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NEWSLETTER - INTERNACIONALES - 31/01/08 - PRIMERA EDICION

GACETILLAS ARGENTINAS

Buenos Aires - Argentina                         www.gacetillasargentinas.blogspot.com

Director Editorial: Prof. Juan Carlos Sánchez                                                                gacetillasargentinas.direccion@gmail.com

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SUMARIO

  1 - AMÉRICA LATINA: OPINIÓN - CAMBIOS "INESPERADOS" EN LA COYUNTURA MUNDIAL, TRES ASPECTOS DECISIVOS. Y EL REGRESO DE LA REVOLUCIÓN EN AMÉRICA LATINA, POR JORGE BEINSTEIN - GENTILEZA RED LATINA SIN FRONTERAS.

  2 - CUBA: NOTA - CÁTEDRAS MARTIANAS POR EL MUNDO, POR JOEL MAYOR LORÁN Y PEDRO DE LA HOZ (GRANMA) - GENTILEZA MARTA SPERONI (ARGENTINA).

  3 - CUBA: NOTA - DEBATEN SOBRE ABUSO SEXUAL EN LA CONFERENCIA DE PROTECCIÓN A LA INFANCIA, POR DORA PÉREZ Y MARGARITA BARNO (JUVENTUD REBELDE) - GENTILEZA MARTA SPERONI (ARGENTINA).

  4 - EE. UU.: NOTA - LA GUERRA CASI ESTÁ GANADA Y ECONOMÍA, BAJO CONTROL: BUSH, POR DAVID BROOKS - GENTILEZA CRISTINA CASTELLO (ARGENTINA).

  5 - EE. UU.: "OBAMA, CANDIDATO DEL SUEÑO AMERICANO" - EXTRACTO DEL DISCURSO DEL SENADOR EDWARD KENNEDY - GENTILEZA CRISTINA CASTELLO (ARGENTINA).

  6 - EE. UU.: LOS ÁNGELES - COLOCARÁN VALLA DE LOS CINCO EN EL FAMOSO BULEVARD HOLLYWOOD (JUVENTUD REBELDE) - GENTILEZA MARTA SPERONI (ARGENTINA).

  7 - EE. UU.: HABRÁ MÁQUINAS AUTOMÁTICAS EXPENDEDORAS DE MARIHUANA - GENTILEZA CRISTINA CASTELLO (ARGENTINA).

  8 - MÉXICO: LINK SOBRE LA LEY AGRARIA REVOLUCIONARIA DE LOS ZAPATISTAS - GENTILEZA RED LATINA SIN FRONTERAS.

  9 - MUNDO: VÍA CAMPESINA: UN BALANCE DE LAS ARTICULACIONES INTERNACIONALES - ENTREVISTA A MARIO OSAVA, POR JOAO PEDRO STÉDILE - GENTILEZA RED LATINA SIN FRONTERAS.

10 - MUNDO: OPINIÓN - GANDHI: PARADOJAS DE UNA PERSONALIDAD EJEMPLAR, POR JOSÉ STEINSLEGER - GENTILEZA CRISTINA CASTELLO (ARGENTINA).

11 - URUGUAY: NUESTRA AMÉRICA VENCERÁ !, POR ALEJANDRO GARCÍA RUIZ - GENTILEZA RED LATINA SIN FRONTERAS.

12 - VENEZUELA: OPINIÓN - SALVEMOS LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, POR MARCELO COLUSSI (REBELIÓN) - GENTILEZA JOSÉ MANUEL MONCADA FONSECA.


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De: Red Latina sin fronteras

Fecha: Lunes, 28 de Enero de 2008 05:24 p.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: CAMBIOS "INESPERADOS" EN LA COYUNTURA MUNDIAL, TRES ASPECTOS DECISIVOS. Y EL REGRESO DE LA REVOLUCIÓN EN AMÉRICA LATINA, POR JORGE BEINSTEIN

Cambios “inesperados” en la coyuntura mundial, tres aspectos decisivos. Y el regreso de la revolución en América Latina

Jorge Beinstein (*)

(*) Economista e intelectual revolucionario, doctor de Estado en Ciencias Económicas (Universidad de Franche Comté – Besançon, Francia), fue titular de cátedras de economía internacional y prospectiva tanto en Europa como en América Latina. Actualmente es profesor titular de las cátedras libres "Globalización y Crisis" en las universidades de Buenos Aires y Córdoba (Argentina) y de La Habana (Cuba).

Ha escrito diversos libros y artículos como:

- LARGA CRISIS DE LA ECONOMIA GLOBAL

- La autofagia del capitalismo

-La declinación de la economía global

- Escenarios de la crisis global

- La Gran mutación del capitalismo

- La vida después de la muerte. La viabilidad del postcapitalismo

- Pensar la decadencia. El concepto de crisis a comienzos del siglo XXI, etc.

El siglo XXI aparecía como el despegue de una larga era global norteamericana, así lo pintaba una avalancha mediática abrumadora. Luego de un pequeño traspié recesivo a comienzos de la década los Estados Unidos aparentemente ascendía de manera irresistible los peldaños de su destino imperial. Había encontrado un “enemigo” que llenaba el vacío dejado por el fin de la guerra fría. El “terrorismo internacional” adornado con un cierto matiz islámico cumplía a la perfección un triple objetivo: en primer lugar enfocar su dispositivo militar hacia el Medio Oriente y otras zonas de la franja eurasiática que va desde Afganistán hasta Yugoslavia, espacio decisivo en juego global de los recursos energéticos. En segundo término el carácter difuso de dicho enemigo le permitía desplegar a voluntad un abanico de intervenciones en la periferia incluso más allá del mundo islámico como América Latina, África o Europa del este donde siempre es posible “detectar” gobiernos y movimientos populares supuestamente aliados o cómplices de las fuerzas satánicas combatidas por Bush y sus halcones. Tercero, la necesidad así planteada de establecer sólidos sistemas defensivos contra un enemigo a la vez astuto y malvado le permitía introducir mecanismos policiales de control interno en la sociedad norteamericana que irían reduciendo las libertades públicas conformando un nuevo sistema institucional con fuertes rasgos autoritarios.

En el plano económico Bush había introducido una política de reactivación apoyada en la baja de impuestos a los ricos, la reducción de tasas de interés y el aliento al consumo lo cual infló una burbuja inmobiliaria que reanimó rápidamente el mercado interno. A ello se agregó la acentuación de la escalada de gastos militares iniciada hacia finales de la era Clinton coincidente con la guerra de Kosovo. Ese conflicto se inscribía en una suerte de estrategia implícita de conquista del corazón energético de Eurásia comenzada por Bush padre cuando implotaba la URSS (primera Guerra del Golfo), seguida por Clinton con el bombardeo permanente de Irak y la ofensiva final sobre Yugoslavia (flanco izquierdo de la franja eurasiática).

La decadencia del Imperio

La primera “sorpresa” de este comienzo de siglo es la evidencia de la declinación de los Estados Unidos. Bush hijo acentuó al extremo la batalla por Eurasia convirtiéndola en el eje de su estrategia de dominación global. Los atentados (o autoatentados) del 11 de Septiembre de 2001 dieron el gran impulso al proceso de militarización, la conquista de Afganistán por su rapidez y eficacia daba la señal de lo que aparecía como la instauración arrolladora de un Imperio mundial con sede en Washington, la nueva Roma del siglo XXI según lo vaticinaban numerosos expertosy comunicadores. Siguió Irak, ocupada en unas pocas semanas, el siguiente paso debió haber sido (pero no fue) las invasiones de Irán y Siria.

Por otra parte las medidas económicas habían dado aparentemente buen resultado, el Producto Bruto Interno volvía a crecer aunque lo hacia acumulando déficits (fiscales y de comercio exterior) y enormes deudas públicas y privadas.

Al promediar la década actual las buenas señales empezaron a cambiar de signo. La ocupación de Irak se había convertido en un pantano y hacia finales de 2006 ya hay consenso en los altos mandos militares de los Estados Unidos de que una “victoria” es imposible, al mismo tiempo la rápida irakización de Afganistán hace prever una doble derrota del Imperio a no muy largo plazo. El gobierno norteamericano y sus opositores del Partido Demócrata aunque con diferentes enfoques saben que no podrán quedarse mucho tiempo más en Irak, en los últimos meses los ataques de la resistencia han aumentado en progresión geométrica, son cada vez más eficaces, amplias regiones del país escapan completamente al control de los ocupantes. Pero también saben que la retirada producirá efectos catastróficos para su sistema de dominación en Medio Oriente y aun más allá de esa zona. Empezando por la franja eurasiática que pretendían conquistar y extendiéndose al conjunto de Asia, e impactando sobre África y América Latina. Retirarse es para ellos extremadamente difícil y complejo pero quedarse no es mejor, están atrapados en la ciénaga. Para sectores decisivos del sistema de poder ha llegado la hora de los diseños retorcidos, de los juegos diplomáticos embrollados, las operaciones de inteligencia, destinados a fragmentar la resistencia, incentivar las rivalidades religiosas y regionales, la intervención de países vecinos, etc., todo destinado a cubrir una suerte de retirada honorable de la que piensan (todavía) obtener algún botín residual.

Además la efímera prosperidad económica se está agotando, la burbuja inmobiliaria ha comenzado a desinflarse y el consumo se enfría, el ritmo de crecimiento del PBI desciende. Algunos analistas consideran que la recesión está próxima, sus repercusiones mundiales serán inevitables.

En el último cuarto de siglo la economía norteamericana funcionó cada vez más como un parásito global. Su cultura productiva fue decayendo mientras se expandía la especulación financiera y el consumismo sobre todo en las clases medias y altas, en consecuencia el proceso de concentración de ingresos corrió paralelo a la caída del ahorro interno. Se fueron acumulando déficits fiscales y de comercio exterior. El déficit de la cuenta corriente del Balance de Pagos llegó a un nivel tal que hacia 2005 representaba el 70 % de la suma de todos los déficts de cuenta corriente del mundo. Entre 2000 y 3000 millones de dólares de fondos ingresan a diario en la trama financiera estadounidense, sin ellos la misma entraría en crisis. Los norteamericanos han estado cubriendo sus importaciones y deudas emitiendo dólares, en principio se trató de una suerte de estafa, de pillaje del resto del mundo que le entregaba mercancías a cambio de papeles-dólares que se fueron devaluando con el correr del tiempo. Pero al reingresar estos dólares a los Estados Unidos convertidos en inversiones externas directas fueron desnacionalizando gradualmente la economía imperial, ahora por cada dólar de inversiones estadounidenses en el exterior existen dos dólares de inversiones extranjeras en los Estados Unidos, en 2006 por primera vez en las últimas nueve décadas el saldo de este juego de inversiones ha sido negativo para el Imperio: el círculo vicioso del endeudamiento infinito está instalado, los norteamericanos pagan sus deudas y las salidas netas de fondos con más deudas. La deuda pública federal llega a los 8,5 billones de dólares cifra que engrosa una deuda total (pública y privada) del orden de los 43 billones de dólares.

Los halcones creían que la guerra en Eurasia los iba a sacar de la decadencia, controlando los recursos energéticos mundiales, imponiendo la hegemonía del dólar, acorralando a China, Rusia y la Unión Europea, doblegando hasta la mínima resistencia en la periferia. Pero el planeta resultó ser demasiado grande para la sociedad norteamericana, el aparato militar demostró su incapacidad para satisfacer de manera rápida y con costos controlables las múltiples necesidades planteadas por su estrategia de dominación mundial. La era imperial que creían haber inaugurado Bush y sus halcones entró en crisis en menos de un lustro.

De todos modos deberíamos ser prudentes respecto de los vaivenes de la decadencia, su ritmo es incierto y a lo largo de su camino puede todavía brindarnos no pocos sobresaltos, zarpazos desesperados, después de todo ¿que fue sino un manotón de ahogado la arremetida militar de Bush en Asia y su combinación con una orgía de endeudamientos llamada reactivación?.

El efecto Ezbollah

La segunda sorpresa es que los empantanamientos estadounidenses en Irak y Afganistán y la derrota israelí en Líbano expresan mucho más que simples reveses militares. Probablemente nos estarían señalando el fin de una larga travesía de la guerra moderna marcada por la expansión incesante de los grandes estructuras militares en torno de equipos de combate crecientemente caros y sofisticados: tanques, aviones, sistemas de comunicación y vigilancia, misiles, explosivos de alto poder hasta llegar a los artefactos nucleares, etc. Ese mega aparatismo habría entrado ahora en una crisis profunda tal vez la más importante y decisiva de su historia.

Desde fines del siglo XIX y atravesando todo el siglo XX el poderío bélico de las grandes potencias se apoyó en el desarrollo (militarización) de gigantescos complejos industriales y científicos. La primera guerra mundial significó la consagración del proceso de integración entre ciencia, industria y sistemas de armas consolidado en la segunda guerra mundial y la posterior guerra fría. La victoria de los Estados Unidos sobre la URSS marcó el punto más alto de dicha tendencia, en la guerra no declarada entre las dos superpotencias venció la que pudo desplegar un nivel de sofisticación-despilfarro tecnológico inalcanzable para la otra (Guerra de las Galaxias lanzada por Reagan, etc.), ganó el aparato más grande y caro.

La hipertrofia militar-industrial fue una de las causas decisivas del derrumbe de la URSS aunque era la espina dorsal de su sistema, el centro motor (y al mismo tiempo el gran parásito) de su economía, fuente irreemplazable de autoridad y prestigio. En el caso norteamericano curiosamente llegamos a paralelismos notables con el proceso soviético aunque en base a una lógica económica diferente (capitalista imperialista occidental), desde la Segunda Guerra Mundial el complejo estatal,militar,industrial y financiero fue una pieza clave del equilibrio y expansión de la economía de mercado, sus gastos improductivos permitieron cada vez más compensar las falencias de la demanda interna e internacional absorbiendo excedentes de capitales, operando como motor de una amplia gama de actividades científicas y tecnológicas de punta. Ejerció una coerción global que le permitió imponer la hegemonía financiera imperial, apropiarse de mercados, fuentes de materias primas y producciones industriales del resto del mundo.

