Antilla: Donde se forman seres humanos felices y dignos por la obra de sus maestros investigadores (Visión desde Cuba) Investigadores de Antilla que merecieron el máximo reconocimiento en el evento municipal junto a profesores de la Universidad de Ciencias P...

Antilla: Donde se forman seres humanos felices y dignos por la obra de sus maestros investigadores (Visión desde Cuba)

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Investigadores de Antilla que merecieron el máximo reconocimiento en el evento municipal junto a profesores de la Universidad de Ciencias Pedagógicas

Por Jorge Alejandro Laguna Cruz.

El más pequeño de los municipios de la provincia de Holguín y uno de los más pequeños de Cuba, es Antilla; posee una extensión superficial de algo más de 100 km2, conformado por una estrecha franja costera que ocupa la Península El Ramón, la cual separa la Bahía de Nipe y la Bahía de Banes, lo que le confiere características distintivas como municipio. Fue fundado el 21 de enero de 1925, y es famoso desde tiempos lejanos por su belleza, leyendas y aspecto original.

El municipio de Antilla está organizado en 3 Consejos Populares, de ellos uno con características urbanas y dos mixtos, con 35 circunscripciones electorales. Actualmente posee una población de algo más de 12 mil habitantes. Su red escolar comprende 15 instituciones de todos los tipos de enseñanzas y una matrícula de 1961 estudiantes, contando los niños del círculo infantil, atendidos por 429 docentes.

Desde la década de los años ' 90 del pasado siglo, cuando comencé a desempeñar funciones en la gestión de la actividad científica educacional en la provincia de Holguín, tuve mis primeros contactos con los protagonistas de importantes soluciones a problemas que afectaban la calidad de la Educación en ese territorio. Siempre noté el deseo de aprender y la honestidad que caracteriza al antillano.

Fue Antilla, después de la capital provincial, uno de los primeros municipios en tener Doctores en Ciencias Pedagógicas. Y al revisar los archivos bajo mi cargo, en la Vicerrectoría de investigación de la Universidad de Ciencias Pedagógicas, se comprueba que desde 1990 hasta la actualidad, han asistido a los diferentes Congresos internacionales de Pedagogía, al menos un delegado del municipio, en representación de sus maestros investigadores, aunque hay años que han tenido dos delegados (2011).

El destacado trabajo que realiza el municipio en la gestión de la actividad científica educacional, durante el año 2014 se ha visto coronado por un Reconocimiento nacional al profesor Miguel de Jesús Palay Faez y tres importantes reconocimientos, durante la clausura del evento provincial de Pedagogía 2015 en Holguín, a delegados del municipio. En una delegación de siete personas, cinco presentaron sus ponencias y de ellos, el 60% recibió algún reconocimiento, ¡ eso dice mucho de su quehacer !

Los investigadores premiados fueron: Giraldo Enrique Santiesteban Marí, Laydis Thompson Batista y Milagros del Rosario Puig Hernández, ambas reconocidas por el Sindicato provincial de trabajadores de la Educación y el primero, por la Comisión organizadora del evento provincial, a propuesta del Tribunal que valoró sus resultados científicos.

Un pequeño territorio en población y extensión, que pueda exhibir esos resultados, revela la entrega y dedicación, no sólo de los maestros investigadores que merecen todo nuestro reconocimiento, sino también de sus cuadros, funcionarios y personal de apoyo a la gestión científica en ese municipio.

Marx reveló en su tiempo que la conciencia refleja las condiciones materiales de existencia, pero también influye sobre esas condiciones y las modifica. Existe una interacción dialéctica entre el docente y la realidad en la que se inserta. Es por ello que nos llama tanto la atención los resultados que en la actividad científica educacional se exhiben en el municipio de Antilla, donde existe una conciencia arraigada sobre el hacer bien las cosas a pesar de las limitaciones de estos tiempos.

También reconforta saber que en la actualidad, varios de los más destacados investigadores del territorio, son jóvenes recientemente salidos de las aulas universitarias y que en muchos casos, hacen propuestas reveladoras de una obra de infinito amor. El amor como producto cultural, a decir de Lenin, es resultado del desdoblamiento de nuestro ego, lo que se logra mediante prácticas que infunden valores altruistas, gestos solidarios, ideales colectivos, gracias a los cuales la vida gana sentido y la muerte deja de ser encarada como fracaso o derrota.

Un maestro investigador en estos tiempos debe tener actitudes pautadas por la construcción de una identidad humana en la cual exista una adecuación entre esencia y existencia. Ese investigador de su realidad debe buscar soluciones a los problemas del entorno escolar contextualizándolo a la coyuntura histórica en la cual se inserta.

El primer deber de un educador es formar seres humanos felices, dignos, dotados de conciencia crítica, participantes activos en el desafío permanente de perfeccionar el socialismo. Para eso, le cabe a la educación despertar en los educandos el aprecio por los valores que estimulan el altruismo, la solidaridad, el servicio desinteresado a las causas colectivas, aunque la fuente de esos valores no sea exclusivamente ideológica, sino también religiosa o espiritual, cuestión ésta última que en Antilla y en sus investigadores, alcanza notoriedad.

Ha señalado Frei Betto que en este mundo hegemonizado por la mercantilización de todas las dimensiones de la vida y todos los aspectos de la naturaleza, cultivar la espiritualidad se convierte en un desafío. Es por ello que las soluciones que logren los maestros investigadores tanto en Antilla como en cualquier municipio de la provincia y el país, deberán “(…) mantener a los hombres en el conocimiento de la tierra, y en el de la perdurabilidad y trascendencia de la vida” (José Martí, “Maestros ambulantes”, La América, Nueva York, mayo de 1884, t. 8, p. 288).

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