Más que un dilema, el trilema de la globalización
Eduardo Gudynas
ALAI AMLATINA, 29/08/2007, Montevideo.- Mientras que los defensores de
la globalización convencional proclaman sus beneficios, tanto económicos
como políticos, en América Latina se suman los conflictos con la
democracia y la autonomía nacional que genera la apertura al comercio y
las finanzas mundiales. Adentrarse en la globalización exige renuncias,
y aunque poco se hable de ellas, entre las más dolorosas están el
debilitamiento del Estado y la democracia.
Una observación atenta permite encontrar varios ejemplos: en Perú, la
promoción de la producción nacional se encoge bajo el Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos, la política agropecuaria brasileña sigue
volcada a las agroindustrias exportadoras antes que a erradicar
efectivamente el hambre, mientras que un tribunal internacional de
arbitraje le notifica a Argentina que deberá pagar una indemnización al
consorcio francés Vivendi, que operaba como proveedor de agua potable.
Las bases conceptuales de estas tensiones entre las metas globales y las
renuncias nacionales acaban de ser recordadas por Dany Rodrik, un
destacado economista la Universidad de Harvard. Cuando se apunta a tres
objetivos: la globalización comercial, mantener la soberanía nacional y
la democracia, se desemboca en contradicciones inevitables, ya que los
avances hacia una de esas metas, exige renuncias en las otras. Rodrik
presenta ese problema como mucho más que un dilema: es un "trilema"
sujeto a una imposibilidad práctica ya que no se pueden alcanzar las
tres metas a la vez.
Casi todos los gobiernos de América Latina, con diferente énfasis,
insisten en insertarse en la economía global, lo cual inevitablemente
exige que se eliminen las regulaciones, trabas y costos en el comercio
de bienes y el flujo de capitales. Marchar por ese sendero desemboca en
redefinir el papel del Estado nación, aplicando medidas para atraer
inversores y promover exportaciones. Pero esas acciones tienen
consecuencias, y una de las más evidentes ha sido una reducción del
Estado en varios temas, como desproteger sectores productivos
nacionales. Pero el proceso es un poco más complejo ya que,
simultáneamente, los gobiernos se fortalecen en otros aspectos para
asegurar ese flujo de mercancías y capitales. Por ejemplo, se abandona
el apoyo a la producción agropecuaria, pero se protegen las inversiones,
incluso militarmente, de empresas mineras o petroleras.
Este nuevo entramado global se basa en reglas y convenios que van mucho
más allá del comercio convencional de mercancías, alcanzando temas tan
dispares como los servicios o el flujo de capitales. Además, el Estado
nación subscribe o acepta compromisos internacionales bajo los cuales
cede parte de sus facultades de regulación y ata sus funciones a la
economía global. En constante competencia frente a otros países por
atraer a los inversores, se aligeran las exigencias ambientales, se
reducen los estándares laborales y se desentiende del ordenamiento
territorial. Mas tarde o más temprano, los agentes globales se apropian
de una proporción mayor de beneficios mientras que las comunidades
locales deben lidiar con los efectos sociales y ambientales negativos.
Las reacciones ciudadanas son ignoradas, y en algunos casos combatidas
debido a que entorpecen ese flujo de capitales, y por lo tanto la
democracia se deteriora.
Además, la globalización está generando su propia institucionalidad. El
CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a
Inversiones) es un excelente ejemplo. Muchas naciones han firmado
compromisos que transfieren a ese centro, dependiente del Banco Mundial,
las potestades para las resolver controversias que tuvieran lugar dentro
de su territorio. Este centro es el que acaba de resolver que Argentina
deberá pagar una indemnización a la corporación francesa Vivendi. Pocos
días atrás, ese mismo organismo rechazó un recurso de medidas cautelares
presentado contra Ecuador por la petrolera Occidental (Oxy). Semanas
antes, el CIADI también rechazó otra acción contra Ecuador, en este caso
elevada por el MCI Power Group de Estados Unidos. La cuestión clave no
reside en el éxito o el fracaso de cada una de esas resoluciones, sino
en comprender que la continuada operación de un mecanismo de este tipo
siempre es una renuncia. Se ha renunciado a resolver con eficiencia y
justicia las disputas comerciales, y para cumplir con las exigencias de
los agentes económicos globales se depende de un mecanismo que flota en
el espacio internacional, basado en prácticas empresariales, y donde las
decisiones las toman árbitros internacionales.
