Entrevista a Adrián Lomlomdjian, presidente de la Unión Cultural Armenia (UCA) de Argentina (Resumen Latinoamericano) Foto : Verónica Canino Vázquez Por Leandro Albani Genocidio Armenio. La memoria popular es el mayor castigo contra la impunidad En 191...

Entrevista a Adrián Lomlomdjian, presidente de la Unión Cultural Armenia (UCA) de Argentina (Resumen Latinoamericano)

Adrian Lomlomdjian - UCA

Foto: Verónica Canino Vázquez

Leandro Albani

Por Leandro Albani

Genocidio Armenio. La memoria popular es el mayor castigo contra la impunidad

En 1915, cuando los Jóvenes Turcos comenzaron a delinear lo que hoy es la actual República de Turquía, el pueblo armenio sufrió uno de los genocidios más grandes de los que fue testigo la humanidad. Bajo la premisa de “unificar” al naciente Estado turco frente a la derrota del Imperio Otomano, dos millones de armenios fueron víctimas de una matanza planificada y de un exilio forzado que los repartió por todo el mundo.

Adrián Lomlomdjian, presidente de la Unión Cultural Armenia (UCA) de Argentina, explicó las razones históricas del genocidio y analizó la posición del gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan, que continúa negando un asesinato masivo del cual se cumplen cien años el 24 de abril de este año.

LA: -¿Cuáles fueron las razones del genocidio armenio?

AL: -Cuando hablamos del genocidio armenio enseguida vamos a 1915, pero el pueblo armenio, entre los siglos XVIII y XIX quedó dividido en tres grandes imperios: el persa, el turco y el ruso. Después la parte persa, en una guerra persa - rusa, pasa a formar parte del zarismo. Entonces gran parte del pueblo armenio quedó dividido en esos dos imperios. En la parte turca habitaron durante siglos y siglos conviviendo como nosotros convivimos con nuestros vecinos. Ahí la diferencia era que eran distintas nacionalidades, religiones, idiomas, eran pueblos que tuvieron tradiciones de miles de años, con sus problemas, pero fueron conviviendo y desarrollando sus propias vidas.

Los armenios, dentro de todas las dificultades que tenían, pudieron desarrollar sus escuelas, sus iglesias, sus centros culturales, sus partidos políticos, su prensa, que demostraba que tenía una gran vida dentro del Imperio Otomano. Incluso se habla de que la arquitectura en Estambul y en otras ciudades turcas tiene mucho de armenio. Estaban integrados a la vida del imperio. Pero siempre estaba la diferencia porque los armenios, entre otras cosas, tenían que pagar más impuestos. Además, sectores nacionalistas y fanáticos han existido siempre, y los armenios eran llamados “infieles”. Hay que tener en cuenta que la mayoría del pueblo armenio vivía en el interior, que es la Anatolia, y eran campesinos. El armenio de Estambul no sufría lo mismo, porque era industrial, comerciante o profesional y había otro trato, porque formaba parte del círculo de poder. El campesinado y la clase trabajadora armenia sufrían más que nada esa opresión nacional, además de la social.

Cuando empieza la Primera Guerra Mundial y la lucha contra el Imperio Otomano, a diferencia con lo que pasaba en el Imperio Zarista, donde el partido bolchevique logró unir a las distintas nacionalidades, en Turquía la lucha la llevaban cada nacionalidad por su cuenta, tanto los serbios, los griegos, los albaneses, los árabes, los kurdos como los armenios. Hoy mismo en Turquía viven treinta nacionalidades. Otra razón es la presencia del imperialismo, aparecían los pozos petroleros, empezaba a construirse el ferrocarril que iba a unir desde Europa hasta Transcaucasia pasando por Turquía, llegando hasta lo que hoy es Irak. Todo eso era el Imperio Otomano.

La Palestina que está ocupada y en la cual se formó el Estado de Israel también era parte del Imperio Otomano. El actor sionista tuvo que ver en ese momento. Hay libros y testimonios que demuestran que los creadores de la ideología panturquista y panislamista fueron los sionistas. Obviamente los franceses y los Jóvenes Turcos, con la idea de unificar a las distintas nacionalidades, decían que luchaban contra el sultán Abdul Hamid, que hizo las primeras matanzas masivas de armenios. Entre 1894 y 1896 murieron casi trescientos mil armenios, que no es poca cosa. También la masonería tiene que ver mucho, porque había masones en toda la cúpula de los Jóvenes Turcos y de los armenios. Los Jóvenes Turcos llegaron con el lema de la fraternidad, igualdad y libertad,  pero una vez en el poder pesó la idea de unificar la creación de un Estado turco, entonces había que suprimir las otras nacionalidades. Pero la “solución” del problema armenio era la solución final de  liquidarlos a todos o sacarlos de tierras que habían habitado históricamente.

LA: -¿Cómo jugó el factor religioso, teniendo en cuenta que los armenios son cristianos y los turcos musulmanes?

AL: -La causa del genocidio no fue porque unos eran cristianos y los otros musulmanes, porque convivían desde siempre. Hoy se ve que los kurdos son musulmanes, en su gran mayoría, y los turcos también, e igual tienen problemas. La religión se utilizó porque era un factor que azuzaba y fanatizaba a los sectores turcos más atrasados. Es similar a lo que pasa en Argentina cuando dicen que no hay trabajo porque hay bolivianos y paraguayos que hacen esos trabajos. Se utilizan los mismos criterios. Y así se llegó al genocidio planificado de armenios, que también se permitió gracias a la pasividad, la indiferencia o la complicidad de las potencias occidentales de ese momento.

LA: -¿Cómo es el comportamiento del actual Estado turco con respecto al genocidio armenio?

AL: -Me sorprendió la reacción de Erdogan después de las palabras del Papa Francisco, no porque esperábamos que Erdogan dijera que el Papa tiene razón. No espero que Erdogan diga lo que yo digo ni lo que dicen los armenios. Erdogan responde a otros intereses y a otra clase, pero cuando el año pasado, si bien pidió perdón a los armenios por las víctimas de la Primera Guerra Mundial y sin hacer alusión al genocidio, al menos fue un avance. Que sectores reaccionarios, retrógrados y de derecha dijeran eso era importante para ir abriendo un camino. Para algunos es humillante pedir perdón y otros piden perdón demostrando con las acciones concretas que van cambiando. Hay mil maneras de pedir perdón: comenzando a reparar, a tener otra actitud con las minorías del país, incluidos los armenios.

Pero lejos de todo eso, Erdogan ha fortalecido la campaña negacionista y agresiva totalmente. Lo que está haciendo, lejos de tener el resultado que él pensaba, ayudó a que algunos países que estaban en el medio y dubitativos, tomaran otras posturas. Por eso, inmediatamente después de las declaraciones del Papa enseguida el Parlamento europeo sacó una resolución pidiendo a Turquía que reconozca el genocidio, llamando a los países de la Unión Europea que acepten resoluciones reconociendo el genocidio y demanda a Turquía que establezca relaciones con el pueblo armenio.

Los intereses son tan fuertes que no son solo los de Erdogan y de Turquía. Cuando leemos la historia, el factor sionista y de la masonería están muy presentes, pero la degradación y la descomposición del Imperio Otomano y la formación de los Estados, estuvo influenciada por la presencia de Gran Bretaña, del imperialismo, el sionismo y los masones repartiéndose el mundo, tuvo mucho que ver. Si vamos cien años atrás y hacemos una lista de las víctimas y victimarios son los mismos que en el 2015. Por eso, lo de Turquía no me sorprende.

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