El “instrumento” fue creciendo, imponiendo su cultura a segmentos decisivos del sistema de poder estadounidense en una suerte de interpenetración elitista y mafiosa de la que emergieron visiones aparatistas y “geopolíticas”, formas ideológicas reaccionarias fundadas en la sobrestimación de las megaestructuras de represión y control (y en las sofisticaciones tecnológicas que suelen acompañarlas) y en la subestimación de los seres humanos concretos pertenecientes a las clases inferiores locales y a las sociedades periféricas, sus comunidades, culturas, considerados objetos fácilmente manipulables.

La experiencia histórica nos señala que esta no es la primera vez que una elite decadente poseedora de una maquinaria de guerra desmesurada arremete con toda su parafernalia contra los que aparecen como pequeños enemigos y se estrella contra la realidad, en ese momento se zambulle en una crisis de percepción que marca el fin de su reinado y también de su cultura militar. Se trata de señales claras del inicio de grandes mutaciones civilizacionales.

En 2003 el Imperio se lanzó a una “guerra fácil” en Irak pero poco después de la conquista se vio sumergido en un extraño hormiguero donde las minúsculas hormigas subdesarrolladas no eran tales sino seres inteligentes, creativos, con buen nivel educativo. El Imperio partió de la base de que la destrucción del estado irakí dejaría indefensa a una sociedad civil pobre, atrasada y aplastada por una larga tiranía. Pero resulta que Irak estaba habitado por una población que ha experimentado una intensa modernización que dejó atrás la subcultura colonial. No se trata de un caso aislado, el grueso de la periferia vivió durante el siglo XX procesos similares; revoluciones nacionalistas, más o menos democratizantes, a veces auto proclamándose “socialistas”, etc., desarrollaron industrias, universidades, ejércitos, burocracias estatales, sindicatos, tejidos empresarios, clases medias urbanas y otras componentes de la modernidad. Son por lo general sociedades poco articuladas, con fuertes concentraciones de ingresos e importantes áreas de pobreza, corrupción gubernamental, etc., es decir “subdesarrolladas”. Sin embargo el “subdesarrollo” ha ido cambiando, esas poblaciones disponen hoy de grados de iniciativa autónoma e información que las hace cualitativamente distintas de las de hace medio siglo. Más aún, muchas veces la destrucción o la crisis aguda de sus estados libera energías civiles de un potencial inesperado.

Resultado: las tropas invasoras exhibiendo sus equipos sofisticados fueron desestabilizadas primero y colocadas a la defensiva después por miles de agresiones de una resistencia sin comando central, plural, integrada por una red de grupos de todo tamaño armadas con instrumentos de combate baratos (lanzagranadas, bombas de fabricación casera, coches-bomba, kalashnikovs).

En Líbano el desenlace fue mucho más espectacular por su rapidez y la enorme desproporción (aparente) entre los contendientes. Israel puso en movimiento aviones, tanques y un sistema de control satelital de última generación (suministrado por los Estados Unidos) y unos 30 mil hombres inmediatamente desplegables sobre el terreno. Desataron una ola demoledora de bombardeos destinada a hundir en el pánico a la población invadida y así aislar a los grupos de resistencia. Frente a esa maquinaria de guerra considerada invencible se alzó la organización Ezbollah que disponía de una pequeña milicia de menos de tres mil combatientes, aunque sólidamente enraizada en la población. Del lado israelí aparecía un aparato militar del primer mundo muy sensible a las bajas, del lado libanés una guerrilla de la periferia dispuesta al martirio cuyos combatientes poseen un nivel cultural que les permite funcionar de manera muy descentralizada con alto nivel de iniciativa. Conformaron una suerte de “red floja” con pocas comunicaciones de arriba hacia abajo y viceversa cuyo sencillo armamento era suficiente para neutralizar a los tanques y los despliegues protectores de helicópteros y producirle muchas bajas a las tropas israelíes si estas llegaban a ser lanzadas al combate. Por otra parte la extrema descentralización operativa de la guerrilla reducía al mínimo la utilidad militar tanto de los controles satelitales como de los bombardeos masivos.

Si nos apoyamos en la cultura militar convencional lo que está ocurriendo en Irak y lo sucedido en Líbano es aberrante; fuerzas resistentes sin mando central o con conducción muy alejada de las iniciativas de los grupos operativos, pertenecientes a sociedades “atrasadas” han sido capaces de poner en jaque a fuerzas altamente sofisticadas poseedoras de los más avanzados sistemas de información. Pero ocurre que el siglo XX ha quedado atrás, ahora estamos en el siglo XXI, se ha producido un salto cualitativo en segmentos decisivos de las poblaciones urbanizadas y modernas de la periferia. La ocupación real de esos territorios por parte de fuerzas armadas del primer mundo empieza a ser vista como una meta extremadamente difícil, cada vez menos posible. En ese sentido la victoria de la guerrilla Ezbollah contra el ejercito profesional de Israel marcará un hito en la historia asociado a una fenómeno más prolongado: la derrota norteamericana en Irak. Ambos acontecimientos constituyen una linea divisoria en la evolución de la cultura militar universal como lo fue en Europa la batallas de Crecy (1346) y luego la de Agincourt (1415) donde la pesada (e invencible) caballería feudal fue derrotada por la infantería. Por supuesto Crecy tuvo antecedentes y muchas décadas después la vieja caballería todavía era temible y producía estragos pero su ciclo se estaba agotando y con el la sociedad feudal que constituía su base. La guerrilla moderna tuvo antes (mucho antes) de Irak-Libano victorias memorables como la de la resistencia yugoslava contra el todopoderoso ejercito alemán durante la segunda guerra mundial y sobre todo la guerra de Vietnam, pero son los acontecimientos de comienzos del siglo XXI los que marcan el punto de inflexión coincidente con la decadencia del Imperio estadounidense centro motor de la degradación parasitaria (financiera) del capitalismo global (y el descrédito creciente de los complejos industrial-militares).

Despolarización

La tercera sorpresa es que la decadencia de los Estados Unidos no parece abrirle el camino a otro imperio (unipolaridad de remplazo) ni tampoco a una nueva bipolaridad o multipolaridad capaz de repartirse la totalidad del planeta. La diferencia con el siglo XX es notable, en esa época la decadencia del Imperio británico trato de ser aprovechada por los imperialismos alemán y japonés, que fracasaron, para dar lugar luego de la segunda guerra mundial a la bipolaridad soviética-norteamericana que se prolongó hasta fines de los años 1980.

Pero esa bipolaridad comenzó a derrumbarse en 1991 (implosión de la URSS) y hacia 2006 es evidente que la declinación de los Estados Unidos ha comenzado. No se trata solo de la caída de un poderosos “competidor” o de un acaparador de materias primas sino principalmente del primer mercado del mundo, el declive de su capacidad de compra impactará (ya está impactando) a las otras grandes potencias. China coloca en Estados Unidos cerca de un tercio de sus exportaciones y otro tercio en países cuyos ritmos exportadores tiene una alta dependencia respecto de las compras norteamericanas, en primer lugar Japón que se verá directamente afectado por ese desinfle de demanda. La Unión Europea ya comienza a sufrir los impactos negativos del fenómeno lo que sin duda afectará a su gran abastecedor de energía: Rusia, que consiguió en los últimos años fuertes tasas de crecimiento gracias a las exportaciones de gas y petróleo a Europa (las ventas externas de petróleo representan el 50 % de los ingresos fiscales rusos). El hundimiento del gigante estadounidense arrastra a todas las potencias, su mercado no puede ser remplazado por otros. Ello significa que la crisis crónica de sobreproducción global que venía siendo frenada desde hace algo más de tres décadas por una combinación parasitaria de saqueos financieros y engordes consumistas, en especial el de los Estados Unidos, estaría por ingresar en una nueva etapa mucho más degradada, con mayores turbulencias y caídas recesivas. En ese contexto no habrá lugar para imperios vigorosos y ascendentes. El horizonte más probable es el de un aflojamiento imperialista generalizado que, como ocurrió durante las guerras mundiales y las grandes crisis económicas del siglo XX, posibilitará rebeldías periféricas e independencias mas o menos significativas de países pobres.

Esta nueva realidad mundial naciente puede ser caracterizada como “despolarización”, incluye desde multipolaridades débiles hasta tentativas más o menos hábiles o brutales de recuperación de poder mundial por parte de los Estados Unidos. Y sobre todo la presencia (inestable) en importantes zonas de la periferia de países y regiones con cierto juego propio, aprovechando márgenes de no-control (o relativamente débil control) externo (imperialista). Aclaremos que se trata de una tendencia visible, con altos y bajos, plagada de ambigüedades y panoramas confusos.

Si dicho aflojamiento o decadencia imperialista (del conjunto de grandes potencias) llegara a extenderse durante mucho tiempo nos encontraríamos ante un viraje histórico decisivo. El capitalismo (en tanto civilización burguesa occidental) ha sido imperialista desde sus orígenes con las primeras cruzadas hace algo menos de un milenio, pasando por la conquista de América, África, etc.. Basó su reproducción ampliada en el largo plazo y a nivel mundial en sucesivas rapiñas periféricas; la declinación del poder imperial del capitalismo estaría señalando el agotamiento de la civilización burguesa devenida planetaria.

Ello plantea la cuestión de la reproducción capitalista en esas nuevas condiciones en especial en la periferia. Últimamente se ha puesto de moda el tema del “BRIC” (Brasil, Rusia, India, China) en tanto futuras grandes potencias, en realidad ese cuarteto es mucho menos poderoso de lo que la fantasía de los comunicadores quiere presentar. Todos ellos están atravesados por fuertes contradicciones internas sociales y regionales, son altamente dependientes de los mercados occidentales y disponen de sistemas estatales extremadamente corruptos. El resto de naciones periféricas expresan versiones más o menos pobres y subdesarrolladas de estos pretendidos “paradigmas”.

El regreso de la revolución

El destino del Imperio norteamericano se está jugando en Eurásia, más precisamente en Irak y en menor medida en Afganistán. Los efectos del fracaso estratégico de los Estados Unidos ya se hacen sentir en todas partes, por ejemplo en América Latina. Allí se combina el impacto del debilitamiento global estadounidense con el fin del auge neoliberal que precipitó una sucesión de rebeliones populares desde fines de la década pasada, expresiones radicalizadas del fenómeno de descontento general en la región. El mismo hundió en el desprestigio a la mayor parte de los dirigentes políticos tradicionales, no se trató de simples “crisis de representatividad” al interior de sistemas medianamente sólidos sino de manifestaciones de la degradación profunda de las instituciones y de los esquemas económicos vigentes. Más aún, dicho deterioro aparece como el fin de la euforia liquidadora de una larga sucesión de experiencias desarrollistas más o menos populistas, democráticas, nacionalistas o pro norteamericanas que desde los años 1940 habían construido o expandido administraciones públicas, industriales, estructuras de educación y salud, sistemas de transporte, etc. En suma, diversas formas de modernización burguesa que al fracasar dejaron la vía libre al pillaje financiero planteando una crisis estructural cuya magnitud no tiene precedentes en América Latina. En ese sentido es válido afirmar que lo que hace agua no es solo el neoliberalismo sino la totalidad de la historia del capitalismo latinoamericano.

Semejante encrucijada no puede como es evidente ser superada por “reformas” de sistemas burgueses profundamente podridos. Sin embargo hasta ahora el panorama general es el de la conjunción paralizante de dos impotencias: en primer lugar de las elites dominantes para restaurar su legitimidad perdida y en segundo término de las masas sumergidas para barrer con esos regímenes. Tal vez la expresión más dramática de esta doble impotencia se produjo en Bolivia cuando luego de una sucesión de levantamientos populares desde el comienzo de la década la derecha demostró ser incapaz de gobernar pero las bases sociales insurgentes se detenían en la puerta del poder. Prevaleció entonces una “solución intermedia”, ensayo reformista protagonizado por Evo Morales cuya verborragia se corresponde con la dimensión de la catástrofe pero cuyos actos concretos de gobierno son un pálido reflejo de su discurso. La nacionalización de los hidrocarburos no ha sido más que una simple reglamentación de la legislación neoliberal. la reforma agraria un reparto de tierras marginales dejando intacta la gran propiedad rural, además privatizó uno de los mayores yacimientos de hierro del mundo (Mutún) y mantuvo la política fiscal y de ingresos de la era conservadora. Sin embargo un inmenso show indigenista y nacionalista le ha permitido hasta ahora preservar la gobernabilidad del régimen. Manifestaciones mucho o poco menos grotescas de esta corriente se estan produciendo con otros gobiernos progresistas de la región. Todos ellos se caracterizan por la preservación de los resortes básicos del subdesarrollo heredados de la etapa neoliberal clásica a los que recubren con actos mediáticos izquierdizantes. Se trata de soluciones transitorias a las crisis, es difícil que estos equilibrios puedan sostenerse durante largos períodos. En otros países donde la rigidez política ha sido mucho mayor ni siquiera se produjeron experiencias progresistas, en Colombia, Perú o México no es exagerado aventurar futuras turbulencias.

De todos modos hacia el final de los caminos centroizquierdistas y derechistas duros las crisis de gobernabilidad reaparecerán (están apareciendo) con un dramatismo muy superior al del primer lustro de la década actual.

