Por Sara Rosenberg
Un gobierno que saquea sin piedad, pero hace discursos democráticos, patrióticos, universales y divinos.
Un gobierno que ha producido a través de sus leyes y su política bancaria 570.000 desahucios. Es decir, 570.000 robos del derecho a la vivienda.
Un gobierno que permitió y ganó con la especulación inmobiliaria -la burbuja- que enriqueció a sus socios y privó del derecho a techo a las mayorías.
Un gobierno que cerró industrias y destruyó las industrias pequeñas y medianas.
Un gobierno que ha permitido una tasa de desempleo del 23,7 %.
Un gobierno de un país con más de cinco millones de desempleados.
Un gobierno que desde los bancos y las instituciones públicas ha robado con total impunidad el derecho y los bienes públicos.
Un gobierno que ha conseguido que miles de personas pasen hambre o estén en la pobreza o la precariedad.
Un gobierno que cede completamente el control de sus bases militares al crimen organizado de la OTAN, situadas en Rota y Morón, para atacar países y participar en guerras que sólo benefician a la industria armamentística y a sus gerentes, que por supuesto están en el gobierno.
Un gobierno que apalea y criminaliza la protesta ciudadana y encarcela a quienes se pronuncian contra los constantes atropellos y la pérdida de derechos elementales.
Un gobierno que tortura, y no sólo en las fronteras .
Un gobierno que tiene a todos o casi todos sus miembros imputados y/o juzgados por delitos graves de corrupción, blanqueo de capitales, tráfico de influencias, evasión de impuestos, robo .
Un gobierno que sirve a la empresa y desmonta todos los derechos laborales elementales de los trabajadores.
Un gobierno que privatiza y destruye la salud pública para ponerla en manos privadas.
Un gobierno que destruye la educación pública y pretende que la educación sea una mercancía y un privilegio para pocos.
Un gobierno que protege a los ladrones, estafadores y corruptos mientras promulga leyes que niegan el menor derecho a las mayorías.
Un gobierno que maltrata y desprecia constantemente a las mujeres, tanto en su derecho a decidir sobre su maternidad como en sus derechos sociales.
Un gobierno que potencia las diferencias de sangre porque tolera a una monarquía, negando que todos los hombres nacen libres e iguales.
Un gobierno que permite a la iglesia intervenir en asuntos de estado y le cede poderes que corresponden al estado.
Un gobierno que asesina y tortura en las fronteras con vallas de concertinas, apaleamientos y hacinamientos para miles de personas, víctimas de la guerra -OTAN- en que está implicado este mismo gobierno .
Un gobierno que permite el tráfico de personas y considera que la prostitución es un negocio que debe registrase en el PIB.
Un gobierno que tolera el tráfico de drogas y considera que es un aporte al PIB.
Un gobierno que destruye el medio ambiente, tala y vende y trafica con la naturaleza que es un bien colectivo.
Un gobierno que ha apoyado a las dictaduras más atroces, Obiang, Videla, Pinochet y que sigue apoyando la violencia y la ilegitimidad de los golpistas y las mafias en America Latina.
Un gobierno que denigra la democracia porque priva a las mayorías de sus derechos elementales de expresión.
Un gobierno que envía soldados a Irak y vende armamento a las huestes terroristas de medio oriente.
Un gobierno que no ha sido ni siquiera capaz de condenar la última masacre de Gaza y mantiene excelentes relaciones con Israel.
Un gobierno para el que los derechos son sólo para un puñado de empresarios y banqueros, mientras los estafados por los bancos, expulsados de sus casas y lanzados a la precariedad no tienen ningún derecho…
(La lista es mucho más larga y está abierta a que la continúen)
Este gobierno se atreve a cuestionar al gobierno de Venezuela y a apoyar abiertamente a los terroristas que han causado tantas muertes, tanto dolor y tanto caos y sufrimiento al pueblo venezolano. Sencillamente porque nuestra querida Venezuela bolivariana se alza sobre la más grande reserva petrolífera del mundo.
Este gobierno de imputados, corruptos y ladrones se atreve a hablar de democracia, mientras financia a criminales y terroristas, colaboradores y socios del narco-terrorista Uribe. Este gobierno se atreve a defender a Leopoldo López, ahora en la cárcel porque sus últimas intervenciones terroristas causaron cuarenta muertos, cientos de heridos, incendios de escuelas y hospitales, y hace un mes el brutal asesinato del joven diputado Robert Serra.
Este gobierno que apalea y castiga duramente cualquier protesta se atreve a decir que defiende los derechos humanos.
Debe decir que sólo defiende los derechos de una clase social privilegiada, que es capaz de matar, quemar escuelas, hospitales y universidades, con tal de recuperar el antiguo derecho a robar sin ley que les moleste, corromper la sociedad, destruir el estado y destrozar todo lo público para hacer grandes negocios con el petróleo y por supuesto, el narcotráfico.
Hay antecedentes. En 2002, el anterior presidente del mismo partido -Aznar- apoyó abiertamente el golpe de estado contra el presidente Chávez. Y no han cesado de apoyar a la oposición violenta. Lo han dicho claramente en la última reunión del FAES, aquí en Madrid, esa fundación que recibe millones del robo de las arcas públicas y que da apoyo a los movimientos más antidemocráticos de America Latina. Todos los miembros del siniestro gobierno de Aznar están hoy imputados por corrupción, sólo falta él.
Y surge una pregunta: ¿ Existe o puede existir la mafia en un solo país ? No, la mafia es también un fenómeno global. Se llama imperialismo. Por eso los terroristas venezolanos cuentan con el apoyo del gobierno español, y por eso Rajoy declara que defiende a López y sus secuaces.
¿ O acaso no han apoyado siempre el terror y la guerra como política de colonización y saqueo ?
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