Los ciudadanos de Buenos Aires parecen hinchas de fútbol en su volubilidad. Son los que en lenguaje coloquial se denominan veletas. Votaron mayoritariamente, en pocos años a Fernando de la Rúa, Erman González, Graciela Fernández Meijide, Aníbal Ibarra, Mauricio Macri entre otros.

Los hinchas de fútbol parecen, desde siempre, ciudadanos de Buenos Aires en sus desmesuras. Un triunfo resonante lo proyecta a la situación del mejor del mundo con la misma rapidez que una derrota inesperada lo catapulta, sin transiciones, a sentirse entre los peores del planeta.

Néstor Kirchner es acusado de elegir en la alcoba a su cónyuge como candidata a Presidente. Es cierto, tanto como que casi todos los candidatos opositores han implementado el dedo como criterio seleccionador.

Mauricio Macri que critica al Presidente de autoritario y de perpetuar el apellido Kirchner en el poder, mantuvo en los 12 años en que fue Presidente de Boca, un profundo silencio por el manejo absolutamente discrecional de Julio Grondona que hace 28 años se mantiene en la presidencia de AFA.    

Alfio Basile está enrolado en la corriente del fútbol bien jugado, de evitar abrumar a sus dirigidos con un exceso de instrucciones, buena onda con los jugadores, sostenedor del fútbol calificado como lírico y por sus críticos "carente de trabajo". Preconiza que le gusta ganar jugando bien. Que es importante triunfar, pero que no se puede convertir el resultado en un único objetivo.

Director técnico con muy buen ojo a la hora de elegir, entró en contradicción cuando no concurrió a recibir la medalla correspondiente el segundo puesto.

La selección jugó bien y por espacios muy bien. Volvieron el toque, la pared, la gambeta, el taco, el caño, y cuando se acercaban al arco los delanteros Messi y Tevez, aceleraban y encaraban audazmente. Hace muchos años que esto no sucedía como consecuencia de una prédica técnica que considera que lo que hace efectivo y simultáneamente bello al juego, debe ser descartado. Obviamente no lo presentan de esa forma, sino con un lenguaje arrancado del mercado, lo califican de "poco competitivo".

Los críticos, alineados en "el resultadismo", saltaron alborozados cuando un equipo brasileño inferior, ganó amplia y justificadamente el partido final. Algunos jugadores elogiados hasta el día anterior, fueron lapidados con "no pueden seguir jugando". Se volvió a hablar de la falta de trabajo, que no se había ganado a nadie. Lo que ocultan esos críticos e hinchas, que si bien es cierto que se había jugado con selecciones débiles, en muchas otras ocasiones enfrentando a los equipos de esos países, no se había ganado o se había triunfado jugando mal. Además, los inclinados a convertir un juego en una partida de ajedrez, no explican que grado de "trabajo" llevó a que Brasil no fuera eliminado en semifinales por Uruguay, cuando en la definición por penales, quedó a una ejecución de  volverse a su país y los charrúas desperdiciaron el que les permitía pasar a la final.

Dante Panzeri, el más notable periodista deportivo, consideraba que "el fútbol era la muestra gratis del país". Julio Grondona con su inefable "todo pasa" para señalar que el tiempo todo lo tapa tiene su correlato en las primeras declaraciones del rotundo triunfador en las elecciones capitalinas quién afirmó: "No más perseguir fantasmas del pasado, no más resentimiento". El que se presenta como emblema del retorno de la seguridad es el mismo que convivió y muchas veces apañó a la barra brava de Boca. A su vez el tribunal de penas de la AFA, tiene su correlato en diferentes estamentos judiciales por su lenidad. La forma de tratar a los concurrentes a los estadios es similar al que reciben los usuarios de la mayoría de las empresas privatizadas. La AFA próspera tiene su contrapartida en clubes que reciben de la televisión mucho menos de lo que aportan, saqueados por dirigentes ad honorem que se enriquecen desmesuradamente con las transferencias de jugadores, que se empiezan a vender desde las divisiones inferiores. Se parece notablemente al remate de la minería y a la continuación de la entrega de la renta petrolera.

El fútbol es una actividad notablemente lucrativa en donde la televisión, los intermediarios y los dirigentes se quedan con un negocio basado en la pasión de los hinchas.