Tomando en consideración ese horizonte de profundización de la crisis regional empujada por la acentuación de la crisis global, es posible localizar en el devenir histórico próximo la irrupción de nuevas y más extendidas insurgencias populares que pondrán (están poniendo) a la orden del día el tema de la revolución, es decir del cambio radical de sociedad. ¿Será ese período futuro el escenario de nuevas impotencias?, todo dependerá de la capacidad de aprendizaje de los pueblos, de sus sectores más avanzados. No se trata solo de aprender del pasado cercano sino de toda la experiencia revolucionaria del último medio siglo. En este punto corresponde hablar de la revolución cubana y de lo más reciente (y novedoso) como lo es la revolución venezolana o de la persistencia de la insurgencia colombiana. Sin embargo me parece sumamente útil destacar las experiencias revolucionarias de los años 1960-1970 consideradas fracasadas desde una óptica “progresista” (es decir conservadora) pero que vistas en el largo plazo histórico podrían ser vistas como experiencias pioneras, primeros ensayos, de rebeldías mucho mayores que pueblan el futuro.

Red Latina sin fronteras http://redlatinasinfronteras.wordpress.com/


2

De: marta speroni

Fecha: Miércoles, 30 de Enero de 2008 10:13 a.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: CÁTEDRAS MARTIANAS POR EL MUNDO, POR JOEL MAYOR LORÁN Y PEDRO DE LA HOZ

Cátedras martianas por el mundo

Joel Mayor Lorán y Pedro de la Hoz
Joel@granma.cip.cu
pedro.hg@granma.cip.cu

El movimiento internacional de Cátedras Martianas se extiende notablemente. Mediante este, el pensamiento de José Martí contribuye a hallar soluciones para los problemas contemporáneos, principalmente de América Latina: continúa promoviendo la integración, alerta en cuanto al expansionismo norteamericano, y advierte sobre la necesidad de ser cada vez más cultos y, por tanto, más libres.

Foto:ARNALDO SANTOSAires de juventud en el foro especial que sesionó ayer como parte de la agenda de la II Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo.

Diversas universidades y centros de estudio hacen suyo el empeño: en México, Brasil, Venezuela, Argentina, España, Francia y otros países entre los cuales figurará próximamente Estados Unidos, según informó Héctor Hernández Pardo, coordinador del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional, auspiciado por la UNESCO, que se reunió ayer en La Habana, en el marco del II Congreso Internacional por el Equilibrio del Mundo.

No se trata tan solo de un grupo de personas atraídas por el legado de nuestro Héroe Nacional, sino que el movimiento dispone de determinados apoyos institucionales, emprende investigaciones, publica e imparte cursos.

El intelectual francés Jean Lamore, quien escribió la primera biografía del Maestro en lengua francesa, agregó que otra tarea a abordar radica en difundir el pensamiento de Martí en Estados Unidos, sin tergiversaciones, donde existe un público abierto, que lo está esperando.

La jornada de ayer comenzó con una conferencia impartida por el doctor Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano, en la que hizo énfasis en la pertinencia de aplicar la perspectiva del autor de Nuestra América al tratamiento de la política, la educación y el desarrollo humano.

Conmovedor fue el gesto de la profesora mexicana María Eugenio López, quien por mediación de Hart donó al Comandante en Jefe Fidel una estatuilla en bronce del prócer Benito Juárez, realizada por el escultor Gustavo Martínez.

GRANMA

"...los asuntos que estamos presentando, nos dan en este momento la más grande de nuestras oportunidades para liberar a los Cinco. Este es un momento crítico y es muy importante que la red de apoyo esté al tanto e involucrados activamente en el caso." Leonard Weinglass, abogado norteamericano, jefe del equipo de la defensa.

Visita  http://www.amigosdecuba.com.ar/5patriotas/rompiendo-muros/cartas-mensajes.html


3

De: marta speroni

Fecha: Martes, 29 de Enero de 2008 10:53 a.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: DEBATEN SOBRE ABUSO SEXUAL EN LA CONFERENCIA DE PROTECCIÓN A LA INFANCIA, POR DORA PÉREZ Y MARGARITA BARNO (JUVENTUD REBELDE)

Debaten sobre abuso sexual en la Conferencia de Protección a la Infancia

El evento analizará las vías para mejorar la respuesta de las instituciones a estos delitos, entre otros temas

Por: Dora Pérez y Margarita Barrio

Correo: digital@jrebelde.cip.cu

29 de enero de 2008 23:51:52 GMT

Lograr una mayor conciencia de la naturaleza del abuso sexual infantil, perfeccionar el marco legal de la investigación y del proceso judicial, y mejorar la respuesta de las diferentes instituciones a estos delitos, son los temas de la Conferencia Regional de Protección a la Infancia, que comenzó ayer en la capital.

El evento, en el que participan especialistas de 17 países del área, está patrocinado por el Ministerio del Interior, la Embajada en Cuba del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y la ONG británica Child Protection Development Trust (Organización para el Desarrollo de la Protección Infantil).

Anthony Butler, directivo de esa institución, significó que Cuba tiene una experiencia valiosa en el campo de la protección infantil, y se refirió a que la colaboración entre ambas naciones data de 1999.

«Muchas cosas pueden hacerse para reducir el trauma de los niños y mejorar las investigaciones, indicó. Conocer la experiencia de otros, identificar las mejores acciones y desarrollar planes de acción conjuntos, pueden ayudar a disminuir la victimización de los menores, uno de los principales objetivos por los que trabajamos».

El teniente coronel Miguel Landeras, jefe de la división de relaciones internacionales y colaboración del MININT, expresó que en el mundo actual solo sobreviviremos si nos apoyamos en la cooperación internacional de las organizaciones.

«Tenemos que trabajar —dijo— para lograr una respuesta oportuna en la batalla contra el delito. El crimen se hace cada vez más complejo, sobre todo si se comete contra niños y adolescentes o con el empleo de ellos».

Los delegados del encuentro tendrán ocasión de visitar el Centro de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes de Ciudad de La Habana, fundado en 2005 y único de su tipo en Cuba, el cual constituye una de las mejores experiencias de trabajo en el área.

A la inauguración del evento asistieron el general de brigada Armando López Orta, jefe del área ministerial de prevención y protección del MININT; el coronel Enrique Pérez Medina, jefe de la dirección de menores del citado ministerio; John Dew, embajador británico en Cuba, y José Juan Ortiz, representante de UNICEF en nuestro país.

JUVENTUD REBELDE

http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2008-01-29/debaten-sobre-abuso-sexual-en-la-conferencia-de-proteccion-a-la-infancia-/

"...los asuntos que estamos presentando, nos dan en este momento la más grande de nuestras oportunidades para liberar a los Cinco. Este es un momento crítico y es muy importante que la red de apoyo esté al tanto e involucrados activamente en el caso." Leonard Weinglass, abogado norteamericano, jefe del equipo de la defensa.

Visita  http://www.amigosdecuba.com.ar/5patriotas/rompiendo-muros/cartas-mensajes.html


4

De: cristina castello

Fecha: Martes, 29 de Enero de 2008 06:46 p.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: LA GUERRA CASI ESTÁ GANADA Y ECONOMÍA, BAJO CONTROL: BUSH, POR DAVID BROOKS

Tomo las palabras del poeta :

«Mira cómo trabajan los constructores de ruinas

Se asoman al hombre y le tiran basura»

Louis Aragon

Cristina Castello

http://www.cristinacastello.com


Sin acuerdos de libre comercio se “envalentonarán” los populistas del hemisferio, advierte

La guerra casi está ganada y la economía, bajo control: Bush

Señala en su último informe que la inmigración ilegal es complicada, pero puede resolverse

En el largo plazo, los estadounidenses pueden confiar en el crecimiento económico, asegura

David Brooks (Corresponsal)

 

George W. Bush durante su último informe de gobierno ayer en el Congreso estadunidense. Entre otros puntos, el presidente llamó a un acuerdo internacional para detener el calentamiento global. Al fondo, el vicepresidente Dick Cheney y la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi Foto: Ap

Nueva York, 28 de enero. George W. Bush afirmó que Estados Unidos está ganando la guerra contra el “terrorismo” en Irak y otros lugares, y que la economía está bajo control, en lo que fue su último informe presidencial, con lo que inaugura una serie de actos que significarán su despedida como líder de este país.

En cuanto a América Latina, Bush instó al Congreso a aprobar el Acuerdo de Libre Comercio con Colombia, advirtiendo que si esto fracasa “envalentonará a los provedores del falso populismo en nuestro hemisferio”. Sobre el asunto migratorio, recordó que “la inmigración ilegal es complicada, pero puede ser resuelta”, y aunque reiteró la necesidad de una reforma migratoria, nadie espera que buscará promoverla a estas alturas de su gestión.

Bush ofreció algunas propuestas modestas aparentemente diseñadas para incrementar su legado, entre ellas, destinar más fondos a la lucha contra el sida a nivel internacional y, notable en quien ha sido considerado uno de los presidentes más antiambientalistas, ofreció iniciativas para promover tecnologías “limpias”, al tiempo que llamó a un acuerdo internacional para detener el calentamiento global.

Pero a pesar de las noticias de que el Capitán América y Rambo han regresado al escenario, ni ellos pueden restaurar la credibilidad del presidente ni rescatar a un comandante en jefe cuya aprobación pública se ha desplomado desde más de 80 por ciento a 30 por ciento en siete años (el índice más bajo de su mandato), y cuyos ciudadanos reprueban su manejo tanto económico como militar. O sea, ofreció su último informe ante un país que le da su calificación más baja desde que llegó a la Casa Blanca.

Sobre la guerra, Bush afirmó que “algunos podrán negar que la oleada está funcionando, pero entre los terroristas no hay duda. Al Qaeda está huyendo en Irak y será derrotado”. Insistió en que “mientras el enemigo aún es peligroso y hay mucho por hacer, las fuerzas estadunidenses e iraquíes han logrado resultados que pocos de nosotros podríamos haber imaginado hace solo un año”.

Y una vez más presentó su misión bélica como una lucha por la “libertad”, pero advirtió que “el avance de la libertad es opuesto por terroristas y extremistas; hombres del mal que odian la libertad, odian a América y buscan sujetar a millones a su gobernar violento”.

Pero el hecho de que esa guerra –que se aproxima a su quinto año– no tiene fin pronosticado y que está costando unos 11 mil millones de dólares al mes, y que las encuestas han registrado durante meses una creciente oposición que opina que el costo en vidas y recursos no valió la pena, parece asegurar que el legado de este comandante en jefe no será un triunfo.

Tampoco se mencionó, por supuesto, las más de 900 declaraciones falsas documentadas del presidente y su equipo para justificar esta guerra, y que pocas horas antes de su discurso otros cinco soldados estadunidenses murieron –aumentando los 4 mil 400 ya fallecidos– en uno de los ataques más severos contra estas fuerzas en Irak en meses.

Y reiteró su advertencia contra Irán, al exigirle que sea transparente en cuanto a sus “intenciones nucleares”, y que “cese su opresión en casa y el apoyo al terrorismo hacia el exterior”. Advirtió: Estados Unidos “enfrentará a aquellos que amenazan a nuestras tropas… y defenderemos nuestros intereses vitales en el golfo Pérsico”.

A la vez, recordó, como ha sido el caso desde el 11-S, la amenaza de otro atentado contra este país. Reveló que en estos últimos años, “hemos detenido numerosos ataques, incluido un complot para estrellar un avión contra el edificio más alto de Los Ángeles, y otro para hacer estallar jets sobre el Atlántico cuyo destino es Estados Unidos”.

Periodo de “incertidumbre”

Respecto del tema de mayor preocupación para los habitantes de este país, reconoció que “la economía está pasando por un periodo de incertidumbre”, evitando a toda costa la palabra “recesión”. Señaló que por todo el país “hay preocupación sobre nuestro futuro económico”, pero aseguró que “en el largo plazo, los estadunidenses pueden estar confiados sobre nuestro crecimiento económico”.

Instó a la aprobación de un paquete de estímulo económico, pero sin elevar impuestos.

Realzó el libre comercio como esencial para la economía, al declarar que “nuestro crecimiento depende cada vez más de nuestra capacidad para vender bienes, cultivos y servicios estadunidenses en todo el mundo”, generando buenos empleos aquí, confiando en que “nuestros trabajadores pueden competir con cualquiera en el mundo”.

En este contexto, se enfocó particularmente en la aprobación del acuerdo de libre comercio con Colombia, identificando esta iniciativa, implícitamente, como respuesta a los “populismos falsos” que rechazan estas políticas en el hemisferio. Aparentemente confundiendo libre comercio con democracia, afirmó que aplicar este acuerdo “demostrará a nuestros vecinos en la región que la democracia lleva a una vida mejor”.

Al borde de la recesión

Pero ahora, al igual que con la guerra, la mayoría desaprueba el manejo de la economía por este presidente. Todos los días hay más indicadores de que se está al borde de una recesión (la mayoría en las encuestas opina que eso ya ocurrió), con alza en las tasas de desempleo y de pobreza, cientos de miles perdiendo sus hogares al no poder pagar intereses sobre sus hipotecas, y los principales bancos reportando pérdidas sin precedente. De hecho, el mismo día de este informe se registró que la venta de nuevas casas se desplomó 26 por ciento en 2007, la caída más dramática desde que se empezaron a mantener estas cifras en 1963.

De hecho, para algunos hay un cierto deja vu: recuerdan que en 1992 el otro Bush, padre, fue derrotado precisamente por la percepción de que estaba tan enfocado en asuntos de política exterior que ignoró lo más importante para sus ciudadanos: la economía.

Frente a todo ello, esta semana reaparecieron algunas figuras ficticias pero nostálgicas, luchadores por los mitos del país: el Capitán América y Rambo. Pero al parecer, ni ellos podrán ayudar a este presidente para convencer a su país de que todo saldrá bien. Según recientes encuestas, casi 75 por ciento cree que el país, bajo este liderazgo, avanza por la vía equivocada.

