Fin del fin, pero ¿de quién? (ANNCOL) Pinzón, Santos y Herrera Berbel Por Alberto Pinzón Sánchez En su habitual estilo melifluo de apariencia política y con el cual el genera...

Fin del fin, pero ¿de quién? (ANNCOL)

Pinzon, Santos y Herrera Berbel

Pinzón, Santos y Herrera Berbel

Alberto Pinzon Sanchez

Por Alberto Pinzón Sánchez

En su habitual estilo melifluo de apariencia política y con el cual el general Herrera Berbel reemplazó en las páginas editoriales del diario El Tiempo a su colega el general Violencia Tovar,  en su último artículo (15/10/2015) titulado “¿Fin del fin?”, afirma que: …”entre los elementos por considerar sobre el fin del fin, es claro que la guerrilla está sentada en La Habana por la acción operacional sostenida de las Fuerzas Armadas”…

Afirmación hecha después de haber formulado (a sí mismo y a los lectores) una significativa pregunta que sibilinamente apunta a cuestionar al presidente de la llamada República de Colombia, de la siguiente manera: ...”Entrando en materia, valdría la pena preguntarnos: ¿nos acostumbramos a la guerra? No creo que sea así, pero no se puede desconocer que si hay un juego de intereses ocultos y un lucro económico de unos pocos, ¿es una guerra inútil y costosa? Lo es, razón tenía el general Mejía Valenzuela en ese sentido. ¿Se definió el tipo de victoria por alcanzar? Aprecio que no lo suficiente, faltó una cultura de seguridad en la clase política para formularla bajo un concepto de aplicación integral de los instrumentos de acción del Estado. En ocasiones tuvo mayor peso la personalidad del Jefe del Estado sobre la idea en ejecución, y los objetivos político-estratégicos por alcanzar”…

Y un poco más adelante, dándose respuesta a sus profundas dudas, deja salir las orejitas peludas de su formación militar made in USA y que llama acumulado histórico de varios lustros de actividad militar así: …”¿Es viable explorar una salida política al conflicto? Considero que sí están dadas las condiciones esenciales porque la guerrilla llegó a su punto culminante, pero ello no indica que esté asegurado su feliz término. Como respaldo a esta alternativa, contamos con unas Fuerzas Armadas preparadas para la guerra o la paz, y listas para neutralizar cualquier amenaza que persista en su actuar violento como método de lucha”…

Lo que el atildado general olvida es el espejo. ¿Acaso no se le podría preguntar a él lo mismo?

¿No están sentadas las heroicas FF. MM. de Colombia en una mesa de diálogos como la de La Habana, debido “al acumulado histórico" de Resistencia (atención: Resistencia política y armada) al exterminio clasista oligárquico pro yanqui de 70 años de desarrollo capitalista en Colombia, en especial en el miserable y asolado campo colombiano?

¿Considera acaso el general Herrera que; el episodio repulsivo, aborrecible y repugnante ante la humanidad de los llamados Falsos Positivos (del cual no se puede sustraer al invocado y heroico líder Padilla de León con su dossier de violador de Derechos Humanos y que le costó su embajada en Austria) puede ser considerado en algún momento de la civilización actual como una honrosa victoria militar del “acumulado histórico” de las mega - heroicas Fuerzas Armadas de Colombia?

O, ¿es por el contrario la más grande derrota que haya sufrido ejército alguno, sostenido con todo el peso político, militar, económico y tecnológico de los EE. UU. y que definitivamente borró de la mente de los estrategas contrainsurgentes la posibilidad de una victoria militar contra - guerrillera y los obligó a pensar en la solución política del conflicto social y armado colombiano?

Acaso el general Herrera, en sus densas interrogaciones sobre “la falta de una cultura de seguridad en la clase política para formularla bajo un concepto de aplicación integral de los instrumentos de acción del Estado”, que la sociología de la resistencia mundial denomina Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN); no se ha dado cuenta aún de su colapso y de que se hizo inviable (legítima y legalmente) con el famoso episodio de la “refundación integral de la patria pactada en El Ralito” y la parapolítica (obviamente de la clase política invocada), llevada de la mano por Uribe Vélez en el 2002, para concluir la toma del Estado Integral de Colombia y montar el Estado de Opinión?

En 2001, poco antes de la ruptura de los diálogos del Caguán adelantados con la nulidad de Pastrana Arango, a la par de una ofensiva política adelantada por el entonces figurón liberal Vargas Lleras (hoy por el arte del birlibirloque ya no es liberal) y por el Caimacán antioqueño Luis Guillermo Vélez, también liberal que sin birloque dejó de serlo, se hizo paralelamente una ofensiva militar “de cerco y aniquilamiento” sobre  la zona del Caguán, adelantada por las mismas …”Fuerzas  Armadas preparadas para la guerra o la paz, y listas para neutralizar cualquier amenaza que persista en su actuar violento como método de lucha”…

Sin embargo no vemos la pregunta del general ¿A dónde condujo esa ruptura de aquel proceso de paz? Por la sencilla razón que tendría que responderse, que los condujo 13 años después a otro proceso de paz, el de La Habana, incluso más desventajoso como el mismo general Herrera lo reconoce en todo su escrito.

Hoy la correlación de fuerzas democráticas y progresistas favorable a la finalización del conflicto interno colombiano y la paz es mayoritaria y activa, tanto a nivel nacional como internacional y mundial, lo que no sucedía en el 2002.

Es más, el factor fundamental y esencial de la guerra contrainsurgente en Colombia, los EE. UU., han manifestado su decisión seria y creíble para que el llamado conflicto interno colombiano se concluya de una vez por todas, y sin el cual no habrá paz en Colombia nunca. Hecho que no se ha sabido leer bien e interpretar mejor por el militarismo leguleyo y sus dos figuras emblemáticas Uribe Vélez y el sacristán Ordoñez, quienes alucinadamente persisten en continuar usando todas las formas de lucha periodística (unas veces, la fábula; otras, la mentira y otras, la calumnia) con algún eco en alguna Brigada Militar que insiste en provocar incidentes militares que rompan la tregua unilateral decretada por las FARC y dé al traste con el avanzado proceso de La Habana, creyendo repetir exitosamente el cerco político y militar contra la paz exitoso del 2002 en el Caguán y justifique lo que el general Herrera llama el uso de unas ..."Fuerzas Armadas listas para neutralizar cualquier amenaza que persista en su actuar violento como método de lucha”…

Lo que el general Herrera, con todo respeto me atrevería a sugerirle, es que considere el fin del fin en Colombia, de la Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN) que es lo que se está debatiendo actualmente la sociedad colombiana y una vez superado el TERROR, que es su componente básico y sea remplazado por su contrario dialectico la ESPERANZA, nos ayude a construir unas Fuerzas Militares para defender las fronteras y no para continuar matando enemigos internos comunistas cuando la guerra fría hace mucho se terminó. Ojalá me escuchara…

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