El contrato prorrogado hace años con Torneos y Competencias por Julio Grondona hasta el 2014, es equivalente al concedido por decreto de necesidad y urgencia a diferentes medios como  los grupos Hadad  y Clarín, entre otros, hasta el año 2025.  O la extensión de la concesión de Cerro Dragón hasta el año 2047, yacimiento que proporciona el 25% del petróleo nacional. La "seducción" de Grondona tiene rasgos comunes con la política de cooptación de dirigentes de Kirchner: la caja convocante.  

FÚTBOL Y POLÍTICA 

La historia del fútbol argentino se entrelaza con la del país. El profesionalismo comienza en 1931, cuando estaba sumido en las consecuencias de la crisis de 1929, que terminó con el gobierno de Irigoyen y dio lugar a la década infame.

Argentina había participado en el Mundial de 1930, en que perdió la final con Uruguay y concurrió al campeonato de 1934 con equipo alternativo integrado por jugadores amateur. No concurrió al de Francia de 1938.

Muchos sostienen que el momento de mayor riqueza futbolística coincidió con la década del cuarenta, cuando Europa se desangraba en la segunda guerra mundial y se suspendieron  lógicamente los Campeonatos Mundiales.

El peronismo, por motivos pocos comprensibles, tal vez ante el temor que una derrota hiriera el " Perón promueve el deporte"  evitó la participación de la selección en los mundiales de  Brasil de 1950 y de Suiza de 1954.

Producida la Revolución Fusiladora, y siendo la contracara del gobierno derrocado se decidió participar del Mundial de Suecia en 1958.

Un fútbol con escasa participación internacional, con jugadores que partieron con la idea que el torneo era un paseo, con escaso profesionalismo fuera del campo de juego, concluyó en lo que se conoció como la "catástrofe de Suecia".

El síndrome de Estocolmo en su versión futbolística fue el equivalente en el terreno económico a la hiperinflación de 1989 y 1990. La convertibilidad futbolística fue la idea de renunciar a nuestras virtudes para importar muchos de los defectos futbolísticos ajenos. Los directores técnicos pasaron a ser más importantes que los jugadores, como los ministros de economía se convirtieron en fundamentales después de 1955. El lenguaje futbolístico y las estrategias de los que estaban afuera de la cancha pasaron a ser más importante que los actores del juego. De la misma forma que en el país, la política quedó cercada por la economía.  

Se privilegió la importación de jugadores y técnicos, mientras en el país se acentuaba lo extranjero sobre lo nacional.

Se llamó fútbol espectáculo a lo que en la convertibilidad se conoció como abrirse al mundo.

El paradigma fue "el Toto Lorenzo" como técnico y el jugador obediente y disciplinado como emblema.  Era preferible el robot que aceptara órdenes sin chistar que el jugador talentoso. El seleccionado argentino, dirigido por Lorenzo, fue eliminado en primera ronda en el Mundial de Chile de 1962 (1) y llegó a cuartos de final en 1966, necesitando el mismo director técnico del apoyo de un dirigente peronista, Valentín Suárez que intervino providencialmente  para arreglar los desaguisados entre el técnico y los jugadores.

En el campeonato de Inglaterra de 1966, el equipo seguía aquejado del síndrome Suecia, caracterizado por un complejo de inferioridad que lo llevaba a un juego defensivo y timorato.

En cierta forma, Suecia fue el equivalente futbolístico de la derrota de Malvinas, y lo que siguió fue la desmalvinización, es decir el intento de adoptar el punto de vista del triunfador. Relaciones carnales se traducía en el campo deportivo en la extranjerización, el temor al europeo, en renunciar a las características predominantes en el jugador argentino. El lugar obsesivo asignado a los directores técnicos,  equivalente al papel desmesurado jugado por los gurúes económicos en la década del noventa, tenía su correlato en el plano económico en la supremacía de lo financiero sobre lo productivo.

El desconcierto ideológico llevó a que Argentina quedara excluida del Mundial de Méjico de 1970, por un vistoso y efectivo seleccionado peruano.

Escribió Roberto Di Giano en "El fútbol y las transformaciones del peronismo": "El escaso lugar que se le otorgó a los jugadores talentosos en la línea de volantes de aquel plantel quedo claramente expresado en el siguiente comentario: "El déficit más evidente de la formación albiceleste es su escasa ductilidad para el armado y la torpeza en la progresión de los avances" "El libro de los mundiales" de la Revista Goles.

