Un cambio urgente que nos acercaría a la paz (Delegación de Paz FARC - EP) Por Yira Castro, integrante de la Delegación de Paz de las FARC - EP La democratización de la información y la comunicación y de los medi...

Un cambio urgente que nos acercaría a la paz (Delegación de Paz FARC - EP)

medios-de-comunicacion-yira

Yira Castro

Por Yira Castro, integrante de la Delegación de Paz de las FARC - EP

La democratización de la información y la comunicación y de los medios masivos de comunicación, la 4ª propuesta de las FARC sobre Participación Política es, a mi modo de ver, un punto de quiebre en la construcción de un acuerdo de paz definitivo, dado que el 90 por ciento de los medios de comunicación en Colombia pertenecen a intereses privados, lo cual indica que los sectores sociales y populares, así como las fuerzas políticas de oposición, continúan excluidos de este medio.

Cuando el camarada Iván Márquez mencionó en una alocución reciente la necesidad de retomar la discusión de las salvedades, recordé la esencia de esta propuesta referida a los medios masivos de comunicación, a su democratización y la información que estos diseminan, y la recordé justo porque dentro de los temas pendientes  se encuentra la Democratización del acceso al espacio radio electrónico, la información y la comunicación que impida la monopolización de los medios masivos de comunicación.

El objetivo de esta propuesta -congelada- es nivelar la participación ciudadana en los medios de comunicación, regulando los espacios y la distribución de los recursos que deberá proveer el Estado de manera equitativa, donde el 33 por ciento se destine a los medios comunitarios -que son quienes realmente educan-, el otro 33 por ciento a los medios privados y el restante a los medios del Estado.

Retomar la discusión de este punto y lograr que sea plasmado como acuerdo, desde mi óptica, sería definitivo, porque permitiría a los sectores democráticos participar en la contienda ideológica y política en igualdad de condiciones en cuanto a recursos informativos.

El papel de los medios de comunicación en la promoción de la paz

Vale la pena preguntarse -por pura necedad porque la respuesta se sabe-, ¿qué tanta difusión tiene el proceso de paz en Colombia? ¿En los barrios, las juntas comunales, los colegios y establecimientos de educación media y superior, incluso preescolar: ¿Qué se está haciendo por la paz?

Basta con escuchar los noticieros para darnos cuenta que ni una cuña radial se emite en la que se inculque en la mente del oyente el deseo de acercarse al contrario, de perdonar y de comenzar a transitar juntos el camino hacia la reconciliación y la paz; mensajes con los que paulatinamente se vayan menguando los odios y desarmando los corazones. “¡ Guerrillero desmovilízate Ya, tu familia te espera !” no es pedagogía de Paz cuando el Estado cada día incrementa la violencia económica generando más inconformidad social.

Y qué decir de cierto lenguaje incendiario empleado por directores de medios de comunicación, presentadores de programas y reporteros, columnistas y escritores, incluso hombres y mujeres que desde la academia deberían impartir una formación acorde a ese compromiso ético y moral con la paz.

Lo anterior es fundamental para comenzar a generar confianza, acercamiento y una cultura política en Colombia, educando al pueblo en la comprensión de que las diferencias pueden resolverse por las vías pacíficas. Sin olvidar que el Estado es el responsable de inculcar en sus ciudadanos una cultura de paz, ¿lo ha hecho este gobierno?

Ya es hora que el gobierno establezca un límite en la información que las plataformas mediáticas emiten a instancias del poder económico empresarial. Son grandes las sumas invertidas para sostener una labor ideológica permanente que adormece esa gran masa de población cada vez más confundida ante el bombardeo constante de información tergiversada, producto de operaciones psicológicas cuyo fin es generar dispersión y caos en los individuos.

La democratización de la información y la comunicación, y de los medios masivos de comunicación, es una reforma que el gobierno debió emprender desde cuando se discutió la propuesta, empleando esta poderosa herramienta en favor del proceso de paz. El “nada está acordado hasta que todo esté acordado” ha servido para que el gobierno justifique su falta de voluntad política en adelantar acciones dirigidas a hacer más ágil y efectivo el proceso de implementación de los acuerdos.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario