Por Iroel Sánchez
Las reacciones de algunos medios de comunicación ante el papel de Cuba, cada vez más reconocido, en el enfrentamiento a la actual epidemia de ébola en África occidental son muy interesantes.
Si desde el Secretario General de la ONU, The New York Times, The Washington Post, The Guardian, hasta el Secretario de Estado de Estados Unidos John Kerry reconocen “la impresionante contribución” de Cuba en la lucha contra la letal enfermedad, otros se sienten en la obligación de buscar las manchas en el sol.
“Cuba se ha labrado en el último medio siglo una imagen como potencia médica” dice la corporación británica BBC Mundo, dando a entender que lo que hace la Isla es una acción propagandística.
Pero BBC no da la palabra, no ya a un sólo profesor de medicina de la Isla, tampoco a los cientos de millones de pacientes que han sido atendidos por profesionales cubanos en todo el mundo. Los únicos médicos cubanos que pueden ser escuchados por BBC están en Miami y son beneficiarios del Cuban Medical Professional Parole, una inicativa que coordinan, desde el año 2006, el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Su objetivo es estimular que profesionales de la salud que integran las brigadas de solidaridad cubana abandonen a sus pacientes y marchen a Estados Unidos, donde muchas veces no han podido obtener un empleo a la altura de su formación.
Sin embargo, esa es la fuente para hablar de la “imagen” que Cuba se ha labrado. Por supuesto, sin mencionar que el tal programa estadounidense existe. Extraña propaganda la cubana, que se lleva a cabo con hechos, no con “noticias”. La pregunta que se cae de la mata es por qué Estados Unidos y Europa no se labran una imagen de ese modo.
¿Por razones de imagen? Estados Unidos ha tenido una manera un poco rara de reaccionar cuando Cuba logra hacer lo que, según el propio discurso de Washington, es defender los derechos humanos. Cuando tropas cubanas derrotaron al ejército racista sudafricano en Angola, Henry Kissinger prometió bombardear la Isla; si decenas de miles de trabajadores cubanos de la salud atienden a millones de personas que nunca antes habían visto un médico, entonces Bush lanza un plan para comprarlos y Obama lo mantiene en vigor.
A propósito del combate al ébola, sería bueno que BBC, lejos de intentar pasar gato por liebre a su audiencia, tuviera el valor de abordar la pregunta que la revista estadounidense The Nation se ha atrevido a hacer:
“A medida que el número de muertos de ébola en África occidental ahora se acerca a 9.000, sería interesante saber si los diplomáticos estadounidenses en Sierra Leona están colgando las ciruelas de los salarios al nivel de los Estados Unidos frente a los cubanos, o si están dispuestos a poner el programa en espera y dejar que ellos combatan la enfermedad”.
Pero eso es muy difícil. Para ello tendría que comenzar por decir que el vergonzoso plan de Estados Unidos que para hacer propaganda contra Cuba busca dejar a los enfermos del Tercer Mundo, mayoritariamente pobres y desantendidos, sin médicos cubanos, existe. Tendría que dejar de hacer propaganda y brindar información. (Publicado en CubAhora)
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