Las selecciones de Hungría de 1954, Brasil de 1970 y Holanda de 1974 marcaban el camino, retomando algunas de las facetas históricas del fútbol argentino.

El período Menotti tuvo dos virtudes que no son  precisamente las que se le reconocen. Extirpó del seleccionado la idea de no poder enfrentar de igual a igual a los equipos europeos y lo convirtió realmente en prioridad. En ese aspecto, Kirchner recogió tres décadas después, con  las limitaciones del caso, algunas características de ese discurso que lleva a enfrentar con cierto desparpajo a las privatizadas y en algunos casos a los acreedores.

No es una casualidad, que la proyección de Menotti, se hizo a partir de aquel Huracán campeón de 1973, que ganaba, gustaba y goleaba. Y tampoco es una mera coincidencia que la recuperación de un auténtico fútbol de raíz nacional coincidiera con la vuelta de las mayorías populares al gobierno.  

Se ganó el Mundial de 1978, en el escenario criminal que se perpetraba en la Argentina, con una mezcla de algunos chispazos de lo mejor de lo nuestro y la adopción de algunas virtudes del fútbol extranjero.

En el Mundial de España de 1982, con la guerra de Malvinas de trasfondo, Cesar Luís Menotti  traicionó su discurso y transmitió a su equipo sus miedos. En el partido inicial con Bélgica, el director técnico pareció Bilardo.

El medico que jugó en el Estudiantes dirigido por Zubeldía (según Panzeri una asociación lícita para la obtención de resultados ilícitos)  representará el paradigma del trabajo, la planificación, los videos, las trampas, la dramatización del juego. El resultado como único objetivo. El fin que justifica los medios. El fútbol adelantaba el menemismo que llegaría años después.(2)

Bilardo, como Lorenzo antes, en los partidos previos al mundial, perdía hasta con su sombra.

En el Mundial de Méjico, apareció el Maradona excepcional, acompañado por tres o cuatro muy buenos jugadores, y el equipo fue una orquesta que rompió la red planificadora y se elevó por encima de los videos de Bilardo.

La suerte excepcional, el talento de Goycochea para atajar penales, la valentía de un Maradona en una pierna y con su talento casi intacto, acompañado por Caniggia, permitieron injustamente llegar a un subcampeonato en el Mundial de Italia de 1990.

El Mundial de EE.UU, en 1994, con el doping de Maradona, pareció anunciar el tequila que sería el prólogo  del fin del período "exitoso" del menemismo.

La derrota temprana en el Mundial de Francia en 1998, coincidía con la iniciación de la larga recesión de la economía argentina.

El Mundial de Corea y Japón con el seleccionado de Bielsa, despertó las mismas expectativas en la clase media y la frustración consiguiente del gobierno de la Alianza.

El Mundial de Alemania del 2006, con la dirección de José Pekerman, pareció una representación del progresismo. Una versión light donde el discurso es siempre más audaz que los hechos que impulsa.

MEDIOS, POLITICA Y FÚTBOL

En el fútbol, el periodismo deportivo tiene una degradación aún mucho más profunda que el político. Está el mayoritario, vinculado a Torneos y Competencia, el socio de la AFA, donde de hecho está prohibido criticar a Grondona y el negocio televisivo. Esa red extiende  su protección a los dirigentes que se alinean en el negocio como Mauricio Macri, al punto que el dirigente opositor en Boca, el dirigente sindical tabacalero y ex diputado,  Roberto Digón, en declaraciones al programa radial  EL TREN, afirmó que se le cierran los micrófonos y diarios para denunciar los negociados en Boca. El emblema de ese periodismo chismoso e insustancial, banal y genuflexo es Chiche Niembro, la versión emblemática de los postulados bilardistas. El relator era anteriormente su socio y amigo, Marcelo Araujo, con su lenguaje chabacano, y hoy Mariano Cross, en donde los chivos y los comentarios de la cocina del programa forman parte principal  del show.  

Un reducido núcleo de periodistas se enfrenta al monopolio futbolístico del poder, periodismo y negocios. El equipo deportivo de Radio Continental encabezado por Víctor Hugo Morales, y  francotiradores como Ezequiel Fernández Moores, Gustavo Veiga, Pablo Llonto, Diego Bonadeo, Amilcar Romero, Norberto Verea, entre otros.