Dos de las personas que buscan sustituir a Bush estaban presentes: Hillary Clinton y Barack Obama, en sus funciones como senadores. El senador John McCain, por ahora el favorito entre los precandidatos republicanos, no tenía planes para estar en la misma sala que el presidente de su partido. Pocos políticos republicanos que buscan su elección o relección mencionan a Bush. Es el principio del fin, pero aún faltan 51 semanas para el acto final.

La Jornada - México 29 enero 08


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De: cristina castello

Fecha: Miércoles, 30 de Enero de 2008 12:41 p.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: "OBAMA, CANDIDATO DEL SUEÑO AMERICANO" - EXTRACTO DEL DISCURSO DEL SENADOR EDWARD KENNEDY

Cuidado... este caballero Obama elogia groseramente a Sarkozy, en "Libération" de hoy.

Y Sarko es el "hijito" de Bus, dicho con el riesgo de simplificación que esto implica

¿Quién es el peor de los candidatos?

A mi entender, son todos "peores"

Cristina Castello

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«Comienza tu día con una sonrisa,
verás lo divertido que es ir por ahí
desentonando con todo el mundo»
Libertad, amiga de Mafalda, -de Quino


Obama, candidato del Sueño Americano

Como los también demócratas Franklin Roosevelt y John Kennedy, el político afroamericano es audaz, esperanzador, partidario de profundos cambios y defensor de los pobres y las clases medias.

EDWARD M. KENNEDY 30/01/2008

Nosotros también queremos un presidente que atraiga las esperanzas de quienes todavía creen en el Sueño Americano.

Demostró su valor cuando otros callaban. Se opuso a la guerra de Irak desde el principio

Lo que cuenta para gobernar no son los años pasados en Washington, sino la amplitud de visión. Y siento aires de cambio.

Cada vez que me han preguntado en el último año a quién iba a apoyar en las primarias demócratas, mi respuesta ha sido la misma: apoyaré al candidato que me inspire, que nos inspire a todos, que sea capaz de ofrecernos una visión optimista, aunar nuestras esperanzas y renovar nuestra convicción de que lo mejor está aún por llegar para nuestro país.

He encontrado a ese candidato. Y tengo la impresión de que ustedes también.

Antes, tengo que destacar cuánto respeto la fortaleza, el trabajo y la dedicación de otros dos demócratas que aún siguen compitiendo: Hillary Clinton y John Edwards. Son amigos míos y han sido colegas míos en el Senado. John Edwards ha sido un firme defensor de la justicia económica y social. Y Hillary Clinton ha luchado en primera línea sobre asuntos que van desde la sanidad hasta los derechos de las mujeres en todo el mundo. Sea quien sea nuestro candidato, contará con mi apoyo. Hay algo claro: todos estamos decididos a que el próximo presidente sea demócrata.

Sin embargo, creo que hay un aspirante con las dotes de líder y el carácter necesarios para responder a las extraordinarias exigencias de este momento histórico. Un candidato que comprende lo que el doctor Martin Luther King, Jr. llamó la "implacable urgencia del presente".

Será un presidente que no vivirá atrapado en los modelos del pasado. Es ya un líder que ve el mundo con claridad pero sin cinismo. Un luchador que se apasiona por las causas que defiende sin demonizar a quienes tienen una opinión distinta. Duro, pero con una capacidad fuera de lo común de apelar a "lo mejor de nuestra naturaleza".

Estoy orgulloso de ofrecer hoy mi ayuda, mi voz, mi energía y mi compromiso para hacer que Barack Obama sea el próximo presidente de Estados Unidos.

Hace cuatro años me conmoví cuando le oí decirnos una profunda verdad: que no estamos ni debemos estar simplemente divididos en Estados rojos y Estados azules, sino que somos un país llamado Estados Unidos. Y, desde entonces, me han asombrado su valor y su elegancia cuando le he visto viajar por el país e inspirar a un número sin precedentes de personas, independientemente de su edad, su raza, su sexo, su partido y su religión, que se han sentido dispuestas a actuar.

Le he visto conectar con personas de todos los ámbitos de la vida y con senadores de los dos partidos. En cada persona a la que conoce y cada muchedumbre a la que inspira, engendra una nueva esperanza de que nuestros mejores días como nación están aún por llegar, y en que esta generación de estadounidenses, como otras anteriores, puede unirse para cumplir nuestra cita con el destino.

Sabemos lo que ha hecho Barack Obama. Ahí está el valor que demostró cuando tantos otros se limitaron a callarse o a dejarse llevar. Él se opuso a la guerra de Irak desde el principio.

Ahí está la enorme inteligencia de alguien que podía haber hecho una brillante carrera como abogado, pero prefirió trabajar para su comunidad y dedicar su vida al servicio público.

Ahí está el incansable talento de un senador que llegaba a primera hora para ayudarnos a negociar el compromiso necesario sobre la reforma de la inmigración y que siempre veía una forma de proteger al mismo tiempo la seguridad nacional y la dignidad de la gente que no tiene poder. Él buscó justicia en su nombre.

Y ahí está la eficacia que demostró al ayudar a elaborar una legislación para garantizar la presencia de buenos profesores en nuestras aulas.

Barack Obama es un dirigente nacional que ofrece ahora a Estados Unidos un nuevo tipo de campaña, no sobre él, sino sobre todos nosotros, sobre el país en el que nos convertiremos si sabemos superar la vieja política que nos divide.

Recuerdo otra ocasión similar, en los años sesenta del pasado siglo, cuando yo tenía 30 años y acababa de llegar al Senado. Teníamos entonces un nuevo presidente que había impulsado al país, sobre todo a los jóvenes, a buscar una nueva frontera. Aquellos jóvenes se manifestaron, protestaron contra la guerra de Vietnam y sirvieron con honor en ella a pesar de oponerse.

Comprendieron que al preguntarse qué podían hacer por su país también podían cambiar el mundo.

Fueron los jóvenes quienes encabezaron el primer Día de la Tierra y lanzaron la llamada de alerta para proteger el medio ambiente; fueron los jóvenes quienes se apuntaron a la causa de los derechos civiles y la igualdad para las mujeres; fueron los jóvenes quienes formaron el Cuerpo de Paz y mostraron al mundo el rostro pacífico de Estados Unidos.

En la celebración del quinto aniversario del Cuerpo de Paz, pregunté a uno de aquellos jóvenes por qué se había presentado voluntario. Y nunca olvidaré su respuesta: "Fue la primera vez que alguien me pedía que hiciera algo por mi país".

Lo mismo sucede ahora. Hoy percibo un anhelo similar al de los años sesenta, un ansia parecida de avanzar hacia adelante y hacer que avance nuestra nación. Lo veo no sólo en los jóvenes, sino en todo nuestro pueblo. Y en Barack Obama veo, no sólo la audacia, sino la esperanza en la América que todavía está por venir.

Lo que importa para gobernar no son los años pasados en Washington, sino la amplitud de visión, la firmeza de las creencias y esa rara cualidad de mente y espíritu que logra sacar a la luz lo mejor de nuestro país y de nuestro pueblo.

Con Barack Obama, cerraremos el libro de la vieja política de raza contra raza, sexo contra sexo, etnia contra etnia, heterosexual contra homosexual. Con Barack Obama, cerraremos la puerta de la vieja economía que ha marginado a los pobres y ha hecho más pobre e insegura a la clase media. Con Barack Obama, saldremos del estancamiento y, por fin, tendremos la sanidad que Estados Unidos necesita: un derecho fundamental para todos, no un caro privilegio para unos pocos.

Haremos que Estados Unidos sea el gran líder y no el gran obstáculo en la decisiva lucha contra el calentamiento global.

Y con Barack Obama, pondremos fin a una guerra en Irak a la que siempre se ha opuesto, que nos ha costado las vidas de miles de los nuestros y que Estados Unidos no debería haber emprendido jamás.

Rechacemos, pues, las dudas.

Recordemos que, cuando Franklin Roosevelt concibió la Seguridad Social, no pensó que era un sueño demasiado ambicioso, que iba a ser demasiado difícil. Cuando John Kennedy pensó en ir a la Luna, no dijo que estaba demasiado lejos, que quizá era imposible y no valía la pena intentarlo. Sólo podemos alcanzar nuestras metas si "no somos mezquinos cuando nuestra causa es tan grande", si encontramos la forma de superar las ideas rancias, si sustituimos la política del miedo por la política de la esperanza y si tenemos el valor de escoger el cambio.

Barack Obama es el único candidato a presidente que puede traernos ese cambio. Sé que está preparado para ser presidente desde el primer día. Y, cuando tome posesión, en ese mismo momento, se levantará el ánimo de nuestro país y empezaremos a restaurar la imagen de Estados Unidos en el mundo.

Hubo otra época en la que otro joven candidato se propuso para la presidencia y retó a Estados Unidos a atravesar una Nueva Frontera. Tuvo que soportar las críticas públicas del anterior presidente demócrata, que contaba con el respeto del partido. Harry Truman dijo que necesitábamos "a alguien con más experiencia", y añadió: "Te aconsejo que seas paciente". John Kennedy respondió: "El mundo está cambiando. Las viejas fórmulas ya no sirven".

Amigos, les pido que se unan a este viaje histórico, que tengan el valor de escoger el cambio. Ha llegado de nuevo la hora de contar con una nueva generación de líderes. Ha llegado la hora de Barack Obama.

Edward M. Kennedy es senador de EE UU. Este texto es un extracto del discurso que pronunció el lunes en la American University de Washington DC.

De Colombia Plural


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De: marta speroni

Fecha: Martes, 29 de Enero de 2008 10:45 a.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: LOS ÁNGELES - COLOCARÁN VALLA DE LOS CINCO EN EL FAMOSO BULEVARD HOLLYWOOD (JUVENTUD REBELDE)

Colocarán valla de Los Cinco en el famoso Bulevard Hollywood

Cartel de Los Cinco que colocarán en las alturas del famoso Bulevard Hollywood de esa ciudad californiana.

Correo: digital@jrebelde.cip.cu

29 de enero de 2008 00:50:04 GMT

El 1ro. de febrero próximo una enorme valla de 14 por 48 pies, sobre los cinco antiterroristas cubanos será expuesta en el centro de esta ciudad californiana

LOS ÁNGELES, enero 28.— Una enorme valla, de 14 por 48 pies, sobre los cinco luchadores antiterroristas cubanos encarcelados injustamente en prisiones de los EE.UU., será colocada en las alturas del famoso Bulevard Hollywood, en el centro de esta ciudad californiana, el 1ro. de febrero próximo.

La acción forma parte de la campaña que realiza el Comité Nacional por la Liberación de los Cinco de Estados Unidos para romper el silencio mantenido por los medios de comunicación norteamericanos sobre Ramón Labañino, Gerardo Hernández, Fernando González, Antonio Guerrero y René González.

El mismo día que el cartel pueda verse en la conocida avenida, el Comité realizará una conferencia de prensa en Los Ángeles con el objetivo de publicitar el caso y llamar a la solidaridad de la sociedad estadounidense.

La convocatoria está firmada por el actor y director de cine y televisión, Martin Sheen; el también actor y activista social Danny Glover; Heidi Bonghosian, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Abogados de los Estados Unidos; Andrés Gómez, director de la Brigada Antonio Maceo, y Gloria La Riva, coordinadora del Comité Nacional por la Liberación de los Cinco.

Por otra parte, en Timor Leste se creó un Comité Conjunto pro-liberación de los Cinco Héroes cubanos, coincidiendo con el homenaje al aniversario 155 de José Martí, realizado por diplomáticos y colaboradores cubanos, al que se sumaron numerosas organizaciones sociales de ese país asiático.

Suplemento

Especial dedicado a los cinco cubanos antiterroristas presos injustamente en Estados Unidos Especial dedicado a los
 cinco cubanos antiterroristas presos injustamente en Estados Unidos Descarga en PDF

JUVENTUD REBELDE

"...los asuntos que estamos presentando, nos dan en este momento la más grande de nuestras oportunidades para liberar a los Cinco. Este es un momento crítico y es muy importante que la red de apoyo esté al tanto e involucrados activamente en el caso." Leonard Weinglass, abogado norteamericano, jefe del equipo de la defensa.

Visita  http://www.amigosdecuba.com.ar/5patriotas/rompiendo-muros/cartas-mensajes.html


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De: cristina castello

Fecha: Martes, 29 de Enero de 2008 06:47 p.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: HABRÁ MÁQUINAS AUTOMÁTICAS EXPENDEDORAS DE MARIHUANA

http://www.eltiempo.com:80/vidadehoy/2008-01-28/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3936617.html

Habrá máquinas automáticas expendedoras de marihuana en Estados Unidos

Los artefactos comenzarán a funcionar en el estado de California, en el occidente de ese país.

Los distribuidores automáticos solo podrán ser utilizados por personas a quienes se les ha recetado la droga por razones de salud.

Los pacientes tendrán que enseñar la fórmula médica y, además, se les tomarán una fotografía y las huellas digitales antes de poder utilizar la máquina, a la que accederán gracias a una tarjeta que les será entregada.

Un total de 11 estados en Estados Unidos permiten el uso medicinal de la marihuana, principalmente para aliviar el dolor. Sin embargo, su uso es controvertido.

Según Vince Mehdizadeh, dueño del Herbal Nutrition Centre en Los Ángeles -donde se encuentra una de las dos primeras máquinas expendedoras- este servicio permitirá a los pacientes comprar provisiones adicionales cuando lo necesiten.

"Un guardia los saludará. Los pacientes deslizarán la tarjeta en la máquina y se verificarán las huellas digitales para confirmar la identidad del usuario", afirmó Mehdizadeh.

Los operarios piensan que este tipo de distribuidores automáticos de drogas bajo prescripción médica podrían convertirse en algo común en Estados Unidos.

