La huelga en tiempos de crisis (Villa Crespo Digital) Huelga ferroviaria de 1991 (Indymedia) Por Juan Carlos Cena * Elena Luz González Bazán ** "Quieren que trabajemos de la cuna a l...

La huelga en tiempos de crisis (Villa Crespo Digital)

huelga ferroviaria 1991

Huelga ferroviaria de 1991 (Indymedia)

Por

JUAN_CARLOS_CENA 2

Juan Carlos Cena *

Elena Luz González Bazán

Elena Luz González Bazán **

"Quieren que trabajemos de la cuna a la tumba,
Sin pasado ni futuro…
Solo en un presente perpetuo…"

Juan Carlos Cena

Siempre hemos dicho que no se puede opinar desde la ignorancia. Hectolitros de tinta y bolsas de palabras se han derramado opinando sobre esta huelga y sobre otras. Sin entender, ni siquiera esforzarse por comprender, el porqué de las huelgas. O que es la huelga, ni que hablar sobre su historia. Todos los medios de comunicación enviaron a sus periodistas de calle a ver, observar, bichar, fisgonear, ver la afluencia de los colectivos, cantidad de pasajeros y sus efectos.

¡ Zas !, anduvieron los colectivos, pasajeros pocos. La misma preocupación que el gobierno, coincidieron queriendo o no. El periodismo no cubrió las estaciones de servicios para contar los camiones detenidos, no se fue a los puertos, o bien se cubrió la detención de los trenes de carga, entre otros medios.

En esta huelga, puntualmente, las diferentes centrales obreras y las organizaciones gremiales tomaron la decisión de convocar a esta medida de fuerza y realizarla porque la situación en los terraplenes; es decir, en las bases, era volcánica.

El azufre que irradian los torsos de los laboriosos es bronca, desazón contenida, ese malestar va calentando los suelos por donde pisan los dirigentes gremiales y le indican que abajo todo arde; que se pongan al frente o pagarán las consecuencias de su inmovilismo; por ello, el resultado es que decretaron la huelga, sin marchas ni cortes. Obraron como lo define Wright Mills: "El sindicato es un regulador del discurso y del entusiasmo, y el líder sindical un agente de la canalización institucional de la animosidad". (De hombres sociales y movimientos políticos. Siglo XXl Editores - México - 1970).

¿QUE ES LA HUELGA?

La huelga es una herramienta de la clase obrera, seguramente, la principal, es utilizada en casos extremos para protestar, reclamar, oponerse a la violación de los derechos logrados en el devenir de los tiempos. Estos derechos conculcados tienen tanta antigüedad como la clase obrera misma. Ésta, la huelga, tiene métodos y comportamientos definidos por los trabajadores en asambleas, donde rige la democracia obrera. Donde se le da mandato al dirigente de lo que debe hacer. Es la democracia directa, no a través de los representantes como en el parlamento, porque no hay delegación reglamentada por ley.

En este parlamento obrero, o sea, las asambleas, los trabajadores establecen concepciones éticas, métodos de funcionamiento, modos y maneras de comportamiento. Hoy, los sindicatos no actúan de acuerdo a las premisas establecidas en sus nacientes: Ser independientes de los patrones, los partidos políticos y el Estado, eso no ocurre. Nada en ese mundo es homogéneo. Unos responden o son funcionales a los patrones y a los gobiernos de turno, obran como reguladores de los ánimos y de los conflictos. Otros, a los partidos políticos. Error. En el seno del movimiento obrero concurren diferentes modos de pensar, credos diversos además de ateos y agnósticos; identidades partidarias disímiles, pensamientos gremiales diferenciados; lo que los une es el salario y las reivindicaciones más sentidas: estabilidad laboral, derecho al ocio (descanso), el rechazo a la explotación infantil y de la mujer, derecho a la salud, a estudiar, pero, sustancialmente, ser hombres dignos y libres. Porque en ese trabajo diario y cotidiano se genera una relación social donde se crean profundos lazos de solidaridad que no se ven ni se perciben desde las orillas, pero están presentes en los momentos más agrios de la vida laboral y familiar.

Es dable repetir que la huelga es una herramienta de resistencia creada por los trabajadores, por la falta de libertad, para reafirmar el deseo de continuar siendo hombres dignos. Esta acción es la férrea oposición a tirar por la cloaca toda la historia y los proyectos de vida individuales y colectivos (...) Es entonces cuando todo se tensiona y ese equilibro inestable, basado en la conciliación de clases (que es una relación forzada) se desequilibra y todo vuela por los aires. Aparece la rebeldía popular, que es justa porque los trabajadores quieren seguir siendo libres y dignos y todo se incendia ese día (...) primero los espíritus.

Desde la iniciación de las luchas obreras, constantemente la violencia de los de arriba estuvo presente, no hubo acto, huelga, manifestación de protesta que no fuera reprimido. El terror fue implantado una y otra vez. Una y otra vez, el movimiento obrero volvió a las luchas nombrando a sus mártires de la batalla anterior. Nunca decayeron durante este largo período histórico, siempre rechazaron la represión y algunas veces la hicieron retroceder, ejerciendo el derecho a rebelarse contra la injusticia.

Sobre la violencia ejercida desde el sistema, Agustín Tosco se expresaba así: "Cuando las convicciones son firmes, cuando se es parte genuina del pueblo avasallado; cuando se elige el camino de la verdad, de la justicia social y de la Liberación Nacional, las rejas lo que prueban es que el despotismo y la represión son los únicos fundamentos ideológicos que dispone el sistema, para postergar su definitiva sustitución, por otro, más humano, más acorde con la satisfacción de las necesidades económicos, políticas y culturales de la inmensa mayoría de la población". (La lucha debe continuar. Cedeño Editor. Buenos Aires 1987).

Cuando preguntan si uno es partidario de la violencia, primero hay que decir que la violencia es inherente al aparato represivo del Estado y éste lo ejecuta en toda su dimensión: los Qom en el Chaco, los obreros de Lear, sólo por citar dos casos, hay cientos… entonces, uno puede contestar con los argumentos de las declaraciones de la Conferencia Episcopal de América Latina (CELAM) conocidas como el Documento de Medellín, que afirma: "la violencia, cuando es de los pobres, es un acto de legítima justicia".

Por otro lado, Fray Bartolomé de las Casas, en 1520, decía: "Donde quiera que falte justicia se la puede hacer a sí mismo el oprimido y agraviado".

Entonces, no son los trabajadores los que generamos violencia…

LA VALORACION DEL TRABAJO

"El hombre que no trabaja termina perdiendo su dimensión humana"
"El trabajo constituye la armadura de la existencia obrera"

(Historia del movimiento obrero Edouard Dolléans, EUDEBA)

Agregamos, el hombre que no trabaja es un desparecido social. El trabajador lo sabe. ¿Quién más lo entiende o lo percibe? En los subsuelos de la patria, diría Scalabrini Ortiz, se padece en forma socializada la angustia del bajo salario, la desocupación y el humillante descuento compulsivo en el sueldo por el impuesto a las ganancias. Todo un saqueo coercitivo y violento.

Se han puesto de moda los términos caranchos y buitres, en esta paranoia nacionalista de último momento… los peores caranchos están en aquellos, patronales y Estado que se quieren deglutir, sin que nadie chiste, el salario de los trabajadores; mientras los buitres se han posicionado para expropiar todos los meses con un impuesto al salario. ¿Cómo le llamamos a la inflación que carcome sueldos y jornales?

Se divaga mucho sobre que es el salario. Pues hablemos nosotros y digamos como dijeron los clásicos, apelando a las fuentes: El salario es lo que nos pagan por nuestra fuerza de trabajo ó, también, podemos decir, que es el precio del trabajo que realizamos y pactamos antes de hacerlo. Se puede ampliar diciendo: El salario es la cantidad de dinero que el patrón paga para un determinado trabajo o por la ejecución de una tarea determinada, ya sea obrero, empleado, profesional, campesino, obrero rural.

"El trabajo es la fuente de toda riqueza… Pero el trabajo es muchísimo más que ello. Es la condición básica fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre". (Federico Engels - El papel del trabajo en la transformación del hombre en mono).

