¡¡¡ Hasta siempre, compañero Eduardo Galeano !!!! (ANNCOL) Por Redacción ANNCOL Aún a riesgo de resultar reiterativos pero, ¿qué es la vida sino una reiteración de cosas y situaciones que se van d...

¡¡¡ Hasta siempre, compañero Eduardo Galeano !!!! (ANNCOL)

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Por Redacción ANNCOL

Aún a riesgo de resultar reiterativos pero, ¿qué es la vida sino una reiteración de cosas y situaciones que se van desarrollando repetitivamente, como la vida y la muerte?  Hoy sentimos que adquieren más fuerza las palabras que esbozó un día nuestra compañera de equipo: “Porque el mundo arde y no de amor, sino de espanto, quienes fuimos dotados por la vida para dar luz a las palabras debemos cumplir el rol casi sagrado de aprender a actuar como eslabones de la gran cadena humana que intente modificar, lo que pretenden, sea un destino señalado”

Y eso mismo es lo que interpretó mucho más acertadamente, un hombre, un compañero que hoy nos deja físicamente pero que quedará como semilla de ejemplo circulando en éstas, sus “Venas abiertas de América Latina”: Eduardo Galeano.

Están de luto las letras, se ponen de pie las palabras para despedir a quién es uno de los adalides que rindió homenaje perpetuo a la Memoria que tantos se encargaron de tratar de sepultar en los mares de la vergüenza. ¡ Y eso que la historia, compañer@s, no debería ser falseada nunca !

Galeano nos deja, seguramente, sin querer dejarnos. Lo lleva esa terrible enfermedad que, según dicen, todavía no tiene cura y no la tiene porque en este mundo “capitalista deshumanizado” resulta más redituable dilapidar fortunas para las guerras que invertirlas en investigaciones efectivas para erradicar el cáncer que nos lo arrebató.

Se fue Eduardo Galeano, nos deja un sabor acre en los labios pero sabemos, sin apoyarnos en misticismos ni en cuestiones esotéricas, que alguna gente nunca se va del todo, apenas se aleja un poco, lo que nos confirma y reafirma que la muerte a veces no puede matar nada…

Hasta siempre, compañero, nos aferramos a tu decir y sentir de hombre de pueblo que desterró de su vida la soberbia, que se sintió uno más entre nosotros, tanto, que fue capaz de decir sin eufemismos convirtiéndose en el clavo martillado sobre corazones enfermos de egocentrismo: “Hay una mala costumbre entre buena parte de los intelectuales: se sienten que fueron besados por las hadas. A mí no me besó nadie que yo recuerde, sólo una perra de la calle que se llamaba Lili, que me enseñó a caminar agarrado de ella, una, de mi infancia”

El equipo de “Redacción Anncol” te rinde un humilde homenaje mientras emprendes tu viaje por el centro de las venas que tanto recordaremos.

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