Defensores del programa señalan que la marihuana es una herramienta valiosa para aliviar el dolor y estimular el apetito de los enfermos.

Sin embargo, aún es prohibida de acuerdo con la Ley de Sustancias Controladas de 1970 y en la actualidad el gobierno federal estadounidense no reconoce ningún uso medicinal de esta droga.


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De: Red Latina sin fronteras

Fecha: Miércoles, 30 de Enero de 2008 12:46 a.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: LINK SOBRE LA LEY AGRARIA REVOLUCIONARIA DE LOS ZAPATISTAS

sobre la Ley Agraria Revolucionaria de los Zapatistas

http://www.landaction.org/spip/spip.php?article259

 


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De: Red Latina sin fronteras

Fecha: Lunes, 28 de Enero de 2008 08:42 a.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: VÍA CAMPESINA: UN BALANCE DE LAS ARTICULACIONES INTERNACIONALES - ENTREVISTA A MARIO OSAVA, POR JOAO PEDRO STÉDILE

UN BALANCE  DE LAS ARTICULACIONES INTERNACIONALES DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y EL FSM


-entrevista de Joao pedro Stedile a Mario Osava,  distribuido por IPS- interpress service, Rio de Janeiro,  21 de enero de 2008


1.--¿Usted cree que fue buena idea no hacer un encuentro este año, sino actos locales por todo el mundo? ¿No hay riesgo de dispersión, pérdida de identidad, desmovilización en los próximos años?

La Vía Campesina siempre defendió en el comité internacional de que deberíamos un evento mundial solo a cada tres años..   Para priorizar actividades locales, regionales.  No podemos dispersar recursos, energías, solo en eventos mundiales.  Y el futuro del FSM depende de tener mas espacios, donde mas gente pueda participar.  Por eso al contrario, las actividades nacionales, regionales congregan mas que los eventos mundiales.


2.-- Algunos miembros del Consejo Internacional del FSM defienden la toma de posiciones políticas por el FSM en temas de consenso, considerando que mantenerlo solo como foro abierto, como quieren otros, le resta movilizadora. ¿Qué piensa sobre esa disyuntiva?


La Vía Campesina Internacional comprende que el FSM  es un espacio de debate, de intercambio de ideas.  Seria ilusión o idealismo creer que sea posible tomar allí acuerdos mas prácticos o plataformas de mas unidad ideológica  Eso podría resultar en dispersión o pura lucha ideológica  Nosotros apostamos en el FSM  solamente como un espacio de debate, una feria de ideas.  Y, ya es muy importante en ese periodo histórico aun de descenso del movimiento de masas mundial, que tengamos espacios de debate de ideas, para por lo menos, consolidar visiones comunes anti-neoliberales y anti-imperialistas.


3.-- ¿No hay un problema de representatividad en el FSM, e incluso de democracia interna, con movimientos sociales que comprenden a millones de activistas en muchos países teniendo la misma voz que organizaciones no gubernamentales locales de pocos miembros?


No hay problemas, ni de representatividad ni de democracia, si comprendemos el FSM como un espacio, una feria, donde cualquiera y todos y todas están invitadas a participar dar sus ideas... Es una espacio de reflexión  No es un espacio de decisión de elaboración programática, etc... por eso no necesitamos de cuidados de delegación de poder o representatividad. 


-4.- El dramatismo que ganó el cambio climático ¿no obliga al FSM a modificar sus prioridades, sus temas centrales?


La principal preocupación nuestra, en ese momento, es mantener la agenda alrededor de la lucha contra el neoliberalismo y contra el imperialismo.  Y por supuesto que el tema del cambio climático, de las agresiones al medio ambiente, están directamente involucrados con el modelo de desarrollo neoliberal y las necesidades imperialistas.  Seguramente ese tema tendrá mas espacio y preocupación de ahora para delante, hasta porque sus consecuencias sociales y ambientales están mas claras.  Cosas que no estaban claras hace tres, cuatro años atrás lo máximo para algunos investigadores o profetas como Boff lo veían mas claro. Entonces, no es una cuestión de prioridad, es cuestión de enfoque.


   -5.-La repercusión del FSM, después del impacto de la novedad de los primeros encuentros, parece haberse reducido. ¿Qué falta para conseguir mayor incidencia del Foro en la política, en la vida de las personas y de las sociedades?

Lo que redució fue el impacto de un evento mundial, que tuvo la audacia de contraponerse al evento de Davos.  Y es verdad. Ya pasó la fase de la novedad.  Porque en aquel entonces del 2001, nadie,  lograba tener influencias en los medios, en la opinión pública contra el neoliberalismo. Entonces los eventos mundiales del FSM sirvieron también para romper la hegemonía ideológica en los medios de total aprobación total al neoliberalismo. Pero, ahora, necesitamos generar espacios de debate, mas cercanos de los movimientos, de las gentes, de los centros de estudios, de las universidades. Por eso, que defendemos que el FSM tiene que generar espacios prioritarios de debates en los países y regiones.


6.-- Más allá de su continuidad y fortalecimiento, ¿cuáles son los logros del FSM? ¿Ha influido en algo para modificar el modelo de la globalización? ¿En qué?


Creo que el principal logro es aglutinar intelectuales y dirigentes de movimientos sociales de todo el mundo, para reflexionar sobre los limites y las consecuencias del modelo neoliberal  e imperial. Acuérdese de que estábamos en un periodo histórico que hasta un amplio sector de la izquierda, sobretodo de la izquierda partidaria, que adhirió a ciertas tesis del neoliberalismo, y otros se callaron. En toda Europa y también en Latinoamérica gobiernos de partidos dichos socialistas aplicaron programas neoliberales a servicio del capital internacional y financiero. Entonces, fue muy importante que hemos logrado generar un espacio de contra-hegemonía neoliberal,  y dar argumentos, reflexiones para que los movimientos sociales pudiesen salir de la confusión ideológica.


    -7.- ¿Cuáles cree usted que son los límites del FSM? ¿Hasta dónde puede llegar su aporte al cambio social que se propone?


Los limites del FSM son claros. No puede tener la pretensión de querer ser una internacional de trabajadores.  porque no lo es. Ni tampoco ser el comité central que define líneas políticas para todos los demás. Tiene que ser un espacio de reflexión.


Pero, el reto, es que alrededor del FSM, nosotros los movimientos sociales, y todas las distintas formas de organización popular debemos aprovechar para articulación de acciones de masa.   Creo que es mas que necesario que los sectores que tiene base social y influencia en las masas, pasen para una nueva etapa que es, hacer acciones de masa, conjuntas, a nivel mundial, alrededor de un mismo lado. Bueno, la unidad ideológica que tenemos es pequeña, pero importantísima  estamos todos contra el imperialismo, la guerra y el neoliberalismo. Entonces, ahora, al rededor de esa unidad minima, debemos planificar acciones de masa, que representen en concreto una acción contra el imperio contra las transnacionales, contra los bancos, contra los organismos internacionales que ellos dirigen como la OMC, banco mundial, FMI, TLCs...    Las manifestaciones callejeras fueron y son importantes como instrumentos de propaganda de ideas.  Pero son insuficientes para frenar al neoliberalismo.  Es necesario ahora avanzar para concretar acciones de masa, comunes, contra los enemigos comunes.


-8.-Las investigaciones sobre el perfil de los participantes muestran un FSM compuesto de una elite intelectual, con una mayoría de escolaridad universitaria y de las capas medias. ¿Eso no contradice los ideales de inclusión social y de cambiar el mundo?


Es natural que sea así cuando se analiza el FSM como un evento mundial, para debatir ideas.  Y por lo tanto necesita de recursos económicos y de cierta formación intelectual.   Por eso, es que defendimos reducir ese tipo de actividades y priorizar actividades de otro tipo. 

International Operational Secretariat  La Via Campesina 

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Phone: +62-21-7991890 Facs : +62-21-7993426 

E-mail: viacampesina@viacampesina.org

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Red Latina sin fronteras http://redlatinasinfronteras.wordpress.com/


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De: cristina castello

Fecha: Martes, 29 de Enero de 2008 06:45 p.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: GANDHI: PARADOJAS DE UNA PERSONALIDAD EJEMPLAR, POR JOSÉ STEINSLEGER

“Quizá, a las generaciones venideras les cueste creer que un hombre así anduvo por la Tierra”.  Einstein

 

Gandhi: paradojas de una personalidad ejemplar

A 60 años de su asesinato, aún resuenan sus palabras: “la verdad y la no violencia son tan viejas como las montañas”

José Steinsleger

Rabindranath Tagore bautizó a Gandhi “alma grande” (Mahatma) Foto: Foto tomada de Internet

En tiempos de Mohandas Gandhi (1869-1948), 400 millones de personas habitaban en India, Pakistán y Bangladesh. Hoy, la región concentra 23 por ciento de la población mundial. Sólo en la India viven más personas que en Africa: mil 100 millones, cuya identidad nacional responde a 18 lenguas oficialmente reconocidas y más de 840 dialectos. Pakistán y Bangladesh cuentan con 150 millones, respectivamente.

A ese crisol de culturas, credos y pueblos milenarios que circulan en el epicentro geográfico de una eventual guerra nuclear se dirigió Gandhi en la primera mitad del siglo pasado, emplazando a la humanidad con su acción, y con un discurso ético y moral de profunda resonancia universal.

Gandhi jamás escribió un libro. Pero luego de su asesinato, los investigadores empezaron a compilar sus ideas, así como los seguidores de Jesucristo lo hicieron durante los primeros siglos de la era. A principios de 1970, la publicación de 75 volúmenes, entre artículos breves, reflexiones, entrevistas, manifiestos, sentencias y apuntes circunstanciales del Mahatma Gandhi, presentaban ya dificultades similares a las del medio centenar de evangelios compilados por los primeros cristianos.

¿Cuál era el “verdadero”? A regañadientes, la Iglesia católica “universal” consintió en hacer oficiales cuatro, apenas. Y miren lo cosechado: un Papa que al oficiar misa le da la espalda al pueblo devolviéndonos al siglo XII; una potencia depredadora dirigida por “cristianos renacidos”; un estado neonazi inspirado en el reino de David, y millones de seguidores de Alá que sueñan con quitarnos a las huríes que por derecho nos tocan en el paraíso.

Los escritos de Gandhi resultan poco estimulantes para quienes busquen ideas transparentes y redondas. No aparece, con la lectura, la cabeza de teólogos como Santo Tomás, filósofos como Hegel, filólogos como Nietzche, científicos como Einstein. La belleza expresiva de su pensamiento marcha asociada con exasperantes incoherencias, superpuestas a un mensaje redentor que oscila entre la ascesis individual y la lucha de liberación nacional concreta de los pueblos.

Atacar o defender acríticamente la “doctrina antidoctrinaria” del Mahatma Gandhi sería incurrir en contradicciones, a tal grado desconcertantes, que, de antemano, rebeldes y conservadores podrían descarrilar en vía muerta.

En marzo de 1940, el padre de la India moderna escribió: “Si el gandhismo no es más que un nombre para indicar cierta forma de sectarismo, merece ser destruido”. Algo similar al “yo no soy marxista” de Carlos Marx, cansado de las disputas y polémicas de sus seguidores.

Felizmente, y a pesar de su profunda fe hinduista, Gandhi no fue un mesías, ni los pueblos lo recuerdan como líder religioso. Junto con los pensadores que le precedieron, Gandhi se enfrentó al terrible sistema de castas impuesto durante tres milenios por los brahmanes (sacerdotes), sustituyendo el estudio y la reflexión individual, la contemplación y la ascesis propios de la tradición cultural de la India por un valor nuevo de derivación occidental: la acción.

En el proceso de su formación en Londres, la lucha legal en Sudáfrica junto a los “coolies” (siervos hindúes), y las distintas etapas que llevaron a la independencia de India, Gandhi entendió que todos los fundamentos religiosos y filosóficos prescindían, angelicalmente, que el hombre individual o colectivo, antes que ente moral es básicamente económico y político.

Valoró, como pocos, la belleza y el vuelo de los ideales enunciados en esas religiones y filosofías, y mucho más el grado en que éstas eran capaces de realizar la fraternidad entre los hombres. Que en el mundo de ayer y de hoy, y particularmente en India, había sido nulo, o poco menos.

El gran poder espiritual de Gandhi apuntó a convertir a héroes y mártires en hombres comunes y corrientes. Porque en el fondo, la doctrina del satyagraha (término que inventó fundiendo dos palabras de origen sánscrito, satya, verdad, y agraha, aferramiento), buscaba la moschka, la liberación integral de todo lo que nos ata.

Así, su esfuerzo por conocer y su esfuerzo por amar fueron vencidos por el karma yoga: obrar según las enseñanzas de Krishna en el Baghavad-Gita: “Actúa, pero no le tengas apego a los frutos de la acción”.

Decía: “No tengo nada nuevo que enseñar al mundo. La verdad y la no violencia son tan viejas como las mon- tañas…he sido veraz pero no he sido tan adorador de la no violencia como lo he sido de la verdad, y pongo a és- ta en el primer lugar, y a aquella en el segundo…

“Estoy convencido de que la no violencia es infinitamente superior a la violencia, pero creo que en el caso en que la única opción posible fuera entre la cobardía y la violencia, yo aconsejaría la violencia… Preferiría que la India recurriera a las armas para defender su honor, antes que, de una manera cobarde, se convirtiera en testimonio del propio deshonor”.

El filósofo alemán Karl Jaspers apuntó que frente a un mundo dedicado a la farsa de vivir según pretendidos principios de justicia y moralidad, Gandhi le arrancó la máscara, exponiéndose a la violencia y sufriéndola abiertamente.

