La decisión de Obama (Visión desde Cuba)

Por Luis Ernesto Ruiz Martínez

El próximo 27 de octubre gran parte de la población mundial estará pendiente a lo que decida la Asamblea General de la ONU cuando la delegación cubana someta a su consideración la "Resolución Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba".

Ese día se pondrán a prueba la cordura y las verdaderas intenciones del primer Presidente negro que han tenido los estadounidenses, al menos con respecto a esta indoblegable isla del Caribe. Sabremos ese día, si Obama realmente está dispuesto a pasar más allá de discursos bonitos y frases inteligentemente elaboradas para demostrar que realmente desea normalizar las relaciones con Cuba.

Hace algunos días funcionarios de su gobierno, bajo el manto del anonimato, declararon una posible abstención de los representantes de la Casa Blanca en el momento de ejercer el voto en la ONU. Lo que parecía una actitud valiente y cuando menos consecuente con las anunciadas intenciones de lograr un acercamiento con sus vecinos cubanos, se ha vuelto de la noche a la mañana, en la otra cara de la moneda.

Ahora, nuevamente con el anonimato como premisa, varios medios norteños aseguran que el gobierno de Obama mantendrá la que ha sido su posición durante años, a pesar del fuerte rechazo internacional, cuando el 27 de octubre sus representantes voten en contra de la Resolución cubana que condena el inhumano bloqueo que se ha extendido por más de 50 años.

Ni Obama es un adolescente, ni sus asesores son tan ingenuos como para no estar conscientes de que estos flashazos mediáticos mantienen al inquilino de la Casa Blanca en boca de las mayorías. A estas alturas está más que clara cuál va a ser la votación oficial de su gobierno, pero el “tira que jala” le agrega condimento a una salsa que es parte de las estrategias imperiales de los poderosos.

Las condiciones han cambiado aceleradamente después de aquella mañana del 17 de diciembre, pero la del 27 de octubre pudiera ser una oportunidad única para que Estados Unidos le haga al menos un guiño a la justicia internacional.

Dar un primer paso para internacionalizar su anunciada voluntad de poner fin al bloqueo contra Cuba pudiera ser su mejor jugada en el ajedrez de su política hacia la región. Pero eso no les toca a los editores de los medios estadounidenses, esa nos la quieren pintar como la decisión de Obama.