Balotage: ¿Dónde está el límite? ¿Y la diferencia? Por Darío Balvidares * Sinceramente, acaso creemos que el "cambio" es un elixir para romper un hechizo. ¿Cuál? No hay hechizo n...

Balotage: ¿Dónde está el límite? ¿Y la diferencia?

Ballotage 2015 - 3

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Por Darío Balvidares *

Sinceramente, acaso creemos que el "cambio" es un elixir para romper un hechizo. ¿Cuál? No hay hechizo ni tampoco elixires. Es la política y sus efectos, pero no mágicos sino sociales (en toda su extensión).

Cuáles son los dos "modelos" contrapuestos, como se pretende exponer (por lo menos en las campañas): que uno es agresivo y el otro no. Si la agresividad fuera, dentro de una determinada idea política, la condición para terminar con la pobreza, pues entonces enunciemos agresivamente que otra distribución de la riqueza es posible, solo que no está ni en los planes de la alianza que usted, señor Macri, preside; ni en los planes del FpV, que usted, señor Scioli, hoy representa.

¿Por qué? porque el gobierno nacional lleva doce años y el de la ciudad ocho y los pobres (en el sentido amplio de la palabra) siguen siendo pobres, aquí, allá y en todo el territorio argentino.

Y los trabajadores siguen luchando por su salario y por sostener su trabajo y cuando eso sucede, cuando las grandes empresas comienzan su “racionalización” y los trabajadores protestan; entonces represión y judicialización, aquí, allá y en todo el territorio argentino. Pero nada dicen de la llamada, en las publicidades, “responsabilidad social empresaria”.

Y los “sin casa” siguen buscando un terreno dónde asentarse pero a cambio reciben represión policial, aquí, allá y en todo el territorio argentino. Y los que tienen que dormir en las plazas o en los umbrales de los negocios o de las escuelas. ¿Ustedes no los ven?.

Como no ven a los representantes de los Pueblos Originarios, aún cuando pasan los meses, sufren el mal trato en sus lugares de residencia, deben continuar una lucha asimétrica, ancestral, ahora contra petroleras, mineras, sojeras y gobiernos. ¿Y los funcionarios que deben hacer cumplir la propia constitución con decisiones políticas?

¡ Ahora sí ! Cuando la foto es para la campaña, “la confianza y la fe” o la “alegría del cambio” es lo único que se dice, si es que eso tiene algún sentido cuando se habla de política.

Cuáles son los dos "modelos" contrapuestos, como se pretende exponer (por lo menos en las campañas): que usted, señor Macri sale del “cepo” en cuanto asuma y usted, señor Sciolli sale del “cepo” con más mesura (si me permiten la expresión). Y tras la palabra, un río discursivo de economistas auguran lo que sucederá o no sucederá con el levantamiento del “cepo” a la moneda (casi) mundial.

Una digresión

Veamos, cepo:

1) Instrumento hecho de dos maderos gruesos, que unidos forman en el medio unos agujeros redondos, en los cuales se aseguraba la garganta o la pierna del reo, juntando los maderos.

2) Instrumento para devanar la seda antes de torcerla.

Son dos de las acepciones que da el diccionario de la RAE, entre otras.

Dos verbos indican la acción en cada una de las acepciones: “asegurar” y “devanar”

De cualquier forma se trata de “sujetar”, la primera es un “suplicio”, una tortura; la segunda responde a “enrollar” (enrollar un hilo), se necesita más tiempo; aunque en la primer acepción se trata de un “reo” y en la segunda de la “seda”. ¿Lo malvado y lo valioso? ¡ El dólar incluye los dos campos semánticos !.

Es decir, siguiendo esta digresión, que si “liberan” el dólar (al mercado), estarían abriendo la caja de Pandora; pero si lo “liberan” de manera administrada (como si enrollaran el hilo de seda), también, aunque parezca que estuvieran liberando a Prometeo.

Fin de la digresión

Lo cierto es que, como siempre, muy pocos se benefician sobradamente y muchos volverán a pasarla mal, sobradamente. Aunque sobradamente veamos como los que los que la pasan muy mal continúan así (o peor) y los que la pasan bien, muy bien, cada vez la pasan mejor, más concentradamente mejor.