Por esas paradojas y contradicciones de los seres humanos, Víctor Hugo y Adrián Paenza tienden a inclinarse en sus gustos futbolísticos con la línea bilardista.      

Si pasamos al periodismo político, es preciso señalar que a partir de la década del noventa es difícil saber quién está realmente detrás de cada medio y que estos se han diversificado hasta un grado tan notable de actividades en donde el medio es más que nunca el instrumento principal para potenciar los restantes negocios.

El ejemplo emblemático es el diario Clarín, que se vanagloria en la voz de su cerebro Héctor Magnetto de "poner y sacar presidentes". La diversificación empresarial del grupo abarca a una enorme variedad de actividades económicas entre las que está el fútbol y su posición mayoritaria en Torneos y Competencia que otros definen con certeza " Torneos sin competencia". Como fruto de su genuflexión hacia la dictadura criminal, es socio junto a La Nación del Estado en Papel Prensa.

El grupo económico ha tenido una actitud complaciente hacia los sucesivos gobiernos, mientras los mismos accedan a sus intereses comerciales. Cuando eso no sucede las tapas empiezan a colmarse de títulos opositores que colocan al oficialismo de turno en una situación delicada. Para presionar al gobierno al fin que homologue la fusión de Cable Visión y Multicanal, el caso Skanska fue recogido en tapa  por Clarín, varios meses después que fuera denunciado por el semanario Perfil. Es decir que mensuró la trascendencia de una noticia importante privilegiándola como un elemento de presión y no de información.

Más aún sorprendió el trabajo de investigación sobre irregularidades en la Secretaría de Medio Ambiente, cuando intenta conseguir que un mismo proveedor ofrezca televisión, telefonía e Internet, cosa prohibida aún en la Argentina. Será por eso o talvez por estas otras causas que menciona Horacio Verbitsky en Página 12 del 22 de julio, lo que originan las tapas críticas de Clarín: " El 9 de marzo funcionarios de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable comprobaron el vertido de efluentes líquidos contaminantes de la planta en Baradero de Papel Prensa, del grupo Clarín. La Secretaría fijó un plazo de 180 días para eliminar esa contaminación. Las obras necesarias costarán unos 10 millones de dólares.

El gobierno nacional había pedido  que el  Canal 7 de televisión transmitiera un partido de fútbol los días viernes. A raíz de ello los clubes reclamaron un aumento sustancial a Torneos y Competencias, del grupo Clarín, en el contrato por las transmisiones por cable. El nuevo contrato se firmó poco después. La empresa debe pagar 180 millones de pesos por año, el doble que hasta ahora".

Las denuncias contra Romina Picolotti no han podido ser desmentidas por su protector Alberto Fernández. De manera que aquí lo que se cuestiona no es la veracidad de la denuncia, sino el uso instrumental extra periodístico de las mismas.

En este aspecto, nadie desenmascaró con más precisión lo aquí comentado que la revista humorística Barcelona que sostuvo: "La mayor papelera del país elige la polución más no lo negociados. Para los dueños de Papel Prensa "es lícito contaminar un río", siempre que sea para "imprimir diarios que denuncien la corrupción de funcionarias del área de Medio Ambiente".

EL FÚTBOL POR EDUARDO GALEANO Y CALOI 

Dice Galeano en una nota publicada por Página 12 el 17 de julio: "Hace más de medio siglo que el Uruguay fue campeón del mundo, en el inmenso Maracaná. Desde entonces, traicionados por la realidad, buscamos consuelo en la memoria. Si aprendiéramos de ella, todo bien, pero no, nos refugiamos en la nostalgia cuando sentimos que nos abandona la esperanza, porque la esperanza exige audacia y la nostalgia no exige nada. El Bebe Coppola, de profesión peluquero, era también el director técnico del club de fútbol de Nico Pérez. Esta era la orientación ideológica que daba a sus jugadores: " La pelota al suelo, los punteros bien abiertos y buena suerte muchachos". El Bebe Coppola no tuvo nada que ver con Maracaná. Pero fue como si lo estuvieran escuchando: así de simple, jugaron aquellos uruguayos la final de 1950. Más  de medio siglo después, todo al revés: jugamos al pelotazo y que Dios se apiade, nuestros punteros, los wings, los alados, ya no vuelan y parecen más bien sonámbulos que deambulan por el centro de la cancha, nuestro fútbol es cerrado, avaro, pesado; y la buena suerte no nos acompaña. Mucho no la ayudamos, la verdad sea dicha, aunque nos sobren  ideólogos dispuestos a proporcionar inteligentísimas explicaciones a cada uno de nuestro desastres……..Los uruguayos, pueblo futbolizado, creemos que la patria se acabó en Maracaná. En el fondo, sospecho, el problema está en que todavía creemos en esta gran mentira impuesta como verdad universal, esta infame ley de nuestro tiempo que nos obliga a ganar para demostrar que tenemos el derecho de existir.

