Por Luis Ernesto Ruiz Martínez
No quiero dejar pasar un “artículito” de poca monta que fue divulgado hace unos días por varios sitios que evidentemente son “incondicionales” al Tío Sam en sus intentos por tergiversar todo lo que sucede en Cuba. Según una nota firmada por Dania Virgen García la muerte de Luis Miguel Arias Cala se debió a la falta de medicamentos, una mentira que ni ella misma se la cree, pero por la que debe haber recibido más de una palmadita en la espalda y alguna que otra “contribución” para sus bolsillos.
Los que quisieron estar bien informados sobre la evolución del joven recientemente fallecido, de la actitud delictiva de sus familiares y de las atenciones que recibió durante los varios días que permaneció en dos hospitales de la ciudad de Holguín pudieron hacerlo, entre otros lugares, en este blog. Ahora debo alertar de algunas maniobras que pretenden mantener vivo el tema con fines desestabilizadores.
La soberana mentira sobre la falta de medicamentos contrasta con las frecuentes informaciones ofrecidas a la familia por los propios médicos que atendieron a Luis Miguel sobre el empleo de antibióticos de alta efectividad, elevados costos y difícil adquisición como Amicacina, Bancomicina, Astreonan, Meropenen.
De estas cosas evidentemente no les conviene hablar, como tampoco mencionar que el que ahora pretender presentar como víctima agredía a su propia familia, atacó hasta propinarle la muerte a ladrillazos a un anciano y acuchilló al conductor de un “bicitaxi” para robarle el vehículo. Verdades lamentables, pero dolorosas, que no me puedo callar.
Al no encontrar durante el velorio o el sepelio de Luis Miguel las razones para formar su espectáculo, porque según fuentes contrarrevolucionarias la policía política y la PNR se mantuvieron al margen del suceso y no los “molestaron”, la familia sigue recibiendo asesoría “especializada” para esta vez preparar un video que deje constancia de todos los atropellos recibidos.
Ya se conoce que los “realizadores del videíto” pretenden incluir a María del Carmen Cala (autoproclamada Dama de Blanco y ahora frustrada actriz) con las fotos de sus dos hijos, el fallecido y el detenido. Llama la atención que no ese movimiento el que realiza el material audiovisual, sino miembros de la UNPACU en Santiago de Cuba, una organización contrarrevolucionaria a la que la María acaba de ingresar, según se ha divulgado recientemente.
Ninguno de los que la embarcaron en anteriores maniobras le aconsejará para evitar hacer el ridículo esta vez. Los mismos que no respondieron a su reclamo para obtener la tan anhelada crema o ungüento anti escara la pondrán ahora ante las cámaras. Para ellos esta pudiera ser “la jugada perfecta”, como han planteado algunas fuentes, para dar el siguiente paso.
Aunque no acostumbro a hacerlo copio textualmente una frase que empleó un medio nada amigable para terminar un reciente artículo sobre este caso: “vivimos en un mundo de locos y ser cuerdo puede ser una locura”. Vamos a ver quién pone el loco y quién el tratamiento necesario.
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