En muchos lugares de la provincia de Buenos Aires, señor Scioli, las barriadas pobres se agrandaron: Conurbano, las barriadas junto al Riachuelo contaminante, Gregorio de Laferrere, San Nicolás, por citar sólo algunos. Mientras que en la llamada Ciudad autónoma, las pruebas están en los barrios del sur y en las villas.

En el resto del país, vean Rosario al sur o en la misma Paraná, Entre Ríos, en los márgenes del arroyo Antonico, donde cruza el puente “Blanco” a pocas cuadras del centro, o en Formosa, donde está la comunidad “La Primavera”, por ejemplo.

Nada de esto, ni de lo que se pudiera agregar, es nuevo para nadie, es una foto de la estática política que representan.

Sí, claro, es cierto que hay asignaciones y planes, pero eso son los mínimos esfuerzos políticos para sostener lo que ustedes llaman “gobernabilidad” del sistema. Es más, cuánto dinero es si lo contraponemos a los subsidios reales o encubiertos a las mineras o petroleras, incluso a las grandes aceiteras que tienen sus propios puertos. ¿Cuántos barrios se podrían edificar con las enormes ganancias de los bancos? ¿Cuántas escuelas y hospitales públicos se podrían construir o remodelar con los dineros de las campañas publicitarias de las elecciones? ¿Cuántos talleres clandestinos desaparecerían si se decidiera por la vida?

Hablando de vida

Y si pensamos cuantas enfermedades menos, provocadas por los agrotóxicos de las corporaciones como Monsanto, tendríamos en los llamados “pueblos fumigados” y en las “escuelas fumigadas”. Poblaciones enteras y escuelas que están atrapadas en un verdadero cepo. Tanto como las poblaciones que soportan la megaminería cianurada y cuando esos pobladores salen a protestar; otra vez, la decisión política que más conocen: represión y judicialización.

Cientos de millones de litros diarios de agua para obtener algunas onzas de oro, todo por un puñado de dólares que ni siquiera queda en la población. Por cada tonelada de piedra que se hace explotar se extraen 6 gramos de oro. Señores candidatos, ustedes saben que el pasivo ambiental es enorme. Señores candidatos hay cientos de informes de investigadores de las Universidades de Rosario, Córdoba y de organizaciones ambientalistas; sería interesante que los leyeran.

Zonas como la biósfera de San Guillermo, declarada Patrimonio de la Humanidad, es arrasada por la Barrick Gold y su mina Veladero, la que contaminó el departamento de Jachal en San Juan.

Es curioso, pero cuando estas multinacionales, todas, intrusan un territorio que debería estar protegido, porque así lo dicen las propias leyes, sus discursos políticos hablan de “progreso” y así la ley de bosques es casi un texto literario, quiero decir que entra en el terreno de la ficción, por lo tanto, adelante con el desmonte en el Gran Chaco, que siga la soja que es el “progreso”.

¿Y los pequeños productores y los campesinos?

Sé, señores candidatos, que ninguno de los dos va a incluir en la agenda una reforma agraria, ni una reforma minera, sólo la tierra transformada en números: retenciones y rentabilidades empresariales. Cada vez con menos trigo, con menos maíz, y con menos vacas comiendo pasto (dense una vuelta por Saladillo, en la provincia de Buenos Aires y sientan el aroma de los Feet Lots) ¡ El cepo territorial ha ganado !

¿Y?

“Hicimos mucho, pero sabemos que falta” frase repetida, por ustedes y dirigentes de sus espacios durante la campaña en todo programa periodístico o no, hasta el hartazgo. Siempre pegados a un guion, a un eslogan. ¿No creen que deberían cambiar los cursos de capacitación?

¿Y el 82% móvil para los jubilados? Sí, ya sé señor Scioli, usted dijo que lo va a implementar para los que ganen la mínima. ¿Y si la mínima fuese igual a la canasta familiar? No sería, realmente, eso de lo que en las campañas dice que falta. ¿Y si lo hicieran para todos los jubilados?

¿Y usted, señor MacrI? Claro, es el Cambio.

Educación Pública: ¿para qué?