El "trilema" de Rodrik advierte sobre esta problemática. Si se
profundiza la integración comercial global, no se podrán atender las
exigencias ciudadanas nacionales para revertir sus consecuencias
negativas y por lo tanto la democracia queda recortada. A pesar de esto,
regímenes políticos tan diferentes, como Alan García en Perú, o Tabaré
Vázquez en Uruguay, apuestan a la llegada de los inversores, y
ejemplifican a un Estado nación que no se enfrenta a la globalización,
sino que facilita y alienta su inserción global. Son gobiernos absortos
en asegurar un mercado abierto, que sea "amistoso", "confiable" y
"seguro" para el capital internacional. Las políticas públicas se
encogen a medidas mercantiles, y su especificidad nacional se desvanece
en hacerlas compatibles con las necesidades de los mercados globales.
Las decisiones políticas se reducen a costa de fortalecer la
interconexión económica; la prosecución activa del desarrollo se
desvanece ya que se lo espera como consecuencia mecánica del crecimiento
económico. Esta reducción de la política obliga a aislar las
instituciones y mecanismos de decisión política, y limitar la
participación ciudadana.
Las estrechas vinculaciones de estas tensiones con el sueño globalizador
no reciben la atención que merecen, y en muchos casos el "trilema" de
Rodrick es ignorado. Es así que las propuestas económicas
gubernamentales no discuten las implicancias negativas de la
globalización, aunque se sufren sus consecuencias. Los procesos de
integración regional dentro de América del Sur olvidan su potencial para
permitir otra forma de inserción internacional, recuperando la autonomía
frente a la globalización. Por el contrario, insisten en permanecer como
acuerdos intergubernamentales basados en el protagonismo presidencial.
Terminan siendo plataformas para zambullirse todavía más dentro de la
globalización, cuando en realidad podrían ser los marcos para fortalecer
al Estado y la democracia en la búsqueda de un desarrollo comprometido
con las necesidades nacionales y regionales.
E. Gudynas es investigador en D3E (Desarrollo, Economía, Ecología,
Equidad América Latina), en Montevideo (Uruguay).
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Una lista más larga que la de Schindler
Por Nuria Barbosa León
Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba
Algo diferente ocurre en la Ciudad de la Habana, por sus calles y avenidas circulan en el transporte público intermunicipal nuevos ómnibus Yutong, de nacionalidad china.
Son confortables para pasajeros y chofer, con asientos plásticos y escasos, de color blanco y azul, con lindos pasamanos, luces blancas y ventanillas de aclírico. Su tripulación va uniformada, hay limpieza y hasta buen olor en este calor sofocante bañado de sudor.
Nadie puede calcular cómo fue traída hasta esta Isla del Caribe una guagua desde China. Todos suponen que es un deber del estado garantizar el transporte público y cada cual hace uso de él sin preguntar su costo.
No se hizo recolecta pública para comprar los ómnibus, no se encareció el precio del pasaje y tampoco es manipulado por compañías particulares y/o extranjeras.
Al preguntarle a un chofer de la ruta 222 acerca del tiempo que transcurre entre una y otra guagua, me respondió --¡Once minutos!Recordemos que hace apenas un mes esa ruta contaba con un ómnibus circulando y emanando gases contaminantes hacia la atmósfera.
Atrás queda el colapso del transporte público de la capital por la escasez de vehículos, el maltratos a ellos y las roturas demoradas por la falta de piezas de repuestos, deuda del bloqueo y del Período Especial. Ahora sentimos una gran reanimación y todos estamos felices porque así sea.
Queda un asunto pendiente: El deber de cada ciudadano de cuidar de la propiedad social, porque imponer disciplina y sancionar lo mal hecho no es labor sólo labor de la policía.
Ojalá cuando comience el curso escolar no se vean los carteles desagradables en los techos y paredes del ómnibus con esos nombres que nada tienen que ver con el buen gusto, o de amantes que no se amarán tanto como para dejarlo escrito a la vista pública, o de muchachos y muchachas que anuncian su escuela ó su barrio.
Todos deseamos una ciudad bella y confortable para vivir, el transporte urbano forma parte del entorno de la capital, seamos capaces pues, de cuidar y a su vez regañar a esos indisciplinados que cohabitan con nosotros.
Digamos ¡NO!, al cigarro dentro de la guagua, a la bulla, a la música alta, a los carteles, a los muchachos colgagos, al malestar y la indisciplina. Cedamos los asientos a las embarazadas, niños y ancianos, velemos porque la guagua siga siendo nueva aunque el tiempo se apodere de ella.
