Gentileza Diario Vea (Venezuela)
Los días 29 y 30 del pasado mes de septiembre tuvo lugar el Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) en Quito, Ecuador, en donde participaron líderes de aproximadamente 35 organizaciones políticas de más de 20 naciones, quienes tuvieron la oportunidad de debatir en seis mesas, en donde se abordaron los temas relativos a la soberanía e integración regional, geopolítica, medios de comunicación, la lucha contra el capital financiero, la izquierda en el poder y neogolpismo.
Los avatares de la integración regional a través de la CELAC, del ALBA y del MERCOSUR, junto a la embestida derechista en curso sobre toda Latinoamérica y en particular, en la República Bolivariana de Venezuela fueron algunas de las causas por las cuales se realizó este cónclave.
La necesidad tiene cara de hereje y ello llevó a la formación de un grupo de trabajo permanente de partidos, movimientos, frentes y organizaciones de izquierda progresista con el fin de construir una estrategia común frente a estos intentos de restauración conservadora, los cuales solamente tuvieron éxito con los golpes blandos en Honduras y Paraguay.
Por otra parte, resulta imprescindible la generación de un espacio de reflexión y articulación ideológica para los gobiernos de izquierda latinoamericanos.
La apertura estuvo a cargo del Presidente Rafael Correa, quien afirmó en su discurso que “vamos a defender a los gobiernos democráticos progresistas de la región, vamos a seguir construyendo la patria grande y soberana (…) las coincidencias que tenemos los movimientos progresistas son más grandes que nuestras diferencias” y alertó sobre el intervencionismo del imperialismo y la manipulación informativa de la derecha latinoamericana y mundial.
Daniel Filmus, del Frente para la Victoria de Argentina, explicó que en su país están “viviendo en carne propia” la restauración conservadora con los fondos buitres, al manifestar que los jueces norteamericanos intentan condicionar la posibilidad del crecimiento del desarrollo económico tratando de impedir que Argentina siga pagando la deuda externa y violando su soberanía al intervenir en los asuntos internos del país.
No obstante, desde este medio, debemos destacar que existe una fuerte oposición al pago de la deuda externa por parte de diversas organizaciones políticas y sociales, las cuales vienen solicitando la investigación acerca de ella tras el fallo del juez Ballesteros, emitido en el año 2000, en la causa judicial promovida por el fallecido Alejandro Olmos Gaona. La sanción y promulgación de la Ley de Pago Soberano establece la conformación de una Comisión Bicameral pero, a la luz de las experiencias históricas en la Argentina, se duda de ello e inclusive, acerca de la voluntad real de investigar una deuda generada por la dictadura cívico - militar de 1976 y que incluyó la estatización de las deudas del sector privado en 1982, durante la gestión de Domingo Felipe Cavallo, ex Presidente del Banco Central y ex ministro de Economía, quien también tuvo participación en el megacanje realizado durante la presidencia del Dr. Fernando De la Rúa.
Por su parte, Pablo Iglesias, líder del Movimiento Podemos de España, sostuvo que las experiencias de América Latina son un ejemplo de estilo político distinto que ha hecho posible poner la democracia por delante de las finanzas y subordinar la economía, afirmando que “España tiene mucho que aprender de América Latina”.
Sobre Estados Unidos habló Juan Manuel Zelaya, ex presidente hondureño, quien afirmó que la promesa que hizo Barack Obama al mundo ha sido un “fraude” porque iba a eliminar la tortura, cerrar la cárcel de Guantánamo y sobre todo no tener injerencia en América Latina, señalando luego que “lo que criticamos son los abusos y la soberbia con los que actúan en nuestra sociedad”, lo que fue apoyado la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, de Marcha Patriótica de Colombia.
Los debates
La Mesa Nº 1 en la cual se abordó la temática “Soberanía e Integración regional: principales desafíos” fue abierta por el Canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, seguido por Piedad Córdoba de Colombia; Atilio Borón, politólogo y académico argentino; Marco Enríquez, Presidente de Partido Progresista de Chile; Saúl Ortega, del PSUV de Venezuela, entre otros, con la moderación de Guillaume Long, Presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de Alianza PAIS, Guillaume Long.