Cuando sentimentalmente, con invencible afán reduccionista, evocamos la inconfundible silueta de aquel hombrecito que cargaba sus pocos bienes en un morral y recorría a pie los caminos de la India apoyado en un palo de caña, desafiando con su palabra y su ejemplo a los brahmanes de todos los credos, se olvidan de otras declaraciones.

A inicios de la Segunda Guerra Mundial, Gandhi llevó su posición a extremos: citó el Sermón de la Montaña (no responder al mal con el mal), y declaró que los judíos ganarían “el amor de Dios” al ir voluntariamente hacia sus muertes. Y con el bombardeo de los nazis sobre Londres, sugiriéndole a los ingleses dejar las armas:

“Deben invitar a Hitler y Mussolini a que tomen todo lo que quieran… pero siempre rehúsen rendirles obediencia”. Y en cuanto al conflicto indo-pakistaní (manipulado por Inglaterra), hizo públicas sus ideas acerca de obviar las políticas de paz y no violencia contra Pakistán, en caso de hostilidades.

En agosto de 1942, desde su tribuna en el Congreso Nacional Indio, dijo a los ingleses: “¡Váyanse de la India y déjenla librada a la anarquía de Dios!” Entonces, Winston Churchill, “paladín de la democracia occidental” metió preso al “fakir desnudo” (así lo llamaba), junto con el Pandit (Doctor) Jawarhalal Nehru (1889-1964, su brazo derecho y primer jefe de gobierno), y el teólogo Maulana Abul Kalam Azada (1888-1958), quien sostenía que “un buen musulmán puede ser un buen indio”.

De temperamentos diferentes y en ocasiones enfrentados, los líderes históricos del CNI preanunciaron la agenda política mundial que los movimientos sociales tratan en nuestros días: imperialismo y capitalismo; libertades civiles, individuales y colectivas, límites del poder, derecho a la educación, la ciencia y la cultura, emancipación de la mujer; problemas sociales de la violencia, universalidad de las fuentes morales y sus fines.

Gandhi abogó por la unidad en la diversidad: tendió puentes entre la filosofía india y la occidental; creyó en la reconciliación de los seres humanos con base en los elementos comunes de todos los credos; estimuló la conciencia individual, la compasión por el prójimo y las verdades no dogmáticas de los sentimientos religiosos, y la idea de que el nacionalismo era un complejo engranaje del internacionalismo.

Su victoria final lo sumió en una gran decepción. En agosto de 1947, la política de “divide y vencerás” de Inglaterra reconoció la independencia del inmenso país asiático, a costa de la partición territorial: Unión India (Bharat, hinduista), flanqueda por los estados islámicos de Pakistán “occidental” y “oriental” (Bangladesh, a partir de 1971).

Rabindranath Tagore bautizó a Gandhi como “alma grande” (Mahatma). Y al enterarse del crimen a manos de un fanático de su propio credo, hace 60 años, Albert Einstein ensayó la síntesis perfecta: “Quizá, a las generaciones venideras les cueste creer que un hombre así anduvo por la Tierra”.

La Jornada


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De: Red Latina sin fronteras

Fecha: Lunes, 28 de Enero de 2008 08:09 p.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: NUESTRA AMÉRICA VENCERÁ !

Foro Artiguista Entrerriano: “los pueblos deben ser libres”

http://foroartiguista.wordpress.com/

En las humildes tolderias
una consigna es enseña,

“los pueblos deben ser libres”.
¡A organizar montoneras!

Tantos siglos esperando,
tanta sangre derramada;
Pacha Mama india y negra,
gaucha, mestiza y preñada
por soles de libertad,
siempre ha sido traicionada.

Sus pueblos originarios,
se fundieron con los criollos
en revueltas montoneras,
de ejércitos en harapos
y hoy viven en la conciencia
de nuestros hijos y hermanos.

Mujeres y hombres del pueblo,
fecunda savia que brota
de nuestra tierra horadada,
son memoria y estandarte,
preciosa bandera alada,
¡Son unidad y programa!

¡Unión caros compatriotas!
¡Unión pueblos proletarios!
la lucha final se acerca
ya se grita libertad.
Tu casa es una trinchera,
la mía también será.
América es una trinchera,
¡América vencerá!

Calle a calle y codo a codo
con Condorcanqui y Manuela,
abriremos el camino
por ciudades y por selvas;
el cielo es una metáfora
la libertad no es quimera.

En fábricas y en escuelas
Andresito y Micaela
reclutarán a mi gente
para organizar revueltas;
la victoria no está lejos
la justicia ya se acerca.

Las pampas y el altiplano
con Ernesto y con Camilo
se convierten en jardines
de rosas, de pan y vino;
Arriba los que luchamos
por la tierra y la igualdad.

¡Unión caros compatriotas!
¡Unión pueblos proletarios!
la lucha final se acerca
ya se grita libertad.
Tu casa es una trinchera,
la mía también será.
América es una trinchera,
¡América vencerá!

Cinco siglos van de muerte,
quinientos años dolidos
y un amanecer comienza
de las manos de Sandino,
de Bolívar y de Artigas
de obreros y campesinos.

La América marginada
de cobre, carbón y sal
ahora empieza   a levantarse
ya comienza a despertar.
De México a Patagonia,
de los Andes hasta acá.

Son lápices y cuadernos,
son fusiles y tacuaras,

es Leandro Gómez heroico
son piedras y son mañanas
las armas más victoriosas
de la América esperada.

¡Unión caros compatriotas!
¡Unión pueblos proletarios!
la lucha final se acerca
ya se grita libertad.
Tu casa es una trinchera,
la mía también será.
América es una trinchera,
¡América vencerá!

Tu casa es una trinchera,
la mía también será.
América es una trinchera,
¡América vencerá!

América es una trinchera,
¡América vencerá!

(Alejandro García Ruiz)



fuente: Foro Artiguista Entrerriano

http://foroartiguista.wordpress.com/

 


12

De: José Manuel Moncada Fonseca

Fecha: Martes, 29 de Enero de 2008 05:23 a.m.

Para: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Asunto: DEFENDER A VENEZUELA NO ES SUDAR CALENTURA AJENA... COMO AFIRMAN ELEMENTOS DE LA "SOCIEDAD CIVIL" DE NICARAGUA - SALVEMOS LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, POR MARCELO COLUSSI (REBELIÓN)

29-01-2008

Salvemos la Revolución Bolivariana

Marcelo Colussi. Rebelión

"Socialismo significa que un cocinero también puede ser primer ministro."
Vladimir Lenin

Luego de varias décadas de neoliberalismo salvaje, de triunfo absoluto del capital sobre las fuerzas del campo popular, caída la experiencia soviética, restaurada la propiedad capitalista en China y con el retroceso de las fuerzas progresistas en estos últimos años a nivel mundial, la aparición de nuevos aires políticos no podía ser sino una buena noticia. Esos nuevos aires, esa nueva fuente de esperanza estuvo dada por la llegada a la presidencia de la república de Venezuela de Hugo Chávez. Empezó ahí un proceso que, sin ningún lugar a dudas, revitalizó los anhelos por un mundo mejor, de más justicia y equilibrio.


En sentido estricto, el fenómeno iniciado en Venezuela a partir de 1998 no fue una revolución socialista al modo "clásico" de las anteriores experiencias ocurridas en el siglo XX. Fue un proceso surgido en la estrechez de la democracia representativa. Pero circunstancias diversas lo fueron radicalizando y hoy, nueve años después de iniciado, es un espejo donde se miran muchos pueblos del mundo y organizaciones populares y revolucionarias. Si está en el ojo del huracán de los ataques de la derecha –venezolana e internacional– desde ya que por algo será: constituye una afrenta al dominio absoluto del discurso único de las grandes corporaciones multinacionales, es una renovada fuente de esperanza para los pobres, para los excluidos de siempre. Es por todo ello que esa revolución debe ser defendida. Es, hoy por hoy, la mejor garantía para comenzar a sumar fuerzas en Latinoamérica –quizá en el mundo incluso– y levantar nuevas propuestas de desarrollo alternativo al capitalismo depredador y asesino.


Pero hoy más que nunca, la revolución corre peligro. Por eso hay de defenderla con uñas y dientes.


Corre peligro por dos motivos, porque se enfrenta a dos enemigos, tan peligrosos el uno como el otro: por un lado, libra una batalla a muerte contra su enemigo de clase, contra la derecha tanto nacional como externa, liderada en este caso por el imperio dominante en la zona, los Estados Unidos. Pero por otro lado, se enfrenta a sus propios límites: al reaccionario conservador que inexorablemente todos llevamos dentro, a los prejuicios, al peso de la historia que no tolera cambios. Y la derrota sufrida en la consulta popular en diciembre pasado puso todo esto al descubierto.


En cuanto al enemigo de clase, la guerra está declarada desde hace tiempo. A poco tiempo de asumir la presidencia Hugo Chávez y mostrar que no era "un presidente más" del continuismo petrolero, que comenzaba a representar intereses de los grupos históricamente marginados y que su acción de gobierno se dirigía a ellos, las alarmas rojas se encendieron. La oligarquía nacional y el imperialismo de Washington mostraron los dientes sin tapujos. Vinieron entonces los ya conocidos golpe de Estado, sabotajes a la economía, la guerra mediática despiadada. Todo ese ataque, en vez de lograr su destitución, fortaleció la conciencia popular llevando al gobierno a radicalizarse. El socialismo dejó de ser la "mala palabra" a la que había quedado confinado durante años, y las reivindicaciones populares pasaron a ocupar la agenda política. El proceso bolivariano se fue poniendo revolucionario.


Si bien en sentido estricto nunca tuvo un talante precisamente marxista, las circunstancias le fueron dando cada vez más su carácter revolucionario: se nacionaliza enteramente el manejo del petróleo, se desarrollan políticas de fuerte contenido social, las organizaciones populares de base comienzan a tener una participación inédita hasta ese entonces. Surge la idea de un nuevo socialismo, superador de las burocracias europeas caídas con el muro de Berlín: el socialismo del siglo XXI. Pero sin entrar en consideraciones sutiles, para los grandes poderes el solo hecho que un presidente desempolvara una terminología que se pretendía condenada al museo, al ver que "los negros de los cerros" comienzan a sentir que son tenidos en cuenta, todo eso provocó –y continúa provocando– su más enérgica reacción. No importa de qué siglo será el socialismo en ciernes; por instinto atávico los factores de poder reaccionan: socialismo es siempre socialismo. Su enemigo son esas clases históricamente desposeídas que ahora comienzan a sentirse actores, aunque las armas apuntan hacia la persona responsable de movilizar a esas masas: el presidente Chávez. La revolución, más que socialista, es chavista. El objetivo de la derecha, por lo tanto –al menos en lo inmediato– ha sido y sigue siendo sacar de en medio a Chávez.


Venezuela posee las reservas petroleras probadas más grandes del mundo. Por tanto, ni la potencia hegemónica del planeta, Estados Unidos, cada vez más ávida de energía, ni los sectores venezolanos de burguesía-parasitaria que las manejaron durante todo el siglo XX, dejarán perder ese fabuloso botín. El objetivo de estos sectores es terminar de una buena vez por todas con este proceso que les descuadra sus planes. Para ello son lícitas todas las armas.
Además de todo lo que han intentado hasta ahora, sin éxito por cierto, podremos ver próximamente la batería de ataques más inimaginable. Desde la intervención militar directa de Washington –quizá no en lo inmediato, pero nunca descartable– a la provocación de malestares bélicos entre Venezuela y Colombia, sabotaje a la economía nacional por medio del desabastecimiento de productos básicos, acusaciones de narcotráfico y terrorismo hacia el gobierno venezolano con lo que crear crisis internacionales que justifiquen la aparición de fuerzas "de paz" externas (OEA, o incluso ONU), creación de climas de ingobernabilidad (lo que llaman "golpes de Estado lentos o suaves"), bombardeo mediático perpetuo para crear la desestabilización.

La derrota en el pasado referéndum del 2 de diciembre ha envalentonado a estos sectores de la derecha, quienes ya comienzan –con más fuerza que antes– a contar los días para salir de Chávez, o más aún, de lo que éste representa: la posibilidad de un paso real al socialismo, al gobierno de los pobres, de los trabajadores, y por tanto a la propiedad colectiva de los medios productivos.
En este ataque de la oligarquía radica el mayor peligro que sufre la revolución. Pero en cierta forma eso no es nada nuevo. Si un proceso político se precia de ser un verdadero intento de transformación de la realidad social, es de suyo que tendrá oposición. A toda revolución le sigue siempre e inexorablemente una contrarrevolución, y cuanto mayor sea la profundidad de los cambios propuestos, mayor será la fuerza de la reacción. En ese sentido, entonces, nada toma por sorpresa. Lo cual no dice que no haya allí un peligro enorme. Dice, simplemente, que eso no sorprende. Sabrá la revolución prepararse para afrontar esos ataques. Y como de estrategias de combate se trata, una de las dos fuerzas ganará. Si es la revolución, le permitirá su solidificación. Si es la contrarrevolución, vendrán las revanchas (y la violencia de clase). Pero como sea, nadie desconoce que de lo que se trata es de una lucha a muerte con ese enemigo de clase. No hay, por tanto, reconciliación posible. Es a vencer o morir. En ese sentido este breve escrito no pretende aportar nada nuevo. La acción revolucionaria de gobierno y el poder popular surgido de las bases organizadas ya están concientes de todo esto.


Pero existe otro enemigo, más solapado, quizá más perverso que la oligarquía que siente perder sus privilegios y ataca frontalmente. Es la conciencia que nos constituye, es el peso de nuestros prejuicios. Ahí radica una de las dificultades más grandes para promover los cambios sociales: la carga de nuestros prejuicios, de nuestros valores más enraizados. "Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" añadirá sabiamente Einstein. Además del ataque de la derecha que nos quiere impedir a toda costa ir hacia el socialismo, hacia una sociedad de mayor justicia e igualdad, contamos con la dificultad de vencer nuestra propia conciencia que aún no termina de asimilar lo nuevo.