Haití-República Dominicana:
Migrantes haitianos/as y sus descendientes reivindican trato más justo
Wooldy Edson Louidor/ AlterPresse
ALAI AMLATINA, 28/08/2007, Santo Domingo.- Los actuales gobiernos
haitiano y dominicano no han incluido aún en su agenda las
reivindicaciones de las y los migrantes haitianos y sus descendientes en
el territorio dominicano a favor de un trato más justo, según lo
expresado por varios líderes de organizaciones haitianas y
domínico-haitianas a la agencia de información en línea AlterPresse.
Las dos administraciones de Haití y la República Dominicana vienen
mostrando un interés cada vez mayor por intensificar y armonizar sus
relaciones diplomáticas, pero "siguen siendo indiferentes a la situación
difícil e inhumana que enfrentan los y las migrantes y sus descendientes
en suelo dominicano", afirman.
Critican, al mismo tiempo, el hecho de que delegaciones oficiales
procedentes de ambos países no han dejado de visitarse unas a otras y
celebrar, con grandes pompas, reuniones diplomáticas y acuerdos
binacionales "haciendo caso omiso de nuestras justas reivindicaciones".
"¿En definitiva, cuáles son las prioridades de los dos gobiernos con
respecto a nuestra situación?", se pregunta uno de ellos, perplejo.
"No te das cuenta de que, cuando viene nuestro presidente René Préval a
República Dominicana, sólo lo vemos en la televisión sentado junto a
Leonel Fernández (su homólogo dominicano), comiendo, bebiendo y
hablando; pero, nunca se ha acercado a nosotros para saludarnos, para
hablar con nosotros, para preguntarnos cómo vivimos aquí y para ver qué
puede hacer por nosotros quienes sufrimos muchas discriminaciones,
abusos y violaciones de derechos humanos aquí", declara otro migrante,
indignado.
La "estrategia mediática" de ambas administraciones denunciada por
migrantes haitianos
Los actuales jefes de Estado, haitiano y dominicano, se han esforzado
por tejer y mantener relaciones muy cordiales entre ellos. Además de
acuerdos binacionales en perspectiva relativos a la salud, la
agricultura, el medioambiente, etc., los dos presidentes no han cesado
de manifestar su amistad ante la prensa y la opinión pública.
Otros actores dominicanos y haitianos, entre ellos, parlamentarios,
hombres y mujeres de negocios, médicos, historiadores, artistas, se han
sumado a este esfuerzo, a través de visitas recíprocas, partenariados y
actividades conjuntamente organizadas. Expresan su voluntad de
contribuir, desde su campo de acción respectivo, a esta iniciativa de
acercar a ambos pueblos.
Sin embargo, todo este proceso encaminado a crear y consolidar lazos de
cooperación entre ambas naciones es considerado, por algunos líderes de
asociaciones de migrantes haitianos en República Dominicana, como
"acciones mediáticas que tienen sólo el objetivo de hacer creer al mundo
que todo va bien entre ambos países, escondiendo de esta manera la
situación de explotación, discriminación y violación de derechos humanos
que viven cotidianamente las y los migrantes y sus descendientes en el
país".
Ese grupo de migrantes critica también la estrategia de los dos
gobiernos actuales que consiste, según ellos, en "eludir los temas y
problemas que han sido la manzana de la discordia en las relaciones
haitiano-dominicanas".
Las condiciones infrahumanas de vida y de trabajo de las y los migrantes
haitianos, así como las violaciones a sus derechos fundamentales, las
deportaciones brutales y masivas, la falta de políticas y de leyes
migratorias claras y justas, la discriminación racial, la
marginalización social, la denegación de la justicia, constituyen, al
juicio de ellos y ellas, algunos de los puntos delicados que ambas
administraciones tratan de esquivar y para los que ellos y ellas,
precisamente, reclaman soluciones urgentes.
Cada vez más abandonados
Las y los migrantes haitianos que entrevistamos se pronunciaron también
sobre el comportamiento de los representantes diplomáticos de su país
acreditados en República Dominicana. Afirman que se sienten cada día más
abandonados por la misión diplomática haitiana en la república vecina.
"Cuando las autoridades dominicanas cometen alguna injusticia en contra
de nosotros o de otros compatriotas y vamos a la Embajada de Haití en
Santo Domingo para buscar ayuda, ellos, quienes -se supone- nos
representan aquí, no nos hacen caso, no nos escuchan; nos responden, la
mayoría de las veces, con indiferencia, que no disponen de tiempo para
meterse en esas cosas", se queja un migrante.
Otro amonesta la actitud de los funcionarios que "nos piden mucho dinero
cuando vamos allá para renovar un pasaporte o para solicitar algún otro
papel; para inscribirnos en la Universidad o para hacer otro trámite".
