Por el Lic. Héctor GIULIANO
En los últimos tiempos parece estarse acentuando la preocupación en medios políticos y técnicos acerca de la pesada carga de vencimientos de la deuda pública que heredará el próximo gobierno, tema al que nos hemos referido en numerosas oportunidades.
La presidenta CFK dijo enfáticamente en su discurso ante el Congreso del 01/03 pasado: “Señoras y señores legisladores: hemos desendeudado definitivamente a la República Argentina”.
No es cierto, empero, que el país se esté desendeudando ni que lo haya hecho bajo la administración Kirchner:
a) El stock de Deuda recibido por el gobierno K era de 150.000 MD (Millones de Dólares, con redondeo) en el año 2003 y ahora suma entre 240 - 250.000; es decir, que ha crecido en 100.000 MD, a un promedio de casi 10.000 MD por año.
b) En el ínterin, la presidenta dijo que el Estado Argentino pagó 190.000 MD por servicios de la deuda (sin que haya información desagregada alguna sobre este monto).
c) Según los últimos datos oficiales -Informe de Deuda del Ministerio de Economía (MECON) al 30/06/14- el stock de las obligaciones registradas era a esa fecha de 211.000 MD: 199.000 de Deuda Performing o en cumplimiento y 12.000 de Holdouts o bonistas que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 - 2010.
d) Esta deuda no comprende los cupones PBI (10 - 15.000 MD), el excedente estimado de las cifras a pagar a los holdouts (entre 10 - 20.000 MD según las fuentes) y los intereses a pagar en el futuro (77.200 MD, a la misma fecha de corte), conceptos todos ellos que también forman parte de las obligaciones a ser abonadas.
e) Esto hace que el total real de la deuda pública argentina en cabeza del Estado Central -es decir, sin contar Banco Central (BCRA), Provincias / Municipios, Empresas del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios y juicios contra el Estado con sentencia en firme- supere hoy los 300.000 MD.
Los vencimientos de servicios -por capital e intereses- de esta deuda no presentan números oficiales claros ni coincidentes:
- Las cifras anunciadas por la presidenta son mucho más bajas que las consignadas en los informes del MECON y, a su vez, las cifras del MECON son mucho menores que las aprobadas por la Ley de Presupuesto.
- Según el último Perfil de Vencimientos de Deuda del MECON, en el corriente año caen pagos por capital de 26.100 MD (una cifra dentro de la cual la proporción general de la Deuda por Moneda es de un 70 % en Moneda Extranjera y el 30 % restante en Pesos).
- El Presupuesto 2015 aprobado por el Congreso, en cambio, dice que los vencimientos de capital durante el corriente ejercicio son equivalentes a 53.600 MD; y que el stock de Deuda aumentará en 17.700 MD como producto de un endeudamiento público total previsto de 71.300 MD.
- Para el año 2016, los vencimientos de capital según el MECON son de 17.300 MD pero todavía no se conocen las proyecciones oficiales para el próximo ejercicio, siendo que conforme la experiencia de desvíos de los años anteriores los importes de la realidad presupuestaria estarían nuevamente en más del doble.
Dentro de este cuadro de vencimientos, por último, existen varios hechos centrales que distorsionan todo intento de proyecciones realistas en materia de Deuda, que provienen no sólo de la falta de información y/o las contradicciones de cifras oficiales sino también de cuestiones metodológicas en la presentación de los datos y también de alteración de razonamientos de simple lógica:
- La totalidad de los vencimientos de capital de la deuda pública se pagan, íntegramente, con nuevas obligaciones -vía novación de deuda con el mismo o con distinto acreedor- esto es, sin que existan cancelaciones netas; y además se toma sistemáticamente deuda nueva.
- El perfil oficial de vencimientos -que en los cuadros oficiales se muestra como decreciente- es completamente engañoso porque parte del falso supuesto que las obligaciones se cancelan a su vencimiento, lo cual directamente no es cierto porque los importes de capital (y de los intereses) es creciente.
- Una muy alta proporción de la deuda pública -el 58 % del total- está compuesta por deuda intra-Estado, producto de la “internalización” de deuda externa pagada con reservas del BCRA.
El problema es que esta política de pago a terceros -acreedores privados y organismos financieros internacionales- se ha hecho a costa de un empapelamiento del propio Estado con títulos sin capacidad de repago emitidos contra fondos que no le son propios sino que son administrados por el Estado (caso FGS ANSES, BCRA, BNA y toda una serie de organismos oficiales).
La deuda pública argentina continúa en fuerte aumento por su propia inercia acumulativa, dado que el Estado no tiene la solvencia ni la liquidez necesarias para reducir su monto y apela entonces a la refinanciación permanente de los vencimientos, pagando todas sus deudas con nuevas deudas.
Con el agravante de tener que sufragar además déficits gemelos crecientes -fiscal y externo- que hoy se cubren esencialmente con emisión monetaria y con uso de reservas internacionales que se compran con deuda (Lebac / Nobac).
Siendo que el objetivo final de esta política de pagos a ultranza -hoy tensada al máximo por la presión de los fallos de la justicia norteamericana a favor de los Fondos Buitre y el resto de los holdouts- no es dejar de tomar deuda sino, por el contrario, retornar al mercado internacional de capitales, precisamente para volver a endeudarse.
Prácticamente toda la clase dirigente argentina -oficialismo y principales partidos políticos, sectores empresariales y bancarios, y medios de formación de la opinión pública- está de acuerdo en salir de la actual crisis de deuda con más endeudamiento público.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario