Huestes policiales bloquearon la Embajada Norteamericana
Por Eladio González (Toto)
Hoy 12 de septiembre de 2014 casi a mediodía llegué al boscoso barrio de Palermo, en el que está enclavada la embajada de Estados Unidos en este Buenos Aires primaveral. Me costó distinguirla y hasta pensé que los yanquis se habían traído las Montañas Azules de su tierra natal para no extrañar tanto. Luego entendí que esa masa azul no eran montañas, sino media docena de gigantescos vehículos (azules) policiales, treinta rejas reforzadas (azules) de 2.40 mts. de altura, tres patrulleros, un furgón azul enorme con cámaras y técnicos policiales de la captura de imágenes. Un escuadrón de unos 20 fornidos miembros de la Guardia de Infantería con sus cascos y enormes escudos que me hicieron recordar a los pretorianos de Roma. Era un bloqueo total a la embajada.
Mientras asombrado ante tanto despliegue caminaba por entre todos ellos me llamaron e interrogaron, en la charla confesé que estaba solo y mientras les comentaba que en Plaza Italia no había visto a nadie de mis conocidos, fui armando mi caña de pescar en cuyo extremo colgué el hermoso pendón con los colores cubanos y el bello rostro de Che Guevara (con la frase Hasta la Victoria Siempre en rojo). Un hombre mayor (de civil) que resultó ser el jefe de todo nos interrumpió la charla me extendió la mano sonriente y mientras me saludaba me dijo que hacía bastante que no me veían a mi por ahí y se fué. Pidieron que saliera del área de defensa policial y lo hice pasando las rejas y una barrera humana formada por treinta policías de “ambos sexos” (será para que el INADI no patalee) que impedían el paso a quienes pretendieran acercarse al edificio sede del mal gobierno norteamericano. Con lo que quedé del lado de los que venían a protestar con mi hermoso pendón en alto ondeando al fuerte viento.
Al rato llegaron militantes de organizaciones amigas y defensoras de Cuba y compañeros convocantes del Comité por la Libertad de los 5 Héroes cubanos presos en EE. UU. quienes colgaron pasacalles reclamando su libertad. Allí en la ochava de la Avda. Sarmiento se juntaron unas cien personas incluyendo periodistas de varios medios que reportearon a algunos de los amigos de Cuba.
Decidí dar una charla ilustrativa del porqué estábamos allí y a viva voz fui describiendo a los expectantes policías los últimos 15 años de sufrimiento de los 5 héroes y de todos los cubanos que viven esa injusticia como una perversa extorsión política, que el mal gobierno de EE. UU. diseñó y practica, como millonésimo intento de poner de rodillas a un pueblo donde (ellos los criminales norteamericanos todavía no se dieron cuenta) los niños nacen sin rodillas para hincarse ante el opresor, pero les reaparecen si tienen que empuñar un fusil y poner rodilla en tierra para defender a su bienamada patria. Abundé sobre las historias de Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández enfatizando la épica actitud de resistencia que mantuvieron y mantienen, los apoyos recibidos por personalidades políticas y sociales de todo el mundo incluyendo varios Premios Nóbel.
Pormenorizé la actitud de René González renunciando a su condición de norteamericano para poder volver a la patria. El fin del sufrimiento de 15 años de prisión de Fernando González para pasar a dirigir en Cuba el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) palmaria demostración de la calidad y estatura humana que lo caracteriza y a sus hermanos héroes. Opuesto al vergonzoso silencio sobre el tema al que nos sometieron durante 15 largos años los periodistas Beatriz Sarlo, Magdalena Ruiz Guiñazú, Leuco, Lanata, González Oro, las ancianas divas Mirtha Legrand y Susana Giménez (tienen mi edad), Bonelli, Zlotogwiazda, Salvia, Sebrelli, Mauro Viale, el golpista Mariano Grondona, Nelson Castro, Feinman, Morales Solá, Tenenbaun, Majul, Mario Marquis y varios otros quienes tenían obligación de informar y no lo hicieron. Haciendo el caldo gordo al terrorismo de Miami.