"A veces, prosigue el mismo, nos hacen pagar más de lo que el documento
cuesta".
Por su parte, las dominicanas y los dominicanos de origen haitiano se
lamentan de que el Estado y el gobierno dominicanos sigan negándose a
reconocer su derecho a la nacionalidad dominicana. Argumentan que dicho
derecho es ratificado por el "jus soli" (principio según el cual toda
persona tiene derecho a tener la nacionalidad del país donde nació)
establecido por el artículo 11 de la Constitución Dominicana vigente y
reforzado por una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH),.
Explican que este estado de "apátridas" en el que se encuentran les ha
privado de sus derechos civiles, políticos, sociales, económicos y
culturales, tales como el derecho de acceder a la educación, a una
vivienda digna, a un contrato de trabajo de acuerdo a la ley, entre
otros; esto los condena a una situación de precariedad y vulnerabilidad
generalizada, hacen notar.
El reto de mirar al futuro atendiendo al presente y aprendiendo del pasado
"¿Es posible construir mejores relaciones entre ambos pueblos cuando
nuestros gobiernos siguen mostrándose cada vez más insensibles e
indiferentes al trato discriminatorio e inhumano que nos infligen en
República Dominicana? ¿Acaso no somos parte de ambos pueblos?", se
preguntan militantes de organizaciones haitianas y domínico-haitianas
basadas en la Capital dominicana.
Los pueblos y gobiernos de ambos países, que comparten una misma isla,
tienen el reto de mirar al futuro, pero atendiendo las reivindicaciones
de las y los migrantes haitianos y sus descendientes y aprendiendo de su
historia común para evitar repetir errores del pasado que podrían
envenenar más las relaciones entre ambas naciones.
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----- Original Message -----
From: "Mar Samos Hernandez"
To: <epueblos@ibw.com.ni>
Sent: Wednesday, August 29, 2007 4:13 AM
Subject: RV: La ONG-ización de la política (Arundhati Roy)
La ONG-ización de la política
Arundhati Roy
Sería fácil tergiversar lo que estoy a punto de decir como una acusación a
todas las ONG. Esa sería una falsedad. En las aguas turbias de falsas ONG
(Organizaciones No Gubernamentales) organizadas para desviar donaciones o
para evadir impuestos (en los estados indios como Bihar, se las da como
dote), por supuesto hay ONG que están haciendo un trabajo valioso. Pero es
importante considerar el fenómeno de las ONG en un contexto político más
amplio.
En India, por ejemplo, la explosión de ONG que recibían fondos comenzó a
finales de los 1980 y en los 1990. Coincidió con la apertura de los mercados
de India al neo-liberalismo. En ese tiempo, el Estado indio, para obedecer
los dictados de los ajustes estructurales, estuvo retirando fondos del
desarrollo rural, la agricultura, la energía, el transporte y la salud
pública. Como el Estado renunció a su rol tradicional, las ONG se movieron a
trabajar en estas áreas. La diferencia, por supuesto, es que los fondos
disponibles para ellas son una fracción minúscula del recorte actual en
gasto público.
La mayoría de las grandes ONG que reciben fondos son financiadas y
patrocinadas por agencias de ayuda y desarrollo, que a su vez reciben fondos
de gobiernos de occidente, del Banco Mundial, de la ONU y de algunas
corporaciones multinacionales. Aunque puede que no sean lo mismo que estas
agencias, son ciertamente parte de la misma formación política amorfa que
supervisa el proyecto neo-liberal y demanda el recorte drástico en los
gastos del gobierno en primer lugar.
¿Por qué deberían dar fondos estas agencias a las ONG? ¿Podría ser el viejo
entusiasmo misionero? ¿Sentimiento de culpa? Es un poco más que eso. Las ONG
dan la impresión de que están llenando el vacío creado por un Estado
ausente. Y lo están, pero en una forma materialmente inconsecuente. Su
contribución concreta es calmar la furia política y distribuir como ayuda o
benevolencia lo que la gente debería tener por derecho.
Alteran la psique pública. Transforman a la gente en víctimas dependientes y
amellan el filo de la resistencia política. Las ONG forman una especie de
amortiguador entre el sarkar (el gobierno) y el público. Entre el Imperio y
sus súbditos. Se han vuelto los árbitros, los intérpretes, los
facilitadores.
De fondo, las ONG son responsables ante quienes las financiaron, no ante el
pueblo entre el que trabajan. Son lo que los botánicos llamarían una especie
indicadora. Es casi como si mientras más grande la catástrofe causada por el
neo-liberalismo, más grande el florecimiento de las ONG.
