LA SEGURIDAD VIAL ES NECESARIA Y URGENTE.
Los accidentes de tránsito en nuestro país son una de las primeras causas de muerte, pero también de discapacidad y ello no es reflejado por la gran cantidad de artículos periodísticos que circularon con motivo de la convocatoria para firmar la iniciativa popular, promovida por la Defensoría del Pueblo de la Nación y varias organizaciones no gubernamentales, como la Asociación Madres del Dolor y la Asociación de Ayuda al Accidentado y Centro de Experimentación y Seguridad Vial Argentina.
La imprudencia, la impericia, la ausencia de una verdadera Educación Vial y la falta de una normativa uniforme en todo el país son las causantes de una de las mayores tragedias que vivimos las y los argentinos. Todos los días, en cualquier noticiero de radio y televisión nos encontramos con un accidente de tránsito que se llevó vidas plenas o que dejó secuelas permanentes en los accidentados. A este panorama se suma, sin dudas, el lento trámite de las multas de tránsito y la notoria corrupción policial que conocemos, pero que los multimedios ocultan, provocando el incremento de esa sensación de impunidad que tienen los asesinos al volante.
Imprudencia e impericia se conjugan con la falta de acciones educativas en todo el sistema educativo, constituyendo ello una peligrosa conjunción que aumenta considerablemente la posibilidad de accidentes de tránsito en todo el país. No importa el medio, colectivos, taxis y particulares, como cual corredor de Fórmula 1, sale a disputar el terreno en calles y avenidas sin tener en cuenta al otro, al semejante, sea como conductor o como peatón y como dice el tango, lo mismo da... Lamentablemente, no basta con dar un curso previo al otorgamiento de la licencia de conducir sino que ello debe constituír uno de los aspectos formativos del educando en el nivel primario y secundario, con una actualización sensible en el nivel superior, tanto terciario como universitario, pero ello debe articularse en la currícula de cada uno de los niveles educativos mediante una verdadera Política de Estado que así lo contemple.
La iniciativa popular que se promueve es un grito que nace de las instituciones intermedias frente a la seguidilla de accidentes viales, pero ello solamente es una parte de la cuestión. Desde luego, uniformar la normativa en todo el país es un esfuerzo significativo teniendo en cuenta el carácter federal existente aunque no podemos olvidar, desde luego, la utilización de las multas fotográficas como herramienta para la recaudación fiscal, en forma arbitraria, como acontece en el interior de nuestro país como tampoco la elevada corrupción en las filas policiales, la que lleva al cohecho ante infracciones cometidas y no cometidas porque no se establece el debido control sobre ellas; más aún, cuando siguen vigentes las "cajas negras" de los funcionarios de azul.
Por otra parte, la lentitud en la tramitación de los expedientes relativos al tránsito provoca, cuando menos, la prescripción en el cobro de las multas y ello es responsabilidad de los Tribunales de Faltas de cada una de las jurisdicciones municipales. Evidentemente, es la contracara de lo fotográfico como instrumento para la detección de infracciones viales, incrementando la impunidad reinante que ha llegado, inclusive, a los Tribunales en lo Penal de Primera Instancia para dar lugar a exiguas condenas como aconteció en el caso de Kevin Sedano, cuyo responsable, Eduardo Sukassian, luego de ser condenado a 3 años de prisión se le permitió la prisión domiciliaria...
Sin embargo, el proyecto de ley que trata la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires es resistida por taxistas, camioneros y colectiveros. Los incidentes del pasado 12 de noviembre, más allá de la consideración acerca del apuro macrista en sancionarla sin dialogar con los sectores involucrados, lo cual habla de su importancia, expresan otro temor: el de la confección de actas de infracción sin control por parte de la Policía. También deja de lado las exigencias de los empresarios, quienes obligan a trabajar sin descanso y con frecuencias fuera de la realidad a los conductores, siendo ello otra cuestión que debería tenerse en cuenta para la sanción de esta ley tan necesaria como urgente, al igual que la promovida por la Defensoría del Pueblo de la Nación.
La seguridad vial es necesaria y urgente. Es para hoy y no, para mañana. Todos los días, muchas personas, hombres, mujeres y niños y niñas mueren o quedan con discapacidad por culpa de conductores negligentes, imprudentes y temerarios. No podemos seguir transitando las calles y avenidas con ellos, debemos terminar con la impunidad al volante...
Prof. Juan Carlos Sánchez
Director Editorial GACETILLAS ARGENTINAS.
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