Jaime Suchlicki
Por Edmundo García
El pasado jueves 15 de este mes escribí un artículo titulado “¿Qué hace falta para ser un cubanólogo en Miami?”; lo motivó un correo electrónico circulado por el Centro de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS) de la Universidad de Miami que contenía un rumor que de pronto se convirtió en “noticia”.
Según se comentaba a partir de declaraciones que se remitían a Jaime Suchlicki, director del ICCAS, este centro había recibido una llamada telefónica desde un país árabe (que por supuesto no se podía identificar), en la que un misterioso personaje aseguró que el Ministro de las FAR Leopoldo Cintra Frías se encontraba en Siria al mando de unos trescientos efectivos de las Tropas Especiales cubanas para apoyar por tierra, sobre todo con tanques, la incursión de la aviación rusa contra ISIS.
El viernes 16 en el programa La tarde se mueve, dedicado a discutir diversos temas con los oyentes, preguntaba por qué tuvo alguien con una información tan importante que llamar a Suchlicki y no, por ejemplo, a un oficial ligado al Comando Sur o al Pentágono. La respuesta la sabe todo el mundo: porque era otra engañifa; una más entre las tantas que el ICCAS de Jaime Suchlicki está dispuesto a propagar, si de cuestionar a Cuba se trata. Una engañifa por otra parte con muy malas intenciones, como muestra este excelente material de Cubainformación:
Una ciudad con tan alta presencia de inmigrantes hispanos como Miami, entre ellos una considerable cifra de cubanos, debe tener sin dudas un centro especializado en estudios sobre esa comunidad. La propia Universidad de Miami tiene un conocido Programa de Estudios Latinoamericanos (http://www.as.miami.edu/las/) con propósitos docentes y académicos que no se caracterizan por la obsesión anticubana que se respira en la mayoría de las actividades que programa el ICCAS.
En la edición de de este miércoles 21, a propósito de la “bola” sobre la presencia de tropas cubanas en Siria, el colega Álvaro Fernández sugirió que Jaime Suchlicki debía renunciar a su puesto como director. Que es lo que correspondería en un contexto natural, aunque no en Miami por la impunidad y el beneplácito con que en esta ciudad se mueve todo lo que atente contra la imagen de Cuba.
Estoy de acuerdo con Álvaro Fernández sobre la renuncia de Suchlicki, pero todavía más. Creo que a partir del historial de gazapos, manipulaciones y falsedades que tiene, el ICCAS debe cerrarse o en todo caso refundarse desde cero, exigiéndole cumplir las normas de todas las instituciones universitarias.
En octubre del año 2010 varias decenas de profesores universitarios en Estados Unidos y ex alumnos de la Universidad de Miami, enviaron una carta a la entonces presidenta de esa universidad Donna E. Shalala, para expresar su rechazo a que en la sede del ICCAS se ofreciera un homenaje al terrorista convicto Orlando Bosch Ávila. En aquella carta se decía: “Como institución de altos estudios que es, la Universidad de Miami tiene una misión educativa, y a la vez, una insoslayable función de responsabilidad social. Rendir honores a un terrorista, presentándolo como modelo para una comunidad, atenta contra los principios básicos de la academia.”
Desde el pasado abril, la Universidad de Miami tiene como nuevo presidente a Julio Frenk Mora, el primer latino en ese cargo. Con experiencia en Harvard, y habiendo sido ex Secretario de Salud de México, hereda la responsabilidad de auditar esas irregularidades que se dan en un centro como el ICCAS, que pertenece a la universidad bajo su rectoría.
Aquel rumor difundido por Jaime Suchlicki sobre la presencia de tropas cubanas en Siria, fue desmentido por el Departamento de el Estado, por la Casa Blanca y por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. El descrédito de Suchlicki ha sido de tal magnitud, que algunos periodistas que trataron de entrevistarlo para que explicara el proceso de adquisición de la supuesta información, están convencidos de que se les estaba escondiendo para no tener que dar tan sólida cara.
Pero como Suchlicki no se puede estar tranquilo, esta semana ha sorprendido con un nuevo correo. Esta vez no tiene ninguna “novedad informativa”, solo se dedica a pedir donaciones desde los 50 a los 500 dólares, y otras: dicen que si el negocio sigue en picada le vienen bien hasta cupones de alimentos. Nada más lógico que Suchlicki esté pidiendo agua por seña ya que el donante no se siente interesado en contribuir con una institución tan poco seria. También ha perdido apoyos importantes, como el del millonario Manuel Cutillas, de Bacardí Bahamas, fallecido en el 2013; y de personas influyentes como el empresario Carlos Saladrigas y el ex Secretario de Comercio Carlos Gutiérrez, quienes sin ser ingenuos en sus intenciones al menos se han distanciado del obsoleto y desinformado enfoque del ICCAS sobre la realidad cubana.
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