Nada ilustra esto de forma más vívida que el fenómeno de los Estados Unidos
que prepara la invasión de un país y que simultáneamente prepara a las ONG
para ir y limpiar el desastre.
Para asegurar que sus fondos no sean puestos en peligro y que los gobiernos
de los países donde trabajan las dejen funcionar, las ONG tienen que
presentar su trabajo en un marco superficial más o menos desprovisto de un
contexto político o histórico. En todo caso, de un contexto político o
histórico inconveniente.
Los informes apolíticos (y por tanto, de hecho, extremadamente
políticos) acerca de la necesidad de ayuda en los países pobres y zonas de
guerra con el paso del tiempo hacen que la gente (oscura) de esos países
(oscuros) se vean como víctimas patológicas. Otro indio desnutrido, otro
etíope muerto de hambre, otro campo de refugiados afgano, otro sudanés
mutilado. necesitados de la ayuda del hombre blanco. Inconscientemente
refuerzan los estereotipos racistas y reafirman los logros, las comodidades
y la compasión (el amor duro) de la civilización occidental. Son los
misioneros seculares del mundo moderno.
Finalmente, en una escala más pequeña pero más insidiosa, los dineros
disponibles para las ONG juegan el mismo rol en política alternativa que el
capital especulativo que sale y entra de las economías de los países pobres.
Comienza a imponer la agenda. Convierte confrontación en negociación.
Despolitiza la resistencia. Interfiere con los movimientos populares que han
sido tradicionalmente autosuficientes.
Las ONG tienen fondos que pueden darle empleo a personas locales que en otra
situación pueden ser activistas en movimientos de resistencia, pero que
ahora pueden sentir que están haciendo algo bueno inmediato, creativo (y que
se ganan la vida mientras lo hacen). La auténtica resistencia política no
ofrece esos atajos.
Ante el nombramiento del Sr. Julio María Sanguinetti como miembro y
presidente del consejo de la Universidad para La Paz de Naciones Unidas,
con sede en Costa Rica.
El Servicio Paz y Justicia en América Latina, a través de su
Secretariado Nacional, SERPAJ-Uruguay, quiere expresar su profunda
preocupación por el nombramiento del Sr. Julio María Sanguinetti como
miembro y Presidente del Consejo de la Universidad para la Paz.
Desde nuestra larga trayectoria como organizaciones de la sociedad civil
defensoras de los derechos humanos en Uruguay, el Cono Sur y América
Latina, consideramos que los antecedentes del Sr. Sanguinetti en esta
materia son incompatibles con una universidad cuyos programas académicos
están comprometidos con el derecho internacional de los derechos humanos
y la paz.
El Sr. Sanguinetti no sólo fue una figura política decisiva en las
negociaciones que llevaron a la salida de la dictadura cívico-militar en
1984; él fue, sobre todo, el artífice de la política de impunidad para
los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, y el
garante de su implementación durante los primeros 20 años de democracia,
a través de sus dos períodos como presidente de Uruguay. Es por eso que
en la comunidad de DDHH uruguaya se ganó el apodo de "campeón de la
impunidad".
He aquí una brevísima reseña histórica de la conducta del Dr.
Sanguinetti en esta materia:
Durante las negociaciones entre políticos y militares desarrolladas a lo
largo de 1984, Sanguinetti se encargó de asegurarles a los dictadores
salientes que él como futuro presidente garantizaría que ninguno de
ellos tendría que responder por sus crímenes ante ninguna instancia
pública. Eso, a pesar de que en la sociedad uruguaya como en toda la
región- había un reclamo muy fuerte de Verdad y Justicia; y que en la
Concertación Nacional Programática (acuerdo social amplio para el
programa de la transición) se aprobó explícitamente el compromiso de
investigar y sancionar dichos delitos.
Una vez asumida la Presidencia, Sanguinetti ignoró todos los acuerdos
alcanzados en la mencionada Concertación, y durante sus dos primeros
años de gobierno buscó por todos los medios asegurarse las mayorías
necesarias para aprobar en el Parlamento una ley de impunidad, mientras
desde el poder Ejecutivo se protegía a los militares acusados, se
obstaculizaba la actuación del poder Judicial, y se alentaba en la
ciudadanía un clima de amenaza y temor sobre la posibilidad de un golpe
militar en caso de que los militares fueran enjuiciados.