¿Y si algo de lo que (les) falta pasara por la nacionalización del sistema educativo? Fragmentado por la dictadura, primero (escuelas primarias transferidas a la suerte de las provincias en 1979) y los secundarios y terciarios por la Ley Federal de Educación de los ' 90, pero nunca vuelta atrás, ni siquiera por la Ley Nacional de Educación que deroga a la anterior, aunque claro está, que reafirma conceptualmente su espíritu fragmentario.

Señor Macri, casi el 67% de la educación secundaria de la Ciudad de Buenos Aires es privada, con los correspondientes subsidios. Para poner un ejemplo, la Escuela Técnica ORT recibía 1.070.859,54 pesos por mes. Otro ejemplo, en el Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, la cuota para un alumno de secundario es, en 2015, de 4.300 pesos. Las Esclavas había recibido casi 100 mil pesos por mes (los datos corresponden a abril de 2013 de acuerdo con la página oficial del gobierno de la ciudad, no hay datos actuales).

Y, usted señor Scioli, destina alrededor de 7.500 millones de pesos a la educación privada. ¿Cuántas escuelas públicas caben en esa cifra?
Continuidad o Cambio siguen abonando los procesos de colonialidad a través de la “capacitación” para directores y supervisores escolares con las becas Fulbright de intercambio con Estados Unidos. En esto, ambas administraciones están de acuerdo, claro, porque la Ley Nacional de Educación propicia estos formatos neocoloniales; así como la intrusión de las corporaciones, vía ONG's o fundaciones, en la vida de la educación pública. Tanto como la promoción de las pruebas PISA, instrumento creado por la OCDE, para establecer rankings de países y su función en la globalización empresarial.

Pero hay más aún, señor Macri. La injerencia que tienen las universidades privadas como San Andrés, Di Tella, la UCA en la formación y capacitación de docentes, directivos y supervisores de escuelas públicas, seguramente nada tienen que ver con la ideología, puesto que en reiteradas oportunidades, usted y dirigentes de su espacio, han planteado la cuestión de las “ideologías como parte del pasado” sin más argumento que una “sonrisa” y descalificado a aquellos que sostenemos lo contrario. Le recuerdo que la UBA está conceptuada como una de las mejores junto con la UNAM y la Universidad de San Pablo. No necesitamos a los Estados Unidos en Latinoamérica y menos en materia educativa y sus procesos de “charterización” miltonianos.

Y para usted, señor Scioli, que no va a endeudarse con el FMI, como pretende el otro candidato pero va a tomar deuda con otros organismos de crédito u otros países. Ya hemos pasado por esto de “atraer” inversiones que sabemos cómo y quiénes las terminan pagando.

No he escuchado a ninguno de los dos (candidatos) plantear el no pago de la Deuda ilegítima y odiosa que dejó en su fallo el propio juez Ballesteros para ser tratado por el Parlamento. De usted, señor Macri, no me asombra; pero de usted, señor Scioli, en qué radica su diferencia sobre este tema. Cuando sabemos que la Deuda tiene el peso sobre los trabajadores y los más vulnerables.

Habría mucho más para acotar: sobre los derechos ganados por movilización de la población en estos años y los territorios perdidos por políticas definidas por el ejecutivo nacional que intenta desde sus militantes responsabilizar a la izquierda si, usted señor Scioli, perdiera el balotage.

Es curioso, siempre nos hablan de los porcentajes con los que ganó la presidenta, del bajo porcentaje de la izquierda, de la representación del FpV. No deberían hacerse cargo de todo lo que se podría haber hecho en 12 años, como salir del modelo neocolonial de matriz corporativa que sostuvieron.

Por supuesto mi opción no es por usted, señor Macri; ni tampoco por usted, señor Scioli, no estoy representado por los intereses que ustedes representan.

Me uno a los “blanqueros”, a propósito, les recomiendo una novela de José Saramago: “Ensayo para la lucidez”.

* Profesor y Licenciado en Letras (UBA), ex Rector de la Escuela Hipólito Vieytes (CABA), autor del ensayo "La novela educativa o el relato de la alienación" - Redes Cultura 2005 (con prólogo de Osvaldo Bayer) y otros trabajos sobre Educación, y productor periodístico y columnista del programa radial La Deuda Eterna (FM Flores 90.7 CABA).

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