea mayor que el que antes era menor. Todo mal mayor se hace menor en relación con otro que es aún mayor, y así hasta el infinito”. Quaderno, 16 (XXII) A. Gramsci

Ni hablemos que desde los claustros universitarios de diversas ideologías variopintos, dicen que la clase obrera es una clase subalterna. Estas conceptualizaciones marcan la mediocridad militante de estos seudos intelectuales, ni siquiera los intelectuales conservadores, liberales, de derecha se atreven a tanto. No entienden o no quieren comprender la verdadera naturaleza del mundo del trabajo. Con esa misma mirada analizan nuestra crisis actual.

Por otro lado, un grupo de intelectuales reunidos (no unidos) en la agrupación Carta Abierta, más esos fosforitos sueltos maquillados de progresistas, opinan de la misma manera, con la descalificación al otro o el desprecio al mundo del trabajo. Frente a esta crisis, optan por la superficialidad, y en ella va enancado el descrédito al otro. Es el ejercicio diario y permanente..

Los contrarios, los adversarios tienen lo suyo. Del mismo modo utilizan el dedo descalificatorio. Es decir, la oposición, de todo color, del mismo modo pretenden ignorar esta crisis, a ellos no les pertenece, no los abarca, no los roza. Hay que ver y apreciar la variedad de respuestas vacías que no dicen nada ante el estado de situación en que se encuentra el país y la sociedad. No perciben o no quieren apreciar el comienzo de fuertes estertores en el campo social. Ellos dicen que esa corriente protestataria no es para ellos, solo para el gobierno K… Se equivocan. Es también para la dirigencia política que tiene un perfil vulgar, evaden el sinceramiento porque especulan. Algunos son como el tero, cacarean frente a los micrófonos o cámaras de TV y ponen el huevo (voto en la urna K) en el parlamento, apoyan los proyectos K. Otros se asocian en proyectos inmobiliarios que da jugosas ganancias… Es larga la lista…

No tienen olfato, no sienten como Hamlet, que venteaba el olor ha podrido en Dinamarca de lejos, o tienen atrofiada las células olfativas, o se las cubren…

Todos ellos no tendrán historia, quedarán solo en un prontuario.

Esta es una crisis donde oficialismo y oposición no quieren visualizar lo que pasa, porque hacerlo implica reconocimiento de la misma. Esta crisis que se está profundizando tira abajo "buenas intenciones", el oportunismo es enorme y gangrena los fondos más profundos.

Por ello, no manifestarse sobre la existencia de la crisis es estar en estado de atontamiento de carácter grave. Todos somos parte de esta crisis, debemos asumirla. No hacerlo, reitero, es estar en el medio del magma volcánico y decir que toda esta frío. Es una señal de que los servomecanismos de la condición humana fallan. Cuestión espinosa de encarar; podemos inferir, por otro lado, que el virus de la mediocridad los ha atacado muy fuerte.

Esta es una crisis integral que tiene un largo proceso de acumulación de contradicciones no resueltas. Crisis que abarca al campo político a 360 grados y repercute en todas las organizaciones políticas, sociales, gremiales, estudiantiles, entre otras. En cuanto al marco del orden internacional, especialmente en Europa, es otro contexto no alejado de nuestra realidad. No es únicamente económica este brete, sino de valores éticos, morales, solidarios, entre otros. Éstos se han ido olvidando, dejándolos en el camino como trastos incómodos; argumentando razones tácticas para poder trotar, más livianos, unidos con el mal menor. Por eso fue necesario alivianar la carga de los principios. Toda una opción. Lo que une puede afirmar: que el mal, aunque menor, siempre es el mal.

En este deslizar aceitoso, los intelectuales fueron abandonando principios, ideologías, modos de comportamiento, honradez, banderas, escarapelas para abrazar con comodidad al pragmatismo más experto. Vendieron a precio vil sus bibliotecas forrando los libros para que no vean de soslayo que leían antes de dar el salto con la garrocha retractil, elemento útil para todo cambio.

Veamos, someramente, el papel del parlamento a través del tiempo. ¿Es en realidad la representación del pueblo? Es dable que éste, el pueblo, que no delibera ni gobierna sino a través de ellos. Debe ser así y esperar el final del mandato con una paciencia impaciente “democrática”. ¿Acaso el pueblo deseaba la ley antirrepresiva, la ART, la venta de tierras ferroviarias y de las otras como la Isla De Marchi?.

Mejor ni hablemos de los proyectos faraónicos como la canalización del Bermejo, la Aeroisla, el cohete a la estratósfera de Menem; el traslado de la capital a Viedma, ahora a Santiago del Estero; el puente a Montevideo sobre el río de La Plata, de Duhalde; el edificio mas alto de America latina en la isla De Marchi, como la Torre de Babel.

La leyenda bíblica de la Torre de Babel sostiene que los hombres decidieron construir una torre tan alta como para llegar al cielo. Al mismo tiempo, un promocionado periodista suelta sin ningún empacho que en las villas se vive dignamente y que los trabajadores las eligen para no viajar tanto y estar más cerca de sus trabajos y, por ejemplo, del cine… al que acudirían después de jornadas de 12 horas de labor.

El anuncio presidencial implica un negocio inmobiliario brutal. El sinceramiento de lo que nunca intentaron solucionar: Es el acceso a una vivienda digna. Mientras se destinarán millonarios recursos para construir una megatorre en uno de los lugares más caros de Buenos Aires, la extensión de las villas y barrios carenciados en la ciudad ha crecido exponencialmente.

Una y otra realidad van de la mano pues son parte intrínseca de cómo funciona y “organiza” a la sociedad el sistema capitalista. Esto no es chabacanería simple, sino la perversidad de la mezquindad.

PARLAMENTO

Las últimas manifestaciones masivas nos señalan la disconformidad de la ciudadanía en general con el gobierno nacional, provincial y de la ciudad de Buenos Aires. A los tres los une la desastrosa gestión de sus gobiernos. Los parlamentos, son un nidal de ciudadanos que trabajan de parlamentarios bien pagados y apoltronados.

Las manifestaciones tanto de marchas y paros nacionales o provinciales o municipales señalan hartazgo. Esos estertores indican además que algo nuevo está por nacer en la Argentina.

Las manifestaciones ciudadanas en todo el país y la acción paralizante inducida del movimiento obrero es una fuerte señal. También para estos desertores.

Producción periodística: Elena Luz González Bazán

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