Durante el debate se analizaron los alcances de una agenda post neoliberal alejada de las políticas imperialistas de los Estados Unidos de América; el blindaje de los procesos de transformación, mediante la protección de los recursos naturales y la consolidación de la integración regional.
Gracias “canciller de la dignidad” afirmó Atilio Borón, al destacar la decisión del Gobierno de la Revolución Ciudadana de auditar la deuda externa, respaldar a Argentina por el caso de los “fondos buitre” y otorgar asilo político a Julian Assange en la embajada ecuatoriana en Reino Unido. Luego explicó las condiciones de la coyuntura internacional y sostuvo que “estamos en una fase de transición de una decadencia progresiva de Estados Unidos como centro del sistema imperial”.
Piedad Córdoba afirmó que “en América Latina no puede haber integración regional si en Colombia no hay paz”, al referirse al proceso de paz que se lleva a cabo en La Habana (Cuba), el cual es impulsado por el gobierno de su país.
Finalizó la actividad, el canciller Patiño explicando que, a nivel regional, nuestros países tienen algunos desafíos como la revisión de sus prioridades, un replanteamiento de la relación entre los Estados y el capital transnacional; afectaciones a los derechos humanos; crisis ambiental; recursos naturales y posición frente a conflictos armados abiertos como Gaza y Siria.
En la Mesa Nº 3 titulada “Medios de Comunicación: entre el bien público y la desestabilización”, el foro estuvo integrado por Antoni Gutiérrez Rubí (España), Ernesto Villegas (Venezuela), Jorge Drkos (Argentina) y Omar García (Cuba), con la moderación de Orlando Pérez, Director del diario público El Telégrafo, siendo una de las mesas que captó más atención de los asistentes al evento.
Gutiérrez Rubí se refirió a la influencia y posicionamiento de internet en América Latina para pasar de la opinión publicada a la opinión compartida, afirmando que “Internet ha permitido el desplazamiento de quién construye la agenda. El lector o elector pasó de ser receptor de los mensajes de los medios a ser protagonista y poner la agenda”, continuando luego el ex Secretario de Información del Gobierno de Hugo Chávez, quien recordó los acontecimientos ocurridos en Venezuela en 2002 para destacar luego la importancia del rol de los medios de comunicación en la desestabilización contra el gobierno bolivariano, subrayando que “estamos conscientes y no nos dejaremos arrebatar nuestro proyecto político: “Chávez vive, la lucha sigue”.
Por su parte, el argentino Jorge Drkos reflexionó sobre “los medios de comunicación como empresas comerciales”, ejemplificando con el accionar del monopolio conformado por el Grupo Clarín, que posee el principal diario de la Argentina y 270 señales de cable en todo el país, lo cual facilita la generación de presión contra el gobierno y concluyó afirmando que “el continente inició un camino muy difícil de detener, luchar con los medios de comunicación es para que todos tengamos acceso a la palabra”. Posteriormente, Omar García, delegado del Partido Comunista de Cuba, indicó que es fundamental la neutralización de las industrias culturales del capitalismo extremo, promovidas por los medios de comunicación transnacionales, para los procesos de cambio.
La conclusión fue clara y contundente: Para superar la hegemonía de los medios mercantilistas no solo es necesario aprobar leyes que regulen el sector, como en Argentina y en Ecuador, sino también empoderar a la ciudadanía de las herramientas necesarias para “tener su propia voz”.
En la Mesa Nº 4 se discutieron los procesos de “Lucha contra el capital financiero, voluntad política y movilización ciudadana”, con la participación de Pablo Iglesias, líder del partido “Podemos” de España; Giannis Dragasakis, del partido Syriza de Grecia; Martha Harnecker, socióloga marxista y y ex asesora del Presidente Hugo Chávez, y el Secretario Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación del Ecuador, René Ramírez, que contó con la moderación de Carlos Marx Carrasco.