Eso lo vemos con elocuencia en esta riquísima experiencia que es la revolución bolivariana. Sin dudas constituye una alternativa al poder hegemónico del gran capital, pero no termina de decidirse si quiere ser capitalista o socialista. Y ahí tenemos un enemigo tremendo, terrible, mortal.


Escribir estas breves líneas quizá no aporta nada en la lucha contra la oligarquía, contra el imperio; pero sí intenta abrir este debate –profundamente autocrítico– en nuestras propias filas. Si no lo hacemos, muy probablemente estamos condenados a ver fracasar los sueños de esta revolución que vino creciendo en forma tan hermosa hasta ahora.


No hay dudas que la derrota en el referéndum puso al descubierto muchas de nuestras debilidades estructurales. Teníamos en nuestras filas un exceso de triunfalismo. Quizá este golpe sirva –esperemos que así sea– para revisar, rectificar y reimpulsar todo el proceso (las "tres R" propuestas por el gobierno como respuesta a esta circunstancia). Sería francamente horrendo ver naufragar los sueños de un cambio profundo en Venezuela si se hunde la Revolución Bolivariana, y por extensión en América Latina que comienza a levantar la voz e intenta salir del neoliberalismo feroz que aún campea. Pero para ello necesitamos profundizar autocríticamente lo hecho hasta ahora en estos nueve años y buscar correctivos de verdad, no remiendos cosméticos.


Este es un momento crucial de la revolución. Si una sola derrota electoral luego de diez triunfos en todos estos años de gobierno en distintas elecciones desata este escenario de preocupación, ello indica que falta mucho aún por consolidar. Lejos estamos de poder decir que la revolución tiene pies de barro, pero sin dudas tenemos muchas debilidades intrínsecas, y es ahí donde debemos comenzar el proceso de revisión y autocrítica. El poder popular dista mucho aún de ser una realidad con fuerza decisoria, y si bien se cuenta con el aparato de gobierno (la revolución maneja el principal recurso, el petróleo, y tiene consigo las fuerzas armadas), las palancas últimas del poder en la sociedad aún siguen en mano de la oligarquía. Debemos revisar nuestras debilidades para enmendarlas.

Ese es el trabajo urgente, impostergable para que la revolución no fracase.


En estos momentos se está constituyendo el Partido Socialista Unido de Venezuela –PSUV–, el partido político de la revolución. Ese es el lugar exacto, y este es el momento impostergable, para dar estos debates. Hacerlo con honestidad y altura es lo único que puede garantizar que la revolución siga adelante y triunfe. De no hacerlo, de dejar pasar esta oportunidad –quizá dejando todo en los hombros del conductor del proceso, Hugo Chávez, como habitualmente se ha venido haciendo estos años– sería una tremenda irresponsabilidad, con lo que se ratificaría otra de las debilidades del proceso: todo descansa en una sola persona. ¿Cómo construir así el socialismo? ¿Dónde está el poder popular entonces? Si desaparece Chávez ¿desaparece la revolución también?


Es ahora cuando deben acometerse estas discusiones, fundamentales para la continuidad del proceso. De clarificar todo esto, de promover estas batallas ideológicas, de crecer en esta revisión crítica fecunda, podrán ir saliendo las fortalezas que permitirán seguir enfrentando los embates de la derecha (que de ningún modo van a terminar, por cierto). Desprovistos de estas definiciones, librados sólo a la intuición, al azar, a las respuestas coyunturas o al activismo reactivo, estamos condenados al fracaso.
Y con nuestro fracaso como revolución bolivariana muy probablemente puedan hundirse también el ALBA y las nuevas esperanzas que en estos años comenzaron a despertar no sólo en Latinoamérica sino en todos los movimientos populares a lo largo y ancho del mundo luego de los desesperanzados años post caída del muro de Berlín.

1) Capitalismo o socialismo. Aquí la revolución tiene un déficit pendiente que debe definir con urgencia y claridad. Quizá aquí se encuentra su principal escollo, pues de persistir la actual indefinición, las fuerzas del capital terminarán imponiéndose. Y la más mínima concesión que se les haga, servirá para que desbarranquen todo lo conseguido en estos años. Un sistema económico-social dual, mixto, que dé lugar a capitalismo y socialismo, es imposible. La historia lo ha demostrado patéticamente en más de una oportunidad.
Venezuela sigue sosteniendo muy buena parte de su producto bruto interno (la mitad aproximadamente) sobre la explotación petrolífera. Pero la todavía débil industria existente, el sector servicios y la banca pertenecen mayoritariamente a empresas privadas. Así como están hoy las cosas se corre el riesgo de que el Estado revolucionario termine siendo sólo el administrador de la renta petrolera, que con buena suerte regresará a los sectores más desposeídos gracias a una política de misiones en una especie de aparato ministerial paralelo. Pero eso no es ni sostenible en el tiempo, ni mucho menos deseable como modelo de desarrollo socialista. ¿Dónde seguiría quedando la propiedad de los grandes recursos y medios de producción del país? En el gran capital –nacional y extranjero–, en la oligarquía terrateniente, en la banca. Eso, de hecho, es lo que está ocurriendo. Y son esos sectores los que jamás pactarán con su clase antagónica, con los trabajadores, los que no repartirán nunca sus privilegios; son esos sectores los que siguen trabajando denodadamente –más allá de llamados a reconciliación y pactos sociales, de ley de amnistía– para terminar con Chávez y toda la experiencia socialista que se pretende construir. ¿Quiénes, si no, son los provocadores del desabastecimiento general que sufre la población, del encarecimiento del costo de la vida? ¿Cómo aplicar ahí las "tres R" del proceso de revisión impulsado por el gobierno si, como muy bien lo dijo Martín Guédez, sólo "retorno y rendimiento de la inversión son las dos erres del capitalismo"? (a lo que se podría agregar, como tercera R, represión, cuando la presión social crece mucho). ¿Cómo compatibilizar dos lógicas que son incompatibles?


Todo esto, por tanto, nos indica una de las grandes debilidades de la revolución: no se puede asegurar la construcción de una sociedad de justicia y abundancia para todos si estamos en las manos de grandes empresas movidas sólo por el afán de lucro. Y en esto coinciden tanto capitalistas extranjeros como venezolanos.

Ninguna clase capitalista, ninguna burguesía nacional es menos explotadora que otra foránea. El llamado a un empresariado patriótico hoy, siglo XXI, con una globalización feroz que ya dividió tajantemente el mundo en regiones según las planificaciones geoestratégicas de unas pocas potencias, es un imposible. En Venezuela, país ligado totalmente a los intereses de las clases dominantes de Estados Unidos y sus correspondientes políticas, hoy día ya no es posible construir opciones capitalistas independientes sustentables. El último proyecto de empresariado nacional relativamente autónomo, centrado en su propio mercado interno, que pudo desarrollarse con cierto éxito en América Latina fue el de Argentina en las primeras décadas del siglo XX. Pero ante los planes globalizadores que llegaron hacia fines de la década de los 70, esa burguesía terminó desapareciendo. Las revoluciones burguesas "modernizadoras" ya finalizaron. Ahora, lo único que puede mejorar la situación de las masas marginadas son alternativas no-capitalistas. Por otro lado, el capital no tiene patria. Incluso en Estados Unidos esto es evidente: sus grandes corporaciones prefieren invertir en los puntos donde las condiciones permiten las mayores tasas de ganancia (cualquier lugar del Sur, China, India), aún a costa de sacrificar parte de su propio mercado interno dejando en la calle a trabajadores compatriotas. La apelación a nacionalismos parece que no le importa mucho al capital. Las frías leyes de la ganancia no tienen sentimientos patrióticos.


Una economía de puertos asentada en la renta generada por el petróleo (que alguna vez se va a terminar, por otro lado) que se permite comprar todo en el extranjero, es un suicidio como nación. Definitivamente la revolución está dando pasos de gigante en la búsqueda de la autosuficiencia alimentaria (restando muchos rubros aún por ser encarados también apuntando a la finalización de las importaciones); pero mientras siga chantajeada por los grandes capitales privados contrarrevolucionarios como sucede ahora, seguirá en estado precario sin poder proveer calidad de vida adecuada a la población. Lo cual es una bomba de tiempo. El presidente Chávez propone perspectivas socialistas heroicas (terminar el problema habitacional, por ejemplo, o mejoras en las condiciones laborales de los trabajadores), pero el mantenimiento de una economía capitalista no lo permite.


Paralelamente a esta situación de la economía real persiste otro fenómeno, ligado profundamente a ello: se hace un llamado –vehemente en un sentido, y por cierto heroico, desde una profunda convicción ética– a construir un nuevo modelo social, a nuevos valores culturales, a poner en marcha el mundo socialista. Pero al convivir todo eso con el más descarnado capitalismo, con valores consumistas muy acentuados por las décadas de cultura rentista que vivió el país, orgulloso aún de las Miss Universo y de las toneladas de implantes de silicona que circulan por ahí, se producen cortocircuitos insolubles.

Socialismo del siglo XXI conviviendo con el que se anuncia –no sin jactancia– como el centro comercial más grande de Latinoamérica... Una vez más: ¿cómo compatibilizar dos lógicas que son incompatibles?


Si no se definen estos puntos débiles en forma urgente, la fuerza de la tradición, los prejuicios, los años –las décadas, los siglos– de cultura capitalista terminarán imponiéndose. ¿Por qué fracasan tantas y tantas cooperativas pasando a ser meras empresas privadas? En el proceso de revisión deben encararse estos aspectos con valentía, con verdadera audacia revolucionaria.


Solidaria de esa definición clara y honesta del programa que habrá de aplicar la revolución, debe ser también la política que se seguirá en adelante con el enemigo de clase en un tema básico como las comunicaciones. ¿Puede el socialismo darse la mano con el capitalismo? ¿En qué condiciones, hasta dónde, para qué? El proceso bolivariano, bautizado también la "revolución bonita", se define como democrático y pacífico. Porque no quiere, o porque no puede, hasta ahora se ha manejado con una especial suavidad con las fuerzas de la derecha. Hoy, era de las comunicaciones, marcados todos absolutamente por la cultura de la imagen, por los moldes mediáticos que van imponiendo al ciudadano común lo que debe y no debe pensar, el manejo de los medios masivos de comunicación decide el rumbo político-ideológico y cultural de las sociedades. Venezuela, por supuesto, no escapa a esta tendencia. Pero hay algo curioso aquí, por no decir preocupante: la oposición de derecha pasó a tener como especialísima arma de combate a los medios de comunicación. Ya casi no hay partidos políticos; mucho menos, líderes con talento. Todo el discurso contrarrevolucionario se juega en los medios.

Y la revolución bolivariana, con esa actitud de no confrontación que la caracteriza, ha dejado hacer a sus anchas a los medios de oposición.


En tanto estrategia a largo plazo podría entenderse esa "suavidad" como una política tendiente a no reforzar el mensaje de dictadura con que la guerra mediática intenta estigmatizar al proceso bolivariano. Es posible; incluso no sería una mala estrategia. Pero haciendo el balance de lo que significan esos medios (televisivos, radiales, prensa escrita, internet) en la conciencia media de los venezolanos, cabe la cita que nos traía alguna vez Eduardo Galeano de los patriotas bolivianos del siglo XIX: "hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez". ¿No es estar jugando con fuego esta indefinición?


Si se da toda esta indefinición peligrosa de parte de la revolución, eso lleva a cuestionar quiénes y cómo están impulsando este proceso de transformación.

¿Son todos revolucionarios los cuadros bolivarianos? ¿Se puede impulsar una revolución socialista con ideología no-socialista? ¿Qué hay que hacer en ese punto para ayudar a salvar la revolución?


2) Revolucionarios o reformistas oportunistas. Como dijimos en un principio, el proceso bolivariano no nació, en sentido estricto, como una revolución popular. Por el contrario, fue más bien una sorpresa para propios y extraños el curso que fueron tomando los acontecimientos y la radicalización del presidente Hugo Chávez. Fue una revolución nacida desde arriba que luego fue bajando hacia las bases. Pero una vez que se dio ese proceso, la relación líder-masas fue indestructible. De hecho, pocas veces se han visto relaciones así. La población excluida, aquella que se siente realmente representada por todo este proceso y que encuentra en Chávez su interlocutor natural –un 60 % de venezolanos y venezolanas– lo ha defendido y seguramente lo seguirá defendiendo a muerte. Ya fueron muchas las ocasiones donde ello quedó evidenciado; la más contundente, seguramente, cuando los acontecimientos de abril del 2002. La revolución no es socialista sino "chavista". Y ahí viene el problema que todo el proceso debe enmendar: ¿con quién, además de Chávez, se cuenta para todo esto? ¿Dónde están los revolucionarios? ¿Hay realmente revolucionarios?


No siendo un proceso nacido al calor de luchas populares, con dirigentes revolucionarios que fueron interactuando con la población, no hay precisamente una abundancia de cuadros socialistas en la dirección de todo el proceso. La estructura básica del aparato estatal no ha cambiando. Producto de décadas de cultura rentista, de corrupción generalizada asentada en el clientelismo político, de ineficiencia asumida como normal y cotidiana, el plantel de empleados públicos con que cuenta Venezuela no ayuda en nada a profundizar un proceso de transformación social. Por el contrario: es uno de sus principales obstáculos. La revolución no parece haber llegado ahí. Tan es así que la estrategia fue buscar viabilizar los cambios en cuestión por medio de estructuras paralelas a los ministerios: las misiones sociales.