CRISIS

Igualmente, debemos asumir que estamos en crisis. El país esta sumido en un brete. La desocupación y el salario son variables que ejercen el Estado y los patrones para paliar la crisis y salir del trance. La crisis es integral, abarca a todos. Cada crisis es un momento de ruptura imprevista o no. De parición o aborto. Acá, en la Argentina ¿Cuál es la naturaleza de esa crisis? ¿Cuándo comenzó este agrietamiento? ¿O es el funcionamiento normal de un modelo de país dependiente, colonizado, en el marco, en este caso, del régimen capitalista a través de las multinacionales, surcado por la corrupción? ¿Somos realmente una nación independiente? ¿O solo en los papeles? ¿O es la crisis de un pueblo colonizado hasta en las palabras y sus comidas?. Si es así, estamos muy mal. Hemos sido derrotados totalmente, a pesar de los empecinados ciudadanos que aún resisten por ser independientes y libres de cualquier tutela. ¿Cómo la afrontamos? Primero reconociéndola. Luego, estudiando cual es su verdadera naturaleza para así poder elaborar, entre todos, una táctica y una estrategia para poder ir emergiendo de este lodazal. Eso por un lado, también, inferimos que en el mundo se puede andar de muchas maneras, nunca sin objetivos y proyectos, ya sea individual o colectivo. Esta falta de objetivos y de proyectos se da en la clase política argentina a 360 grados.

En las crisis, cuando las contradicciones terminan presionando todo y al finall estalla ese todo, la bronca es la primera manifestación, todo parece incontrolable. El capital explota por razones económicas, la ganancia máxima es el objetivo buscado y se deteriora. Pero eso no es todo, cuando las relaciones sociales entran en crisis entre los que quieren imponer nuevas modalidades de comportamiento en la vida misma de los trabajadores, para doblegarlos mejor, y éstos se resisten, el choque es inevitable. La resistencia a no dejarse quitar lo que poseen va más allá de la cuestión salarial y económica.

Repetimos: La disminución de ese precio pactado es la variable para que al capitalista le cierren las cuentas ante la crisis. ¿Por qué? Porque el salario atrasado, mal pago, es la subvención que el trabajador es obligado a darle al patrón que pasa a engordar sus arcas. El patrón, por el contrario, no se desprende de ningún bien. Este salario mal pago constituye una inmensa transferencia de dinero que va desde el bolsillo del asalariado a las cajas fuertes del patrón, sea estatal o privado, en este caso, es lo mismo, ya que se ha privatizado lo público.

Cuando se habla de PBI, redistribución de la riqueza, pobreza y desocupación hay que afirmar que todo está en aumento, esencialmente la redistribución ha ensanchado la brecha entre ricos y pobres, la pobreza e indigencia ha trepado y la desocupación nos encuentran con cifras oficiales que nos dicen que 404.000 puestos de trabajo se han perdido en lo que va del año.

El sistema capitalista, que se ha apropiado del aparato del Estado, intenta imponer nuevas maneras de conductas a la sociedad en general basados en el autoritarismo, la falta de democracia y de participación; para lograrlo implementa una política de exclusión y utiliza como herramienta la violencia y el terror, del otro lado se resiste como se puede, porque resistir es seguir vivo, quedarse quieto implica la desolación.

La otra herramienta que utiliza es la corrupción. La corrupción es una herramienta política para doblegar voluntades. Decir que es una cuestión, solamente ética, es evadir el objetivo verdadero de la corrupción. Acción política que no se oculta. Al contrario, se declama y se muestra. Ella a la vez da impunidad. La realidad lo muestra. Todos o casi todos los corruptos están en libertad.

LA HUELGA

"La huelga suspende la vida, es el momento en que la clase obrera deja de ser arena, se transforma en roca… La ruina absoluta es dejar el mármol en la cantera y el hierro en la mina. La huelga es la parálisis. Su arma terrible es la inmovilidad".

Rafael Barret.

Su arma terrible es la inmovilidad, es la clave. Cuando los medios masivos analizan la huelga centran la información en el transporte de pasajeros. Es en realidad un error de conceptualización. La clave de la huelga fue la inmovilidad del transporte de carga. Esta huelga ha detenido la producción y el traslado de esa producción. Esta no es una inmovilidad de 24 horas, porque antes de que comience la huelga hay que apagar los hornos, las fraguas, el funcionamiento de las maquinarias de las fábricas, detener las cadenas de producción; los productos del campo mucho antes. “Todas las ruedas se detienen, si así lo quiere el brazo vigoroso”, dice una canción de los obreros alemanes, en el siglo pasado.