Según el dirigente español, “la mayor torpeza de un dirigente político es emborracharse de optimismo” explicando luego que el éxito de su partido se sustentó en que hizo “todo lo que la izquierda no hubiera hecho”. Luego, sostuvo que la izquierda es un problema en su misma formulación y destacó que la obligación de un revolucionario no es poner grandes carteles, sino ganar un terreno de la política que muchas veces goza de cierta autonomía como es la arena electoral para concluir afirmando la ruptura con una visión exótica y eurocéntrica a través de hacer una suerte de “turismo revolucionario” sobre América Latina que permitió la valoración y comprensión de los procesos de cambio que se han impulsado en la región durante los últimos 15 años, gracias al surgimiento de liderazgos capaces que procesaron adecuadamente las contradicciones sociales, económicas y políticas de sus pueblos.
Por su parte, Harnecker señaló que uno de los desafíos centrales de la izquierda es promover una “pedagogía de los límites” para “evitar domesticar las iniciativas de la gente y no solo tolerar la presión popular sino entender que es necesaria para corregir desviaciones que vayan surgiendo en el camino”, con la finalidad de superar la cultura individualista y consumista del “sálvese quien pueda” que está insertada en muchos dirigentes políticos. Asimismo, recordó que la restauración conservadora siempre ha existido por cuanto “ellos son una élite; tienen todo el poder del mundo pero son un pequeño grupo. Nuestra fuerza en cambio es que somos más pero no basta” y concluyó afirmando que “si no hay organización ni conciencia, ese número no sirve”.
Giannis Dragasakis, dirigente del partido Syriza de Grecia, señaló que su partido surgió en una coyuntura de crisis institucional en su país, la que se caracterizó por el colapso del sistema de partidos, una exorbitante inflación y un desempleo creciente que en el caso de los jóvenes alcanzó el 55%, mientras que la deuda aumentó en un 175% en relación al PIB, mientras que Ramírez señaló que la izquierda no solo debe ser un proceso de resistencia anticapitalista, sino que también debe ser una izquierda “pro algo” que en el caso ecuatoriano se trata de la sociedad del Buen Vivir y afirmó que “tenemos que construir el horizonte de esa nueva sociedad y entrar a disputar el sentido sobre categorías que le eran extrañas a la izquierda tradicional como la eficiencia y la eficacia”, concluyendo en que es necesario entrar a la disputa de cómo se gestiona y se produce el conocimiento construyendo una nueva arquitectura cognitiva, una nueva epistemología de un mundo posible mucho más justo.
Tras el debate, se llegó a la conclusión que el problema de los países en vía de desarrollo, como los latinoamericanos, frente a la movilidad humana, es político por cuanto la región ha estado siempre condicionada por los beneficios del progreso y de los intereses del capital, y en consecuencia la izquierda del siglo XXI debe llegar a entender que la globalización de hoy en día busca potenciar una movilidad de capitales como también criminalizar la movilidad humana, lo cual conduce a una lucha política que debe liberar a las grande mayorías del dominio de las élites.
Un debate muy especial se dió en la Mesa Nº 6 titulada “Neogolpismo, nueva derecha y otras estrategias de la restauración conservadora” en la cual participaron Manuel Zelaya, el ex Presidente de Honduras que fuese derrocado por un golpe militar en 2009; Ricardo Canese, de Paraguay; Carlos Vaca, de Ecuador; Francisco Delgado, de Cuba; Ana Elisa Osorio, de Venezuela; Clara López, de Colombia y Galo Mora, ex Secretario Ejecutivo del movimiento Alianza PAIS (AP) contando con la moderación de Oscar Bonilla, secretario de Acción Política de AP.
El ex presidente hondureño, con una dosis de ironía y humor, narró los pormenores de su derrocamiento y recordó que los militares irrumpieron en su domicilio con la consigna de acabar con su vida, aunque ello no se concretó debido a que el mando militar decidió enviarlo a Costa Rica. Luego hizo un repaso de su trayectoria política en la derecha que duró cerca de 30 años, afirmando que “no crean que es fácil pasarse de la derecha a la izquierda. En la izquierda hay exilio, protesta, golpes de Estado, mientras que en la derecha hay dinero y poder” y recordando la reunión con George Bush, presidente de EE. UU., quien enfatizó la necesidad de que el país centroamericano fuese un puntal del imperialismo en contra del gobierno venezolano de Hugo Chávez y los regímenes progresistas que se instalaron en la región.
