¿Se olvidó Humberto de la Calle para qué Chiquita contrató a los paramilitares? (ANNCOL) El jefe paramilitar Carlos Tijera, en el centro. A su lado izquierdo José Guette, presidente seccional de Sintrainagro y asesinado por orde...

¿Se olvidó Humberto de la Calle para qué Chiquita contrató a los paramilitares? (ANNCOL)

Carlos Tijera - Colombia - ANNCOL

El jefe paramilitar Carlos Tijera, en el centro. A su lado izquierdo José Guette, presidente seccional de Sintrainagro y asesinado por orden de Tijera. A su lado derecho, Robinson Olivero, fiscal de la seccional del sindicato e seleccionado por Tijera de reemplazar a Guette.

Foto: Dick Emanuelsson y El Universal.

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Por  Dick Emanuelsson

El jefe de la delegación de paz del gobierno colombiano en La Habana, Humberto de la Calle, sostuvo en una entrevista que las FARC son los causantes de la desaparición del movimiento sindical colombiano. Es un intento de mezclar causa y efecto para salvar el Estado que sí es el responsable del genocidio físico y jurídico del sindicalismo colombiano.

El carácter terrorista y antisindical del Estado colombiano no puede ser más visible cuando entramos en el tema. El caso de las bananeras transnacionales como Chiquita, Dole y empresas colombianas es muy ilustrativo y confirma la alianza entre estas empresas, el paramilitarismo y las FF.MM.

El 29 de octubre de 2009 fue firmado 29 páginas por Carlos Tijera, el jefe paramilitar en la región bananera de Ciénaga, la zona de dónde sacó la inspiración Gabriel García Márquez para escribir su legendaria obra “Cien años de Soledad”.

En estos documentos confiesa Carlos Tijera que fue él que dio la orden de asesinar a José Guette, el presidente seccional del sindicato de los obreros bananeros en la región. Impuso e hizo su propia selección de los dirigentes sindicales después de haber eliminado físicamente gran parte de la organización sindical. Cobró diez por ciento de la cuota sindical, sin protesta de Guillermo Rivera, ex EPL y presidente de Sintrainagro con sede en Uraba (otra región “limpiada” de sindicalistas clasistas), a todos los afiliados de la seccional de Sintrainagro en Ciénaga.

El paramilitarismo y el Ejército no solo intercambiaban informaciones sobre las actividades de los dirigentes populares sino compartían retenes en las carreteras en Cienaga. Los paramilitares, dice Carlos Tijeras en su documento, entregaban la información a las directivas empresariales que propusieron a asesinar o “neutralizar” a los dirigentes de las masas obreras.

La declaración de Humberto de la Calle, en el sentido que las FARC han sido el elemento causante y que fueron ellos que “disolvieron prácticamente el movimiento sindical y el estudiantil”, no solo es una declaración provocativa a la Mesa del Diálogo en La Habana, sino una gran mentira, que muestran investigadores como Mauricio Archila, Gustavo Gallón y Ricardo Sánchez en una investigación sobre las violaciones y accicones contra sindicalistas en 1984-2010. Según la investigación, las FARC son responsables por 4,2 % de las violaciones a los sindicalistas mientras el Estado representa más de 52 %. Causa y Efecto, Sr. De la Calle.

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