1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - F.G.R. (PASAJEROS AL TREN): UN MUNDO DE MUCHOS VAGONES (TITA Y LA ARMÓNICA Y SAN EXPEDITO), POR LA PROF. MARÍA CRISTINA SABORIDO
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De: maria maria
Fecha: Viernes, 26 de Septiembre de 2008 01:30 p.m.
Para: GACETILLAS ARGENTINAS REDACCION
Asunto: F.G.R. (PASAJEROS AL TREN)
F.G.R
PASAJEROS AL TREN
UN MUNDO DE MUCHOS VAGONES
(TITA Y LA ARMÓNICA Y SAN EXPEDITO)
Tita es menuda y es desenfadada y su cabello lleno de rulitos le da esa apariencia de niña terrible.
Tita es como un ángel de esos angelitos que suelen estar en las iglesias con sus alitas extendidas cerca del altar.
Cuando aparece en el vagón del tren con su armónica, su bolsita y sus estampitas de San Expedito es como una aparición para la que uno como ser humano que habita en la tierra no está preparado.
Porque Tita es como un milagro que se repite en cada viaje de ese recorrido sobre los rieles del Ferrocarril Roca hasta Constitución.
Un milagro de alegría en medio de la tristeza de ser una niña que, en lugar de estar jugando, está trabajando.
Un milagro de esperanza ante la desesperanza de verla crecer en medio de la desprotección por parte de un Estado que debiera velar por ella y la abandona.
Un milagro de fortaleza ante la hipocresía de un Estado que comprometido a asegurarle la protección y el cuidado necesarios para su bienestar no toma las medidas legislativas y administrativas necesarias y adecuadas.
Un milagro de resignación ante un Estado que olvida las responsabilidades que tornen efectivos los derechos reconocidos a los niños.
Un milagro de sobrevivencia al descuido, al trato negligente, al maltrato y a la explotación por parte de quienes debieran protegerla.
Porque nadie le reconoce a Tita el derecho a una alimentación adecuada , ni el derecho a la prevención de accidentes, ni el acceso a la educación pertinente, ni al beneficio de la seguridad social.
Nadie se preocupa porque Tita desarrolle su personalidad, sus aptitudes, su capacidad mental y física al máximo de sus posibilidades.
Nadie se ocupa de prepararla para asumir una vida responsable, porque la vida que le ha tocado a Tita es una vida de mierda en la que la indiferencia la condena a la desigualdad, a la intolerancia y a la falta de respeto hacia sus derechos.
Tita tiene ocho años y va a una escuela de las tantas escuelas que hay a lo largo del camino de margaritas que bordean los rieles por los que el Quetren se desliza.
¿Fuiste a la escuela Tita?
No te importa (me contesta).
Es así, desenfadada, atrevida y descortés.
Y me mira como sobrándome, desde sus ocho años desesperados de desesperanza.
Ella no se da cuenta que sus ojos son ojos desesperanzados.
Yo me doy cuenta porque alguna vez supe lo que era la desesperanza.
Algún día te voy a enseñar a tocar la armónica y vos me vas a enseñar a escribir poemas.
Y sigue con su armónica y sigue dejando estampitas en las manos de los pasajeros que están sentados. Sin pedir permiso se filtra como un rayito de luz entre el pasaje y recorre el vagón dejando las notas que se escapan de su armónica.
Y después pasa con la bolsita.
Muchas gracias, te dice Tita cuando le das unas monedas.
Sos un tacaño, te dice Tita cuando no le das unas monedas.
Y si está de buen humor, te ofrece rezarle a San Expedito para que te bendiga.
No he podido lograr aún que me diga el nombre de la escuela a la que concurre y en la que la señorita Tomasa que la quiere mucho le regala zapatillas y ropa de sus hijas.
Tiene tres hijas la señorita Tomasa y trabaja en dos turnos en la misma escuela.
Lo se por mis hermanos que van al turno tarde y la ven comiendo en la cocina de la escuela.
La dejó el marido a la Tomasa y por eso trabaja tanto.
Y hace huelga la Tomasa.
Vamos, le dice Tita a un nenito chiquitito que también tiene una bolsita de arpillera y estampitas y mocos que le chorrean y que se limpia con la manga del saco que le queda grande.
Y el nenito se toma de la mano de Tita como si fuera un abrojito y de pronto, se pierden entre los pasajeros que han descendido en la estación de Remedios de Escalada.
El gendarme con cara de gendarme mira a los pasajeros.
Y la yuta se pasea acariciándose el bastón mientras bajan los pasajeros.
Ya no la veo a Tita.
Seguramente la volveré a encontrar, porque siempre la encuentro.
Como una aparición o como un angelito de esos que están con las alas abiertas en las Iglesias.
Así es Tita y así es el mundo que le ha tocado en la repartija impuesta por el destino.
Un mundo de muchos vagones.
Puta vida.
Profesora María Cristina Saborido
Ex – detenida – desaparecida
Pozo de Banfield / Quilmes.
Julio/ 77
La Comisaría de Adrogué fue uno de los Centros de Detención Clandestina más crueles y sanguinarios.Funcionó entre 1976 y 1977 . Perteneció a la zona 1 subzona 11. Aún está sin señalizar.
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