Confianza y normalización (La Pupila Insomne) Por Pedro Pablo Gómez En los tiempos que corren estas palabras del título acaparan la atención de gran parte de la población de nuestra Is...

Confianza y normalización (La Pupila Insomne)

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Por Pedro Pablo Gómez

En los tiempos que corren estas palabras del título acaparan la atención de gran parte de la población de nuestra Isla. Desde luego, tiene que ver con el proceso iniciado el 17 de diciembre del pasado año, cuando los gobiernos de EE. UU. y Cuba restablecieron sus relaciones diplomáticas y se aprobó la instalación de sus correspondientes embajadas en La Habana y Washington. Proceso este enmarcado por  más de 50 años de haberse roto por la política asumida por los distintos gobernantes estadounidenses a partir del triunfo de la Revolución en 1959.

Muchos principios separan la llamada normalización de las relaciones entre dos países que poseen una visión antagónica del desarrollo de sus sociedades, una de signo capitalista y la otra socialista, lo cual viene a ser el factor fundamental del diferendo, junto a otras cuestiones no menos importantes pero que a la larga podrían con buena voluntad ser salvadas. Estos serían el levantamiento del bloqueo, el cese de la política de intervención y las campañas mediáticas contra nuestro gobierno y proceso y a mas largo plazo la posible devolución de la Base Naval de EE. UU. en la provincia de Guantánamo. La indemnización por las afectaciones sufridas por ambas partes también esta en los temas pendientes a discutir por las comisiones creadas a estos efectos.

Dentro de los Estados Unidos las corrientes más reaccionarias que están contra la decisión tomada por su actual presidente, Barack Obama, argumentan que este país ha hecho concesiones al gobierno cubano, sin obtener nada a cambio y a la vez exigen al presidente que el proceso no avance si Cuba no realiza avances concretos en los llamados Derechos Humanos y la Libertad de Expresión, desde el punto de vista de la denominada “democracia representativa’” propia de su sistema. Desde luego, ellos parten de que poseen la sociedad perfecta y que la nuestra debe aceptar sus fórmulas y cambiar para complacer sus designios.

Para el restablecimiento de la confianza necesaria entre ambos países sería bueno que la parte norteamericana comparase las políticas desarrolladas históricamente a través de todos estos años transcurridos, quiénes son los agresores, quiénes los agredidos, quiénes somos los sometidos al criminal bloqueo todavía intacto y quiénes aprueban aún presupuestos en este gobierno para mantener y desarrollar campañas -las viejas y las que recientemente aprobaron para utilizar la USAID en reclutar nuevos "agentes" dentro de Cuba con el objetivo de liquidar la Revolución-.

El histórico discurso del compañero Raúl, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, dejó suficientemente esclarecidos los puntos y principios de Cuba para poder hablar de normalización en las relaciones entre ambos países; no se harán concesiones en los principios que defendemos y mantendremos el apoyo a las causas que en el ámbito internacional consideramos justas.

Los que tienen que demostrar su buena voluntad son los que han violado de forma permanente nuestra soberanía y afectado el desarrollo de nuestro pequeño país. Tienen la oportunidad de hacerlo, entonces obtendrán nuestra confianza.

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