Por otro lado, el presidente Chávez nunca contó con un partido revolucionario que fuera su base real de actuación. Toda su obra depende de su talento, de su olfato político, de su tremenda habilidad para comunicarse con las bases y de moverse en los más diversos escenarios. Los aparatos que lo acompañaron en todas sus movilizaciones políticas nunca fueron partidos en el sentido estricto de la palabra; en todo caso, no pasaron de maquinarias electorales. Eficientes en términos pragmáticos, pero carentes de principios ideológicos, de plataformas elaboradas. Hoy, perdido el referéndum para la reforma constitucional, se hace evidente ese déficit: ¿con qué estructura organizativa se cuenta, además del carisma del comandante, para la movilización de la gente, para su participación real en la toma de decisiones? El PSUV está recién ahora en proceso de creación, y para diciembre pasado mostró que aún está muy lejos de ser realmente un instrumento confiable para la organización popular. De la movilización y el debate fecundos que ahora habrá que dar depende que se transforme en un auténtico instrumento al servicio de los cambios en ciernes. En estos momentos es una confusa agregación de corrientes diversas, donde conviven sectores de burguesía nacional hasta ex guerrilleros marxistas, oportunistas de toda laya y, ¿quién sabe si no?, agentes encubiertos de la contrarrevolución. Todo ello con un agravante que, esperemos, no marque su futuro destino: no tiene aún programa, pero ya se permitió sancionar a algún aspirante a militante (el diputado Luis Tascón) desde un autonombrado tribunal disciplinario.


Por tanto, ni en el Estado ni el naciente partido revolucionario sobran –y muchos menos tienen un claro poder en su funcionamiento– cuadros comprometidos con el proceso de cambios. En el Estado hay muchos, quizá demasiados, "chavistas" oportunistas. Es decir: funcionarios sin ideología, hoy acomodados a los actuales tiempos políticos, portadores de los ancestrales valores corruptos que definen a cualquier burócrata, más aún a los que vivieron por décadas en la cultura rentista-petrolera. Funcionarios con los que no se puede contar como elementos favorables a la revolución, más allá de las consignas de turno que puedan repetir, de la apología cosmética que puedan hacer del líder, de la oportuna concurrencia a marchas con su franela roja. Incluso, esa doble moral es un peligro tremendo, más aún que los ataques frontales de la derecha. En el seno del PSUV no es muy distinta la situación; hay honestos luchadores sociales de toda una vida de militancia. Pero hay también –y no pocos– oportunistas disfrazados de "chavistas", sin principios, interesados sólo en su cuenta bancaria personal.


Toda esa falta de calor revolucionario en parte de la dirigencia es lo que ha ido llevando a la desmovilización de la población. Hoy se vive un proceso de enfriamiento en las luchas populares. Acertadamente lo dijo Vladimir Acosta, citando a un revolucionario amigo, cuando afirma que se vive un proceso de "teresacarreñización": "actos públicos muy organizados, cada uno en su asiento, cada uno en su fila, pero la movilización popular, el impulso revolucionario que dan los sectores populares se ha enfriado mucho". Son los sectores populares excluidos, hambreados y reprimidos desde siempre los que salieron a oponerse al ajuste neoliberal cuando el heroico "Caracazo" en 1989 –sufriendo una represión inmisericorde donde los muertos se contaron por miles–; son esos mismos sectores los que salieron espontáneamente a rescatar a su líder, el presidente Chávez, en abril del 2002 cuando el golpe de Estado de la derecha reaccionaria y del gobierno de Estados Unidos; son esos sectores también los que lograron vencer el sabotaje petrolero, el paro patronal, las provocaciones y ataques de la oligarquía; son igualmente ellos los que por cientos de miles llenan las calles movilizados para apoyar a su líder y defender los logros que fue trayendo la revolución. Pero algo está pasando que en el referéndum del 2 de diciembre no salieron a votar por una reforma que les traería mayores beneficios. ¿Fue la propaganda de la derecha que se impuso? (¡otra vez los medios de comunicación!) ¿Fue el miedo anticomunista sembrado desde décadas el que afloró cuando se habló de paso al socialismo? Sin dudas todo eso cuenta; y cuenta muchísimo, no hay que minimizarlo. Pero también cuenta la "teresacarreñización" en curso. La combinación de esos factores hizo que tres millones de personas, que no son oligarcas ni tienen propiedades millonarias que defender, asustadas / desmovilizadas / frustradas, no se molestaran por ir a votar. Con lo que queremos decir que en muy buena medida esa desmovilización en curso debe ser profundamente revisada como producto del apagamiento de la llama revolucionaria. Una revolución sin revolucionarios no camina. La derrota de diciembre lo dejó claro.


Si ser revolucionario es haber perdido el sentido de la crítica y de la autocrítica, si ser revolucionario no es incompatible con los valores del consumismo capitalista que se dice combatir, si ser revolucionario es sólo ponerse una franela roja para un acto, todo ello no puede menos que lograr terminar con la revolución, enfriar los cambios, desmotivar a quien quiera profundizar las transformaciones sociales y humanas. Si podemos salvar la Revolución Bolivariana –por supuesto confiamos plenamente en que sí– debemos apuntar a una profunda revisión de esto: son los sectores más "moderados" –eufemismo por decir: oportunistas sin ningún compromiso con el cambio, con el socialismo– los que han ido tomando los lugares más protagónicos tanto en la estructura del Estado como, al menos así parecieran desear, en el PSUV. O se cambia eso, o la revolución fracasa.


Ahora bien: ¿quién cambia eso? ¿El comandante Chávez? ¿La movilización popular? ¿O esos sectores han ido tomando cada vez mayores cuotas de poder en las estructuras y puestos donde se deciden las cosas siendo ellos quienes imponen las líneas políticas? Esto lleva a un punto medular que define el destino mismo de la revolución: ¿quién manda realmente?


3) Liderazgo de Chávez y poder popular. Aquí, distintamente a los apartados anteriores, no ligamos los dos elementos del título con la excluyente "o" sino que los acercamos con la incluyente "y". ¿Quién manda hoy en la República Bolivariana de Venezuela? "Con Chávez manda el pueblo" reza la consigna. ¿Es cierto? Sí y no. Hugo Chávez es un líder carismático como pocos en la historia. Sin ser estrictamente de izquierda –es una mezcla heterodoxa que aúna Jesús con el Che Guevara, un hasta ahora no claro socialismo del siglo XXI con la empresa privada y la obra de Simón Bolívar–, ha ido más a la izquierda logrando movilizar a los sectores populares que cualquier partido de la izquierda. Es un fenómeno mediático-masivo inédito digno de ser estudiado por la semiótica y la psicología social, sin dudas. Y sin dudas, manda. Y manda mucho. Pero no tiene todo el poder en Venezuela.


Las correlaciones de fuerza en el país han empezado a cambiar con la llegada de Chávez a la presidencia. Pero resta aún muchísimo para decir que "el pueblo tiene el poder", que "el pueblo manda". Hay, definitivamente, un protagonismo popular muchísimo más grande de lo que nunca había habido en la historia nacional; los sectores marginados ahora, por primera vez, se sienten tenidos en cuenta, participan. En realidad deciden poco, pero al menos tienen un lugar en la agenda nacional. Por otro lado Chávez, más allá de la forma en que la derecha nacional e internacional lo presenta como un dictador autócrata, tiene un poder bastante limitado. Las fuerzas de la derecha, que no son pocas (empresariado organizado en FEDECAMARAS, medios de comunicación, universidades, jerarquía de la Iglesia Católica, embajada de Estados Unidos –que es un factor principalísimo en la escena nacional–… y por suerte para la revolución, pocos o ningún operador en las fuerzas armadas), siguen controlando buena parte de los resortes decisorios de la vida en Venezuela, en lo económico y en lo cultural. Quién detenta el poder militar es básico en este momento, y por ahora la balanza se inclina hacia el lado de la Revolución Bolivariana.


Como se menciona más arriba, dadas las características de este proceso, de cómo surgió y cómo se fue armando, es la figura de Chávez quien decide mucho (¿todo?) lo que pasa en el campo bolivariano. Los cuadros intermedios, tanto en el Estado como en las pasadas maquinarias electorales o el actual PSUV, son engranajes. No habiendo una línea política clara y definida, estando eso librado en muy buena medida a los manejos del comandante, en parte librado a la improvisación –en general, siempre bien inspirado y apuntando al beneficio del campo popular–, esos cuadros medios no deciden mucho, y por tanto, no han desarrollado un espíritu crítico que aporte a la conducción.


En el ámbito comunicacional claramente quien manda es la derecha. Como parte de la guerra mediático-cultural que define la modalidad de la lucha de clases de estos tiempos, el imperio ha desarrollado su estrategia de guerra de cuarta generación, y sus acólitos nacionales la implementan a la perfección. Es ella quien pone la agenda, quien marca el ritmo. Si ahora, por ejemplo, nos enteramos que Venezuela es parte del "eje del mal", país cuna del terrorismo internacional y paraíso del narcotráfico, ello no es sino parte del montaje mediático. Pero eso fuerza a dar respuestas, a gastar energías en esa lucha, y el que pega primero, pega dos veces.
En política comunicacional el gobierno no manda. Ahí hay algo que también urgentemente debe ser rectificado.

Para construir una verdadera alternativa socialista, quienes deben pasar a tener un protagonismo básico son los sectores populares. Y eso es lo que está en discusión. Hoy la lucha de clases también está presente en el seno del movimiento bolivariano (¿cómo no habría de estarla si Venezuela sigue siendo una sociedad clasista regida aún por los parámetros del capitalismo?). Siendo un movimiento aún no claramente definido éste (hay ahí "empresarios bolivarianos" así como sindicalistas de base de línea marxista), de cómo se dé esa correlación de fuerzas dependerá el futuro de la revolución. En estos momentos son los sectores más moderados, proclives a la empresa privada y dispuestos a la reconciliación de clases (léase: pacto social desmovilizador de las luchas populares) los que parecieran estar marcando el paso. Los sectores populares, obreros industriales, población de los barrios, movimiento campesino, trabajadores informales, desocupados, no son quienes están llevando la iniciativa en la marcha de la revolución. Son los referentes en el discurso de Chávez, los que han recibido los beneficios de las misiones en los primeros años del proceso, los que llenan las plazas en las manifestaciones, pero el lugar que se le asigna al poder popular en la constitución –la vigente y la propuesta reformada que no fue aprobada recientemente– aún no asegura a esos sectores una gran incidencia en la toma de decisiones. Tal como está concebido hasta ahora, el poder popular por medio de los consejos comunales está bastante restringido a lo local, a lo micro. Las decisiones de orden nacional siguen viniendo "de arriba". Para muestra –desafortunada, por cierto– la ley de amnistía con que despedimos el año 2007.


La construcción de un verdadero poder popular que se articule con el liderazgo del comandante sigue siendo una tarea pendiente impostergable. Salvar la revolución de su estancamiento, o peor aún: de su caída, implica por fuerza seguir avanzando en la construcción de los mecanismos que fortalezcan el genuino poder popular. Una forma concreta, fácil y transparente de avanzar en ese sentido es hacer de la elección de las candidaturas de todos los cargos públicos elegibles –desde concejal en una comunidad rural hasta la presidencia de la república– y de su revocación o confirmación a mitad del período, un mecanismo automático de consulta popular. No más un solo cargo a dedo (como ha sucedido hasta ahora), y todos los funcionarios deben pasar por el tribunal de la ratificación o revocación a mitad de su mandato. Es el pueblo el que realmente decide: decide a quién se pone y a quién se saca, decide si su trabajo sirve o no sirve, decide si lo desean tener en un puesto público o no.

Eso, en todo caso, es un comienzo de sano poder popular. Esas son formas concretas de salvar la revolución. Si no, ¿dónde queda la democracia participativa, popular y revolucionaria?


Sin lugar a dudas el comandante Chávez maneja con mucho tino muchos de los aspectos de la vida nacional. Quizá demasiados. "Pareces el alcalde de Venezuela", le dijo alguna vez Fidel Castro. Y ahí asienta otra de las grandes debilidades de la revolución, que podría echar por la borda la búsqueda de un genuino poder popular. ¿Puede un proceso de transformación social asentarse en una sola persona? No, eso es incorrecto. ¿Qué pasa si desaparece esa persona: se termina la revolución? Pero, ¿no es el socialismo, tal como lo decía el epígrafe de Lenin, la búsqueda de un mundo donde realmente todos somos iguales, intercambiables en un sentido, donde nadie es imprescindible y al mismo tiempo todos y todas valemos por igual? Si la revolución en curso es "chavista", desaparecido Chávez desaparece la revolución. De ahí el sentimiento triunfal de la derecha –y, reconozcámoslo con valentía: nuestro sentimiento de desconsuelo– cuando se perdió la justa electoral de diciembre pasado. Todos sabemos que, hoy por hoy, la revolución es Hugo Chávez; si ahora no se puede reelegir para las próximas elecciones, ¿hay que olvidarse entonces de los sueños socialistas, de una nueva sociedad, de la justicia y la igualdad para todos? ¿No tenemos que buscar enmendar esa debilidad? Y si efectivamente logran matarlo ¿se termina todo? Y si se muere de muerte natural antes de completar su período, ¿no hay más socialismo?


Es por eso que, sabiendo que en la Venezuela actual no es posible el socialismo sin Chávez, pero conscientes también que sólo con Chávez no puede haber socialismo, que es imprescindible desarrollar el verdadero poder popular –no el de los funcionarios chavistas que andan orgullosos con guardaespaldas y carros de lujo–, debe buscarse la articulación entre ese liderazgo (que no debe ser el de un "alcalde del país", porque eso es demasiado peligroso) y el poder de las bases. De esa articulación, con un partido revolucionario real que le dé forma y contenido (¡partido revolucionario real!, no amontonamiento de personas), podrá depender el éxito de la revolución. Si no, inexorablemente la derecha volverá a triunfar y nuevamente serán años de espera y sufrimiento para el campo popular.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62540

 


GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

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