Por Carlos Antonio Lozada
Ante la avalancha de noticias referidas a la posibilidad de un cese al fuego bilateral antes de la firma del acuerdo final consideramos necesario hacer algunas aclaraciones, dado que advertimos una serie de imprecisiones, tanto en las declaraciones del Presidente Santos, como en las del jefe de la delegación del Gobierno; así como en las notas de prensa, que a lo único que contribuyen es a confundir, antes que acercar la posibilidad de que lleguemos pronto a esa necesaria medida.
Lo primero a recordar es que desde el mes de marzo de manera ininterrumpida y juiciosa viene trabajando la subcomisión técnica integrada por altos oficiales activos de las Fuerzas Armadas y por comandantes guerrilleros encargada de abordar el tema del cese al fuego bilateral y definitivo y la dejación de las armas.
En el transcurso de estos 7 meses la subcomisión ha trabajado en la construcción del texto del acuerdo, así como en sus anexos y protocolos, agrupados en 7 capítulos que abordan los siguientes temas: Introducción, monitoreo y verificación, reglas que rigen el cese al fuego, seguridad, logística, dispositivos en el terreno y dejación de las armas. Temas que cobijan por igual a las partes, aunque asuman formas distintas en cada caso y sobre los cuales hemos intercambiado propuestas, elaborado borradores conjuntos, y fijado métodos para su abordaje ya sea en plenarias de la subcomisión o en grupos temáticos.
Como es apenas lógico, en la subcomisión al igual que en la Mesa, un principio básico es el de la bilateralidad, por lo que necesariamente la construcción de los textos y la toma de decisiones, implica llegar a consensos. En ningún momento puede olvidarse que se trata de una negociación entre partes iguales y no, de un proceso de sometimiento.
Es necesario advertir que el mandato de la subcomisión hace referencia al cese al fuego que ha de sobrevenir con la firma del acuerdo final; lo que lo hace distinto de cualquier otra fórmula de cese al fuego que eventualmente puedan acordar las partes antes de ese acuerdo final. Igualar esas dos situaciones, claramente distintas, solamente puede darse por desconocimiento del tema o con la clara intensión de crear confusión en la opinión y generar presión en la contraparte, lo cual es inaceptable.
En el transcurso de los 3 años de diálogos, las FARC - EP han decretado 5 ceses de fuego unilaterales con ocasión de procesos electorales y dos más como gestos de desescalamiento, incluidos el que está vigente actualmente y el cese unilateral indefinido del 21 de diciembre de 2015 que fracasó por los sistemáticos ataques de la fuerza pública contra las guerrillas en tregua, con un saldo de más de 30 guerrilleros asesinados y que llevó a un escalamiento de la guerra que puso en riesgo la continuación del proceso.
Dichos ceses al fuego han tenido motivaciones claramente humanitarias dirigidas a salvar vidas; y motivaciones políticas buscando generar un ambiente propicio a las conversaciones. Por lo anterior es que no se comprende la reciente propuesta del Presidente Santos de condicionar un eventual cese al fuego bilateral, al acuerdo sobre uno de los puntos de la Agenda.
Tampoco se comprende que se pretenda condicionar un eventual cese al fuego bilateral a una supuesta concentración de las guerrillas, tema que como se ve al analizar los capítulos del acuerdo que está en construcción en la subcomisión técnica, no aparece por ninguna parte.
Y mucho menos se comprende que se quiera imponer de manera unilateral el mecanismo de monitoreo y verificación. Como todo el país conoce, en el acuerdo denominado “Agilizar en La Habana y desescalar en Colombia", las partes acordamos invitar un representante del Secretario General de las NNUU y uno de la Presidencia Pro Tempore de UNASUR, para que acompañaran las deliberaciones de la subcomisión técnica en el tema del monitoreo y verificación, para lo cual fueron designados los señores Jean Arnault y José Bayardí respectivamente, con quienes la subcomisión se ha reunido en dos ocasiones, pero en ningún momento se ha definido respecto de qué organismos o entidades puedan ser parte del eventual mecanismo de monitoreo y verificación; algo que corresponde definir a las partes en Mesa.
Por lo anterior, no vemos procedente hablar de solicitar un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU para la conformación del mecanismo de monitoreo y verificación de un eventual cese al fuego, como lo ha expresado el Presidente Santos, en un nuevo intento gubernamental por imponer decisiones unilaterales que violan el principio rector de la bilateralidad de la Mesa.
Finalmente, si de verdad existe voluntad política por parte del gobierno para llegar a un cese al fuego bilateral antes de la firma del acuerdo final, lo que se necesita no es concentrar las guerrillas en corrales; basta con que el Presidente Santos en su calidad de Comandante de las Fuerzas Armadas ordene a las tropas oficiales suspender los operativos desplegados en las áreas contra las guerrillas en tregua; ya que como es reconocido por todo el país, incluida la delegación del Congreso de la República con la cual nos reunimos, las FARC - EP viene cumpliendo su compromiso de cese unilateral al fuego el ciento por ciento.
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