Finalmente, en diciembre de 1986, y un día antes de que los militares
acusados tuvieran que declarar ante un juzgado civil, el Parlamento
sesionó con carácter urgente para aprobar la ley "de caducidad de la
pretensión punitiva del Estado", que consagraba la impunidad de todos
los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. De esta
manera el Presidente cumplía el compromiso con los militares que ya
había anunciado su ministro de Defensa (el mismo general de la dictadura
que había negociado la transición, y que había anunciado que ningún
militar concurriría a declarar en un juzgado).
En los dos años siguientes, la sociedad civil organizada a través del
movimiento sindical, estudiantil y cooperativo, las organizaciones de
derechos humanos y la oposición política, impulsaron una vigorosa
campaña para anular la ley de impunidad mediante un referéndum popular.
Este amplio y plural movimiento presidido por tres mujeres familiares
de víctimas de la dictadura- juntó 634.702 firmas (en una población de
sólo 3 millones) en menos de dos años para hacer posible el referéndum,
creó 350 comités locales en todo el país, y visitó puerta a puerta más
de 400.000 hogares. En ese tiempo, el gobierno de Sanguinetti continuó
operando por todos los medios para hacer fracasar la iniciativa popular
(incluyendo la manipulación escandalosa de la propia Corte Electoral, la
mentira y la censura de prensa para desinformar, amedrentar y confundir
a la opinión pública).
Paralelamente, la ley de impunidad uruguaya recibió la condena de los
principales organismos internacionales de derechos humanos, tanto en el
sistema interamericano de la OEA como en el de Naciones Unidas, por su
flagrante incompatibilidad con los principios y tratados del derecho
internacional de los derechos humanos. El gobierno de Sanguinetti ignoró
y descalificó sistemáticamente estos pronunciamientos críticos de la
comunidad internacional.
La campaña de desinformación y terror impulsada por Sanguinetti tuvo
su fruto en una ciudadanía todavía atemorizada que recién salía de una
feroz dictadura, y la ley de impunidad fue ratificada por referéndum en
1989. No obstante, la propia ley de impunidad establecía en su artículo
4 el deber del poder Ejecutivo de investigar el paradero de los
detenidos-desaparecidos. En una verdadera burla a esa obligación,
Sanguinetti encargó la investigación al fiscal militar José Sambucetti
(juez y parte en los delitos a investigar), que por supuesto no arribó a
ningún resultado.
Así, durante sus dos períodos de gobierno, Sanguinetti se dedicó a
descalificar los reclamos de Verdad impulsados desde los organismos de
derechos humanos nacionales e internacionales; negó la existencia de
personas desaparecidas en Uruguay; obstruyó sistemáticamente todos los
esfuerzos encaminados ya no a hacer justicia sino a investigar la verdad
y el paradero de los detenidos-desaparecidos; jamás respondió ningún
planteo de las organizaciones de familiares de las víctimas, ni accedió
a sus solicitudes de entrevista.
Así, en 20 años jamás un solo militar tuvo que declarar ante un juzgado
en Uruguay, ni siquiera como indagado o testigo, y no se promovió ningún
tipo de investigación oficial sobre el período de la dictadura. El
principal responsable de esa efectiva política de olvido oficial que
buscó impedir la elaboración de la memoria histórica (con gravísimas
consecuencias para el conjunto de la sociedad, hasta hoy) fue Julio M.
Sanguinetti.
Esta política de impunidad y negación de las violaciones a los derechos
humanos tuvo su punto culminante en 'el caso Gelman', que trascendió
internacionalmente. El mundialmente reconocido poeta argentino Juan
Gelman dedicó casi un cuarto de siglo a buscar al bebé nacido en
cautiverio de su nuera desaparecida. La joven de 19 años había sido
detenida embarazada junto a su esposo en Argentina, en 1976; luego de
que éste fuera brutalmente asesinado, la joven fue trasladada
clandestinamente a Uruguay junto a un grupo de activistas de nuestro
país, gracias a los operativos de coordinación represiva entre las
dictaduras del Cono Sur, hoy conocidos como Plan Cóndor. Una vez que la
joven dio a luz en Uruguay, fue asesinada y hasta hoy permanece como
desaparecida. De su bebé no se supo nada durante 24 años. Juan Gelman
obtuvo informaciones extraoficiales de que su nuera había dado a luz en
Montevideo, y por eso entre 1998 y 1999 intentó entrevistarse con
Sanguinetti para pedirle su colaboración en la búsqueda del bebé.
