Por Marco León Calarcá
La ley del embudo...
lo ancho pa' ellos y lo angosto pa' uno
ley de la ballena...
lo angosto pa' uno y lo ancho pa' ella
la ley del más fuerte...
como están armados se hacen los valientes.
Fragmento de La Ley del Embudo, emblemática canción colombiana
Estamos de acuerdo, lo repetimos, lo demostramos y trabajamos para lograrlo, llegó la hora de acabar la guerra.
También el pueblo y sus organizaciones demostraron con sus marchas, en las principales ciudades del país, su determinación para que esta vez no les birlen la anhelada Paz.
Sin embargo, se ensombrece el horizonte de la paz en la patria, producto de la interpretación amañada y mentirosa que conlleva a exigencias desproporcionadas a la insurgencia, como si no bastara la asimetría en el campo militar, resistida con gallardía por la insurgencia, ahora se pretende aplicar esa desigualdad a los aportes y compromisos propios del proceso de conversaciones.
Es inocultable la responsabilidad del Estado y sus diferentes gobiernos en el origen y causas del conflicto social y armado, cuyas raíces se extienden allá en la primera mitad del siglo pasado. La razón de ser del Diálogo en La Habana es encontrar soluciones diferentes a la guerra.
Sembrar en el imaginario la falsa idea de una guerrilla derrotada y responsable de todos los males nacionales, empieza a generar choques entre la voluntad y la necesidad de construir acuerdos en la Mesa de La Habana y los medios de desinformación, autonombrados opinión pública, y los enemigos de la paz con sus maniobras.
Aprovechar el cese de fuegos, unilateral e indefinido declarado por la guerrilla fariana para tender extensos y fuertes cercos escondidos en los llamados controles de área y pretender paciencia y resignación de la tropa guerrillera en la espera de un golpe, no es lógico ni real. Pero el colmo de la enajenación es recurrir a la descalificación y creerse con el derecho de tomar medidas belicistas cuandola insurgencia, de manera legítima, reacciona militarmente.
¿Serán los bombardeos aéreos la solución al conflicto?, ¿no será buscar la fiebre en las cobijas?
¿Ya pensamos seriamente en el significado e implicaciones de las órdenes impartidas por el Presidente Santos como Comandante en jefe de la Fuerza Pública, cuando les incita a mantener la ofensiva sobre las FARC - EP, porque, según dijo, es necesario mantener "la presión para ganar esta guerra"?
¿Por qué una medida tomada como aporte a la construcción de la paz, el cese de fuegos, unilateral e indefinido, nunca suficientemente reconocido y valorado, ahora se convierte en la guillotina de quienes la tomaron?
¿Cómo explicarse la manipulación al hablar de guerrilleros abatidos y miembros de las Fuerzas Militares asesinados?
Son los pobres de la tierra los que mueren en las guerras. Ahora además de sacrificarlos en la confrontación, quieren utilizar el dolor de su muerte para atizarla y creen pagar su ofrenda con un ramo de flores en la puerta de los cuarteles.
Nota:
Solidaridad total y sin límites, como debe ser, para con los familiares de los estudiantes de la Normal, inmolados en Ayotzinapa, México.
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