Los cien policías por mis gritos se enteraron con pristina claridad de las cualidades revolucionarias de nuestros queridos héroes al infiltrarse y sacrificar sus vidas familiares y nuestra decisión de reclamar por su libertad. Pero faltaba explicarles el amor practicado por todo un pueblo que permite a Cuba ostentar la Medalla de Oro, seguida por Canadá, con medalla de Plata y un Estados Unidos, con un bronce opaco.
Añadí que el milagro es por amor y no por dólares, los múltiples y sucesivos chequeos que reciben gratuitamente las embarazadas cubanas son la clave para que Cuba sea el país de toda América que más niños nacidos vivos salva en el primer año de vida (mortalidad infantil). Aclaré a nuestra Policía Federal (ahora me falta la Policía Metropolitana a la que también hay que capacitar ante el silencio periodistico) que Cuba ostenta cuatro por mil, Canadá cinco por mil y el país dirigido por el Nóbel de la Paz tiene SIETE por mil. Rubén Zácaro me acercó un micrófono inalámbrico que funcionó una media hora, luego seguí gritando y caminando junto a los policías. Expliqué puntillosamente las decenas de miles de operaciones gratuitas de cataratas que los médicos cubanos practicaron con bolivianos, uruguayos y argentinos devolviéndoles el DON DE LA VISTA.
Aprendieron de los miles de médicos cubanos en el nordeste brasileño donde los médicos brasileños escasean. Los anoticié de la magnitud de donantes de sangre cubanos que hacen posible que ante cualquier tragedia en el mundo, sea Cuba la que primero llega donando plasma. De la calidad de la educación primaria cubana, del respeto con el que izan su bandera, entonan su Himno Nacional y el alumnado completo profiere un solo grito “Seremos como el Ché”. Hablé mucho del Che, del rosarino que los argentinos no conocemos bien, por culpa del periodismo cipayo comprado.
Y profeticé que llegaría el día en que algunos de los que me escuchaban recordarían como les ensalzé las cualidades maravillosas del humanísimo argentino que ofertó su vida en Bolivia para que millones vivieran una vida digna. Expliqué la maniobra que Aleida Guevara urdió y concretó con 20 médicos argentinos graduados gratis en Cuba al realizar una humanísima y bella tarea en nuestro sur, en Chubut cuando a los 300 habitantes de Gan Gan le realizaron el chequeo de salud que la inexistencia de médico argentino en el lugar había hecho imposible hasta que la hija pediatra del otro Comandante “llegó y mandó a parar”. Muchas gracias Aleida Guevara March por aquello y por lo que vas a concretar en Concordia, la semana entrante cuando firmes con el Intendente de esa ciudad el lanzamiento de un plan de AMOR, que beneficiará a los argentinos, esos que llevan medio siglo sin haber probado las mieles de la Revolución Amorosa más grande de la humanidad, la Revolución Cubana. ¡ Bienvenida hija a la Argentina de tu papá !
Tras una hora de cátedra sobre Cuba, les obsequié declamándola a todos los presentes la poesía que mejor describe la gesta de los revolucionarios liderados por Fidel Castro, que resultó en el país mas libre de América y que fue escrita por el premio Nóbel de Literatura chileno Pablo Neruda. Ese a quien Ernesto Che Guevara admiraba tanto. Ernesto se sabía de memoria TODOS los poemas de Pablo Neruda y los declamaba con gusto.
Tras el poema, saludé de viva voz y cortésmente a todos los policías que respondieron y me retiré sin bajas y en buen orden. (El brazo derecho lo tengo inflamado, casi no lo puedo mover por sostener el pendón. No fue mucho tiempo pero se vé que con la adrenalina de bajarle línea a los policías (el miedo) los músculos se endurecen y pierden elasticidad inflamándose. No se si MASCUBA tiene Obra Social ó si PAMI me escuchará. ¡ Chaubloqueo !
¡ LIBERTAD YA A ANTONIO, RAMON Y GERARDO !
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