Sanguinetti jamás accedió a esa solicitud, negó conocer cualquier
información sobre el hecho, y hasta descalificó a Gelman en una
respuesta pública donde afirmaba que los hechos mencionados por el poeta
eran falsos y que en Uruguay no se habían producido desapariciones
forzadas. Eso provocó que durante todo el año 1999 se desarrollara una
campaña internacional en la cual varios premios Nobel y personalidades
del mundo de la cultura (entre muchos otros, García Márquez, José
Saramago, Gunther Grass, Pérez Esquivel, Susan Sontag, Eduardo Galeano,
etc.) escribieron centenares de cartas exigiéndole a Sanguinetti que
accediera a la solicitud de Gelman e investigara el paradero de su nieta.
Sanguinetti jamás hizo nada, hasta que al año siguiente, y a pocas
semanas de haber dejado la presidencia, la nieta de Gelman fue
localizada después de 24 años, y se inició el proceso de restitución de
su verdadera identidad. Pero lo más sorprendente fue descubrir que el
apropiador de la joven era un amigo personal y hombre de confianza de
Sanguinetti, a quien el presidente había puesto como candidato a senador
y nombrado jefe de policía del departamento de San José. Quedó así en
evidencia que, mientras le negaba a Gelman los hechos que éste
denunciaba, y afirmaba no saber nada sobre el paradero de su nieta,
Sanguinetti estaba deliberadamente encubriendo a su amigo el apropiador
de la joven, y una vez más operando activamente para garantizar el
ocultamiento y la impunidad de los responsables de desapariciones,
ejecuciones y torturas, a los que defendió y protegió a cualquier precio
durante 20 años.
Las organizaciones que, como SERPAJ, durante décadas hemos trabajado por
hacer cumplir y respetar el derecho internacional de los derechos
humanos en nuestros países, porque estamos convencidas que es condición
insoslayable para una verdadera democracia, consideramos que el Sr.
Julio Sanguinetti no reúne los requisitos éticos para presidir el
Consejo de una universidad cuya finalidad es formar a las generaciones
jóvenes para que impregnen las políticas públicas, los Estados
nacionales y las relaciones internacionales con los valores de la paz y
los derechos humanos.
Esperamos entonces que la UPAZ revisará esta designación y buscará una
persona acorde con estos principios para presidir el Consejo.
Montevideo, 24 de agosto de 2007.
Adolfo Pérez Esquivel - Presidente Honorario SERPAJ América Latina
Ana Juanche Molina - Coordinadora Latinoamericana SERPAJ - AL
Guillermo Payssé - Coordinador Nacional SERPAJ Uruguay
Las organizaciones y personas que quieran adherir al siguiente
pronunciamiento, pueden hacerlo escribiendo a las siguientes direcciones
de la Universidad para la Paz (Costa Rica, www.upeace.org ):
vvalle@upeace.org
jmaresca@upeace.org
aabdala@upeace.org
gtsai@upeace.org
webmaster@upeace.org
acadmin@upeace.org
info@upeace.org
rdreifus@worldcom.ch
Adjuntamos comunicado de FUCVAM (Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua) con graves denuncias y acusaciones dirigidas principalmente al embajador uruguayo en Venezuela Gerónimo Cardozo.
Solicitan levantamiento de sus cuentas bancarias, todo ello relacionado con el llamado "caso de la valija".
Montevideo, 28 de agosto del 2007
COMUNICADO DE PRENSA
Ante el escándalo provocado por el ciudadano Venezolano Estadounidense, Antonini Wilson, de probada vinculación comercial con la Empresa Umisa S.A, que produce viviendas para los ciudadanos Venezolanos, las cuales fueron cuestionadas y denunciadas por nuestra Federación en reiteradas oportunidades por su baja calidad, así como la falta de seguridad para su uso y la permanencia de una familia en ellas; ahora se agrega la sospecha de su funcionamiento financiero tras este escándalo.
Por ello y ante ello, proponemos para dar garantías al cambio votado por la mayoría en este país, del cual todos fuimos aportantes, es que la transparencia en los vínculos del Gobierno con las Empresas que hacen lobbies y tejen alianzas para sus beneficios es que solicitamos públicamente, así como haremos llegar a la Comisión de Vivienda del Parlamento, la necesidad de investigar los vínculos políticos que existan entre los Parlamentarios y los familiares de éstos, contratados por dicha Empresa; así como los vínculos del Embajador Uruguayo en Venezuela Gerónimo Cardozo con las sociedades anónimas que convienen y contratan con el País Venezolano.
Y de ser necesario, el levantamiento del secreto bancario de él y los involucrados.