Por otra parte, señaló que las empresas transnacionales y las bases militares extraterritoriales para los norteamericanos son fundamentales y por ende, cualquier gobierno que intente oponerse a éstas, es puesto en la mira del imperialismo. En este sentido, calificó de “héroe” a Rafael Correa por retirar a las tropas estadounidenses de la base de Manta en Ecuador, la cual se instaló por decisión de las élites socialcristianas que controlaban el entonces Congreso Nacional ecuatoriano, sin consultarle al pueblo.
Ricardo Canese, abrió el debate recordando el golpe de Estado en Paraguay que terminó con el gobierno de Fernando Lugo en el 2012, como también las dictaduras militares empresariales que ejercieron el poder en Guatemala (1954); Chile (1973) y Argentina (1976) al sostener que “fueron (una) directa intervención de Estados Unidos con una política imperialista que bloquea los procesos emancipadores de nuestros pueblos” y advirtió acerca de los procesos de neogolpismo que está implementando Estados Unidos, los cuales no se deben ver con indiferencia pues, afirmó, “ahora la derecha no solo apunta a ganar elecciones, sino que está en las calles, se ha tomado los espacios tradicionalmente de la izquierda”. En este mismo sentido, Delgado inició su discurso auto identificándose como “castro-chavista” y enfatizó que, en la región, se viene aplicando desde hace varios años lo que denominó el “método de guerra no convencional”, mediante el cual la oligarquía de derecha justifica la muerte y la destrucción bajo la consigna de salvar al mundo del “castro chavismo”.
Posteriormente, Carlos Vaca, Presidente de la Comisión Presidencial que investigó los hechos del 30 de Septiembre del 2010, se refirió a las conclusiones acerca de ese día en el que se intentó resquebrajar la democracia ecuatoriana, sosteniendo que las pruebas y las investigaciones permitieron concluir que el 30S fue un intento de golpe de Estado blando como parte de la desestabilización regional que promueve la derecha estadounidense añadiendo luego que se puede identificar la receta con la que actúa la CIA para provocar un golpe de Estado: primero, se deslegitima al gobierno con información falsa; segundo, se calienta la calle y tercero, los medios de comunicación se encargan de crear una realidad paralela para desinformar a la población.
Finalizó el debate Galo Mora, ex Secretario Ejecutivo de AP, quien se refirió a las amenazas internas que enfrentan los procesos de transformación social en la región.
Sin dudas, fue un repaso por el pasado golpista en América Latina para tomar nota de las enseñanzas y conclusiones que dejaron estos acontecimientos, el cual marcó este encuentro de izquierda para recordar el 30-S, cuando la oligarquía intentó desestabilizar el Gobierno de la Revolución Ciudadana en Ecuador.
El pasado 30 de septiembre se clausuró el Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP), justo el mismo día y en el mismo acto de conmemoración del intento de golpe de Estado en Ecuador de hace cuatro años, con la lectura de la Declaración Final que luego fue entregada al Presidente Rafael Correa, donde se destacan 24 acciones destinadas a consolidar la Patria Grande y defenderla de quienes quieren volver a un pasado que hizo mucho daño a nuestras naciones.
Ell mandatario ecuatoriano, al cierre, reiteró que los pueblos sudamericanos no darán paso a ningún golpe de Estado ortodoxo pero advirtió que la restauración conservadora implementa nuevos métodos de desestabilización política y que, para neutralizarla, está el frente UNIDOS a nivel nacional y los partidos progresistas a nivel regional y del mundo entero.
Una nueva cita tendrá lugar el año próximo para otro debate entre las izquierdas latinoamericanas.
Fuente: Isla Mía, de Norelys Morales Aguilera y el sitio web ELAP 2014.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario