SUMARIO
1 - ARGENTINA, CÓRDOBA: OPINIÓN - MEMORIA Y PRESENTE…, POR NORBERTO GANCI - EDITORIAL REVISTA EL CLUB DE LA PLUMA - SEPTIEMBRE 2008.
De: norberto ganci
Fecha: Miércoles, 10 de Septiembre de 2008 04:39 p.m.
Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN
Asunto: MEMORIA Y PRESENTE…, POR NORBERTO GANCI - EDITORIAL REVISTA EL CLUB DE LA PLUMA - SEPTIEMBRE 2008
MEMORIA Y PRESENTE…
Desde la memoria podemos aprender algunas cosas; desde el recuerdo podemos recuperar algunos sentidos, algunas expresiones, datos, palabras, frases y tal vez muchas, pero muchas dudas. Preguntas no respondidas a pesar del transcurrir del tiempo. Hay quien apuesta al olvido. Hay quienes apuestan al desgaste que deviene después de muchas luchas, de muchos reclamos, de tantos nombres e historias enarboladas en blancos pañuelos y pancartas. Pero el desgaste es sólo la especulación a la que se someten los silenciadores genocidas que intentan ganar una batalla, ya perdida.
Se pretendió imponer el silencio en todas sus formas: silencio en los actos, en los sentimientos, en los medios, en los espacios educacionales, en las mesas familiares, en poemas y canciones.
Desde la conquista, el primer genocidio en continente americano, la imposición del silencio se cubrió con toda la sangre de los originarios, pretendiendo que jamás existieron, queriendo hacer desaparecer todo vestigio de otra forma, concepción de la vida; con distintos valores, costumbres e idiomas. Silenciando el idioma, el modo de comunicación, es como se profundiza la dominación y el sometimiento. Esta costumbre fue la constante desde todas las pretendidas conquistas, y su práctica fue sostenida hasta los tiempos presentes.
En toda Latinoamérica se intentó repetir el genocidio del silencio y el olvido para evitar que el germen libertario se insertara en cada uno de nosotros, para impedir que la savia originaria se ramificara por todo el continente. Aunque lucha y memoria persistieron…
Hemos podido saber de tradiciones, rituales que se han mantenido muy a pesar de las murallas silenciadoras, hemos conocido relatos, rostros, sueños y motivos que han sobrevivido más allá de balas, torturas y picanas. El pasado siempre encuentra su presente…
En estos tiempos parece como que la desesperación está ganando terreno en los detractores de la vida, la ansiedad se está apoderando de los genuflexos del odio y la desidia y despliegan en todos los puntos cardinales una variada artillería tendiente a desarmar la extraordinaria construcción de la nueva realidad continental, la realidad “Caribeomericana”.
Los sectores sindicados como dominantes a nivel global, han redoblado la apuesta en la desinformación, en la confusión generalizada. Promueven los enfrentamientos entre iguales, desnaturalizan las acciones proclives al fortalecimiento de la construcción continental.
Como expresa el Subcomandante Marcos en un párrafo del libro El Correo de la Selva: “…Con la globalización de la economía se globaliza también la cultura. Y la información. De ahí que las grandes empresas de la comunicación “tiendan” sobre el mundo entero su red electrónica sin que nada ni nadie se los impida…” Se suma a todo esto el personalismo y el sectarismo político partidario que ha cooptado a jóvenes militantes que, tal vez por la falta de una amplitud visionaria, con su irresponsable accionar desvirtúan la lucha emprendida por sus predecesores. Hay sectores que camuflados en banderas de organizaciones y/o instituciones dedicadas al bien común, los servicios, etc. se alejan “convenientemente” de los horizontes planteados en sus orígenes. Se compran medios de comunicación y/o espacios en los mismos; se rematan al mejor postor los segmentos de opinión para condicionar y direccionar pensamientos y voluntades; en definitiva, se engaña, se miente y se traiciona provocando la desmovilización y la deslegitimación de las “luchas sociales” y “el interés común”, desconociendo y/o afrentando “la memoria” y el peso de la historia.
Podemos recorrer diversos medios de información, en todos sus formatos y comprobar cómo la bien aceitada maquinaria mediática exhibe sin pudores lo más bestial de su accionar, como por ejemplo enfrentando a individuos que compartieron un mismo sendero de lucha. Y tan bien hacen su trabajo que no va a parecer extraño que pensadores, escritores, filósofos de reconocida trayectoria y un marcado compromiso con lo social, se vean envueltos en una maquiavélica trama donde los coloca en una posición sumamente incómoda. Tomemos para ejemplificar lo sucedido en torno a la figura de Ernesto Cardenal y una supuesta causa por la que se lo condena. Eduardo Galeano, José Saramago, Adolfo Pérez Esquivel, y muchos otros, se manifestaron en defensa del Maestro de la Letras Nicaragüense… y no es para menos se piensa inmediatamente… pero a su vez, los encargados de distribuir la “información” de lo ocurrido con Cardenal, incidieron maquinalmente para endilgar algún grado de responsabilidad al Presidente de Nicaragua Daniel Ortega… Cabría preguntarse aquí, porqué se instala esta situación en un país, que junto a otros de la región (salvo diferencias…) se ha embarcado en la tarea transformadora continental. Hagamos memoria de hechos recientes: plebiscito en la hermana Bolivia, intentos de derrocamiento en Venezuela, Paraguay y Argentina, provocación instrumentada entre Colombia y Ecuador, etc.
En fin, no hay que ir muy lejos en el tiempo para descubrir las mentiras mediáticas, sólo basta una pequeña recorrida para darnos cuenta del engaño. Recordemos Irak… Y como si todo esto fuera poco, la complicidad ejercida por los organismos y/o instituciones camufladas en defensoras de los derechos individuales y colectivos, que sólo están detrás de alcanzar algún espacio de poder para provecho de unos pocos despreciables traidores de ideales, se ve plasmada en la desnaturalización de las banderas heroicamente enarboladas por los que dejaron sus sueños y su sangre en pos de una realidad mejor. Memoria y futuro… un compromiso de hoy.
http://elclubdelapluma.ning.com
NORBERTO GANCI - CONDUCTOR EL CLUB DE LA PLUMA
FM UTN 94.3 MARTES DE 14 A 16 HS.
cel. 03541-15525616
“El Club de la Pluma”
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