Daniel de Souza
SECRETARIO GENERAL DE FUCVAM
FUCVAM
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Pensar, decir, disentir y opinar; elucubrar, conjeturar e informar, con absoluta libertad y autonomía, haciendo a un lado toda estructura de pensamiento heredado, se ha convertido en arte difícil de apreciar, cuando no en actividad profana. A eso apuntan estos talleres. Una experiencia colectiva e individual. Grupal pero personal. Tan virtual como humana. Talleres de dificil definición que han convocado hasta el momento a más de quinientas personas de diversos lugares: Argentina, Uruguay, España, Italia, Inglaterra, Japón, Estados Unidos, Puerto Rico, Bolivia, Ecuador, Perú, Chile y México.
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Duración: 12 jornadas (3 meses)
Fecha de inicio: 6 de septiembre
Taller de crónica periodística
Duración: 8 jornadas (2 meses)
Fecha de inicio: 21 de septiembre
¿Quién puede cometer el desatino de anotarse en un taller por internet? Ellos:
Gabriel Zuzek, Rosario, Argentina: "Hoy estoy más que satisfecho de haber tomado esa decisión; creo que jamás en mi vida esperé con tanta ansiedad que me corrigieran. Estoy seguro que en estas doce clases aprendí mucho más que en varios años de facultad."
Ernesto Valverde, Buenos Aires, Argentina: "Los mail de Hernán parecían la revista Anteojito o Billiken, o los chocolatines JacK: venían con regalitos... (¡por el mismo precio!) Textos excelentes algunos, y otros que no me llegaron a seducir.El que resultaba más atractivo era el mail de Hernán. Desde el principio Echagüe no se puso en posición de "pedagogo", en dueño de la verdad absoluta en la materia. Se permitía la disidencia."
Edwin Quiles, Puerto Rico: "¿Cómo aprender a decir, a contar, es decir a compartir mi mundo, denunciar y educar con la escritura? El taller ha sido una gran oportunidad para trabajar esa voluntad, ¿acaso necesidad? de crear con la palabra. De buscar mi voz. Crear ese espacio de confianza ha sido fundamental en este ejercicio. No puedo menos que decir gracias por esa generosidad."
Guadalupe Gómez, Buenos Aires, Argentina: "Con el primer trabajo volví a escribir, después de meses sin hacerlo -algo que había deseado durante mucho tiempo pero que siempre caía en la postergación-. Y justamente fue eso lo que me ayudó a ganar la confianza que había perdido. Tanto, que unos meses después me animé a buscar trabajo como periodista...."
Alvaro Tutti, Bilbao, País Vasco: "Uno el primer día de clase siempre calcula que, amén de aprender, va a poseer algo más más allá del currículo: quizás, además de rendir materia exitosamente, uno encuentre novia o vaya usted a saber qué."
Ana Herrera, Salta, Argentina: "Las casualidades no existen. Hay energías que movilizan una serie de acontecimientos para los que estamos en alguna búsqueda encontremos en nuestro camino ciertos signos que podremos tomar, interpretar y elegir, o no, para llegar a lo que queremos. ¿Por qué decidí participar en un taller a distancia, conociendo mi poco esmero en abrir y contestar mails? ¿Qué cambió para que esperara ansiosa cada entrega del taller y aún más los comentarios de Laura?"
Gabriela Nemiña, Neuquén, Argentina:
"Para cuando empecé el taller de periodismo, yo ya había descubierto las bondades comunicativas de Internet y, en especial, del correo electrónico. Sin embargo, eso no impidió que experimentara ansiedad y expectativa porque llegara el jueves. Cada uno con una nueva propuesta. Cada uno con un desafío diferente. (...) Los fines de semana se volvieron febriles. A veces pesadillescos. Otras, sumamente estimulantes. Siempre estimulantes. No se podía dejar de pensar en qué escribir, cómo decirlo, qué contar... mientras se pelaba una cebolla, se hacían las camas o se esperaba en la cola del supermercado."
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informes e inscripción: giussani.laura@gmail.com
López Echagüe publicó en diversos medios de la Argentina y el exterior, fue redactor de las revistas Humor y El Periodista, del diario Página 12, y corresponsal del periódico O'Globo, de Río de Janeiro. Entre sus libros, se destacan: El enigma del general (1991), Gajes del oficio (1993), El otro (1996), La Frontera (1997), Palito. Detrás de la máscara (1998), El hombre que ríe (1999), Como viejos lobos (2001); La política está en otra parte (2002); Tierramemoria (2004); Crónica del Ocaso (2007).
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Agustín Tosco Robert Fisk Alejo Carpentier Raúl Zibechi Julio Cortázar Joaquín Sabina
La izquierda en debate Groucho Marx Hernán López Echagüe Leonardo Boff Atilio Borón Roberto Fontanarrosa
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