Pero nuestra mayor victoria en el Mundial de 1950 ocurrió después del partido que nos coronó en el Maracaná. Nuestro triunfo más alto encarnó en el gesto de Obdulio Varela, el capitán celeste, el caudillo del equipo. Al final del partido, el huyó del hotel y del festejo. Y se fue a caminar y pasó la noche bebiendo en los bares de Río, callado la boca, de bar en bar, abrazado a los vencidos"

Caloi ironiza sobre los técnicos excesivamente planificadores. El entrenador le dice al jugador: " Fontana, quiero que me juegues de volante retrasado, pero hágame de enganche también y mándese al ataque. Párese como tapón en el centro delante de la línea de cuatro. Cuando se vaya arriba, hágalo picando en diagonal. Lánceme pelotazos cruzados para los punteros. Toque de primera en pelotas cortas y, en las largas, busque la espalda de los marcadores centrales. No se olvide de amagar y buscar la pausa o el cambio de ritmo. Rote para desmarcarse y provocar claros para la subida de un compañero, gambetee a la carrera y pruebe de media distancia. Llegue al cabezazo cuando desbordan los punteros y en los corners. Si descarga la pelota hacia un costado, pase por detrás del que recibe y pique por la punta. Cuando perdemos el balón, baje siempre tapando. Releve a los defensores que se van al ataque y, a la vez, márqueme a los defensores rivales que se desenganchan y proyectan a la ofensiva. Meta pierna y mande ahí en el medio. Tome los tiros libres y preste atención a la jugada del offside. Si hay un penal lo patea usted. Y acuérdese de cambiar de frente y de pararse delante de la pelota hasta que se acomode nuestra barrera en los tiros libres en contra……" El jugador abrumado se da vuelta para ingresar a la cancha y entonces el director técnico le dice: "Ah, otra cosa Fontana….Juégueme suelto, sin preocuparse por nada"

En realidad, en fútbol como en política hay que encontrar el equilibrio. Planificar en lo posible, buscar los puntos débiles del adversario, confiar en las propias fuerzas, no sobreestimar al rival, desplegar el talento que se tiene, meter pierna fuerte cuando es necesario, no atarse a una única táctica, abrir la cancha al atacar para debilitar al contrario y adoptar un fuerte proteccionismo en nuestro arco. No desperdiciar ocasiones favorables, y recordar siempre que los goles que no se hacen en el arco de enfrente se los padece en el propio. Que Basile y Kirchner lo recuerden. Y el antídoto contra las actitudes veletas suelen ser las convicciones alejadas de las desmesuras.  

 30-07-2007  

(1) Panzeri sostenía: "Por disfrazarnos de culturosos, decapitamos la diversión casi inculta del fobal que es hija de la miseria y de los chicos atorrantes" Satiricón Mayo de 1973. En cambio El Gráfico post Panzeri  afirmaba: " No tenemos gente dotada para ir al choque" 18-12-1963  

(2) Dos protagonistas de la selección que fue eliminada para el Mundial de Méjico de 1970, declaraban a Página 12 del 31-08-1989: " El deterioro se produjo  a partir de 1958, ya que en los años posteriores a ese mundial, se juega en la Argentina un fútbol espantoso, de marca, de especulación, duro, friccionado"  Alberto Rendo. A su vez Agustín Cejas, el excelente arquero de Racing y el Santos afirmó: " La confusión fue alimentada por los éxitos de Estudiantes de la Plata a nivel local e internacional pues como el que cosecha triunfos marca el estilo y las pautas, había una tendencia a seguir ese camino. Ese Estudiantes victorioso que no gustaba y que te ventajeaba permanentemente, influyó a nivel de selección"