Mucho después de las 24 horas comienza de nuevo la maquinaria productiva nacional a funcionar, a través del brazo vigoroso. Se encienden los hornos, las máquinas entran a menearse y así, del mismo modo en los tambos, recolecciones de productos del campo o en las minas o los puertos. Por ello, partiendo de la ecuación de que: la mercancía recién toma valor cuando interviene el transporte, la paralización del país fue por efecto de la huelga -fundamentalmente del transporte de carga- esta inmovilidad detuvo la cadena de comercialización. La multiplicación del capital se detiene. El lucro y la ganancia se estancan. Todo por efecto de la huelga.

El transporte de carga paralizó el país, demostró que es un factor de poder. Fue la fuerza principal. Todos los otros oficios fueron necesarios y complementarios. El transporte de pasajeros no influyó, el "apriete del gobierno nacional y su receptora la dirigencia de la UTA" dejó al desnudo que cuando los trabajadores están dispuestos concientemente a parar, hacen la huelga, lo hacen y nada dicen… sus palabras son acciones… las interpretaciones corren por cuenta de los medios de prensa que no tienen en la actualidad, como en otros tiempos, especialistas en movimiento obrero.

LA DESOCUPACION COMO FORMA DE EXCLUSION SOCIAL

La cuestión de la ausencia de trabajo, desocupación creciente, exclusión social, y el impacto psicosocial, que esto genera, en el seno de la sociedad trabajadora, es una realidad que atraviesa nuestro territorio. Antes de entrar de lleno en el tema es necesario, muy sucintamente, historiar un poco como andaba el país por las décadas del ' 40 al ' 50, que se caracterizaba por la gran cantidad de trabajadores y ciudadanos que se incorporaban al trabajo, a la sociedad. Por la década del ' 50 se decía que la Argentina era un país que crecía a un ritmo superior a la de los países europeos, que desarrollaba su industria, que incorporaba importantes masas de la población campesina a las ciudades.

Hoy, el debate por los cortes y los piquetes fue si se dejaba o no carriles abiertos para el paso… muy poco, casi nada se dijo sobre los más de 482.000 puestos de trabajo que se han perdido desde junio del 2013 y de los cuales 404.000 son destrucción de puestos de trabajo en el presente año. A esto hay que sumarles las suspensiones que implican reducción salarial, el tope para las discusiones salariales y la precariedad laboral que sigue en ascenso. A todo esto se debe agregar, sumar, añadir, incrementar que la canasta alimenticia aumenta a diario, una canasta que dígito más o menos ronda un 35 al 40 por ciento en el presente año, de acuerdo a quienes lo retratan.

Nada se ha dicho de los más de 2 millones de niños menores de cinco años que están en el triste cuadro de la desnutrición; mucho menos, se habló del trabajo infantil y de la situación educativa y salud pública que en grandes partes de nuestro país es un desastre no conocido u obviado.

Las fuentes de trabajo que se pierden no se recuperan… el desaparecido social implica que una familia queda a la deriva… la huelga alerta sobre estas situaciones sociales… el gobierno, los gobiernos que no quieren prestarle atención, no quieren entender el mensaje, por ello, son responsables totales y sin disculpas de los padecimientos de los trabajadores.

La huelga, esta medida de fuerza, ha sido un pedido fuerte y claro de las bases, los dirigentes sindicales si la saben interpretar responden en sintonía. La huelga no es una pérdida o un sinsentido, quedarse esperando o callado implicaría que no importa cuantos males soporte, debe seguir bajando la cabeza… rendirse, como pregunta nos queda… La huelga es la resistencia de los trabajadores que se niegan a trabajar de la cuna a la tumba.

¿A quién o quiénes le reclaman los trabajadores cuando no importan sus necesidades populares?

¿A la dirigencia política actual?

La verdad verdadera, si es así… vamos muertos.

"No se puede ignorar que después de esta crisis intensa y prolongada como la que atravesamos, la sociedad no será la misma y si la clase obrera, nosotros, y el pueblo no asume el cambio y tratamos de operar sobre ella para reacomodar las estrategias y las políticas a la nueva realidad que se nos da, nos enfrentaremos a la desconcertante experiencia de no reconocernos en nosotros mismos". (El Cordobazo, una rebelión popular, Juan Carlos Cena - Edic. La Rosa Blindada - 2000).

* Juan Carlos Cena: Secretario General de APDFA - Capital Federal (1984 - 1989). Especialista en Transporte. Coordinador de Escuelas Político Sindicales.

** Elena Luz González Bazán: Delegada de base en UPCN, Comercio y Bancarios. Docente, historiadora, periodista. Coordinadora de Escuelas Político Sindicales.

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