Víctor Ramón Navarro - "Megateo"
Por Alberto Pinzón Sánchez
“Chichipato” es una de esas palabras creadas caprichosamente por los colombianos, y que actualmente se usa popularmente para designar un narcotraficante menor o de pequeña o mediana escala dentro de las jerarquías de la mafia narcotraficante de Colombia, que proliferó en nuestro país a raíz de la fracasada “American War on Drugs” y su componente geoestratégico el Plan Colombia.
Parece, ser como se ha dicho, una derivación caprichosa de la palabra castellana antigua “pichicato” de bastante uso en toda Hispanoamérica y que significa avaro, mezquino, cicatero y regateador. Precisamente este último sentido el de regateador mezquino o de a pocos, es el que se usa en el chichipato colombiano y le da su sentido.
Bueno, eso era el guerrillero alias “Megateo” originariamente combatiente de una pequeña fracción del maoísta Ejército Popular de Liberación o EPL (al cual entre otras cosas perteneció el asesor de Uribe Vélez José Obdulio Gaviria, primo hermano de Pablo Escobar) y quien no se desmovilizó en el ' 90 para incorporarse de lleno a las centurias negras Paramilitares de los hermanos de Carlos Castaño y don Berna.
”Megateo” se quedó en su zona de origen en el Catatumbo y allí (si hemos de creer al Oligopolio Mediático Contrainsurgente dominante en Colombia que publica la información del Ministerio de Defensa) parece ser se convirtió en un “chichipato” regional que utilizó las limitadas estructuras armadas del EPL sobre las que tenía influencia, para realizar sus actividades financieras como subordinado de alguien mayor.
Su “presunta” muerte magnificada por el Presidente Santos como si de verdad se hubiera dado muerte a un gran capo mafioso y se hubieran exterminado a sus “sucesores”, ha sido utilizada habilidosamente por el Oligopolio Mediático Contrainsurgente como “cortina de humo” (valga el lugar común) para tapar, disimular, o disminuir el verdadero golpe sufrido por la oligarquía política dominante cual es la captura del corrompido ingeniero de la Universidad Javeriana, ex gobernador, ex diputado, ex concejal y alto cargo de innumerables corporaciones constructoras de mega-proyectos y grandes contrataciones del Estado, Álvaro Cruz Vargas.
Y de quien, el candidato del vicepresidente Vargas Lleras a la alcaldía de Bogotá Enrique (bolardo) Peñalosa, ya tuvo que salir a negar sus vínculos de amistad política, financieros y de contratación corrupta (ver http://www.rcnradio.com/nacional/penalosa-niega-nexos-con-esposa-de-exgobernador-cruz-acusada-de-corrupcion/)
O de los delitos electorales y de trasteos de votos en el 2001, en pleno ascenso del narcoparamilitarismo en la captura del Estado colombiano, que se dio entre lo íntimos amigos Cruz, Peñalosa y Uribe Vélez (ver denuncia del diario EL Tiempo en http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-581455)
Así pues que la caída del “chichipato Megateo” que, entre otras cosas, duró “por fuera de la ley” todo este tiempo (según lo informa la falsimedia oficial) en virtud a la corrupción alcanzada con dineros del narcotráfico en agencias de inteligencia del Estado, no es el gran golpe que anuncia con extraño alborozo el presidente Santos.
El gran golpe que amenaza desmoronar la estructura del Estado colombiano corroída por el comején de la corrupción; es la captura del Gran Capo de la gigantesca contratación oficial Álvaro Cruz Vargas que indudablemente impactará a sus amigos Peñalosa y Vargas Lleras, y quien con el cinismo típico de quien se sabe IMPUNE ha reconocido sus enjuagues corrompidos.
Una vez más la lucha entre las fracciones de la clase dominante, esta vez centrada en la alcaldía de Bogotá entre el Uribista “vergonzante” Peñalosa y el “Liberal Gavirista” Pardo Rueda, inicia un nuevo episodio de sordidez asqueante.
¿Cuántos más “tamales podridos” irán a sacarse entre sí, en esta típica campaña electoral colombiana por la elección del alcalde de Bogotá, verdadera “gallina de los tres huevitos de oro” de la multimillonaria contratación del Estado?
De momento, el humo que sale del campamento de Megateo está tapando la verdadera dimensión y el significado de la captura de Álvaro Cruz Vargas, aunque no se sabe si podrá seguirlo haciendo durante mucho más tiempo.
En corto, Presidente Santos: No se “de-patrasée”, o se eche para atrás. Urge la publicación del texto total del acuerdo sobre Justicia Transicional alcanzado recientemente en La Habana y avanzar, acelerada y resueltamente, el Acuerdo Final. Mire que “el palo (como decimos en mi tierrita) no está para hacer cucharas”.
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